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Alicia, una fragancia inspirada en el ballet

Tomado del libro Perfumistas y perfumes de Leonel Amador, publicado por la Editorial Científico Técnica en el 2014, el volumen recibió el  Premio de la Crítica, ese mismo año.

Una de las experiencias más fascinantes que he experimentado como perfumista fue el desarrollo de una fragancia inspirada en la Prima Ballerina Assoluta del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso. Fue a principios de la década de los ochenta del pasado siglo.

El trabajo creativo lo emprendimos con el joven equipo de perfumistas de Suchel-Fragancia. Definimos un perfil conceptual. Estudiamos primeramente los roles protagónicos más destacados de la bailarina. Escogimos los personajes de tres ballets, para nosotros trascendentales en su vida artística. Analizamos las características de cada uno e iniciamos la tarea.

La obras seleccionadas  fueron:

Todos impresionantes. Verdaderas estampas salidas del pincel de Degas. Pasamos a realizar entonces la vinculación de la personalidad de cada uno de estos personajes con las notas perfumísticas capaces de caracterizarlos. De esta forma se podría establecer la línea de desarrollo, se le daba organicidad a la futura propuesta.

Para Gisselle se definió trabajar en temas florales, como el mostrado por el Charlie de Revlon, tomando la frescura presente en el Fidji, de Guy Laroche, el carácter floral del Métal, de Paco Rabanne, añadiéndole la efusividad y valentía que transmite la nota aldehídica, como en el desaparecido Crêpe de Chine, de Millot. Así, concebimos la calidez de aquella joven aldeana, inmortal reina de la vendimia, caracterizada por el perfecto lenguaje corporal de Alicia, armonizado magistralmente con cada acorde de la partitura musical de esa bella obra. Era la willi fantasmal, la novia muerta llena de vida..!

Carmen la identificamos definidamente con la fragancia de un perfume inspirado en el ardor emanado por esta gitana, magistralmente encarnada por la excelsa bailarina en los principales escenarios del Mundo. El tema olfativo escogido estaría en la línea del Amazona de Hermès, disminuyendo en algo la intensidad de su tope dulce-frutal, conjugando un fondo floral con el misterio indescifrable transmitido por una delicada nota de almizcle natural, tenue, pero en extremo persistente.

De esta singular manera se trasladaba al perfume, el irrepetible y delirante ambiente de febril faena, de toros enfurecidos y amor apasionado, del tan excitante ballet. Se conseguía el coherente hilvanado de los componentes de la fragancia, aparentemente conducidos por la vibrante Canción del Toreador, como en la propia obra de Bizet.

En El Cisne fue más fácil establecer la relación entre el personaje y la fragancia. Lo asociamos a una nota oriental, fuertemente ambarada. Un olor sublime, capaz de expresar la poesía del argumento, el tránsito emocional y figurativo entre Odette y Odile, el indeleble pero sugestivo ambiente recreado por la partitura de Chaikovsky. El patrón a seguir estaría en el camino del clásico Shalimar de Guerlain, aligerando el tope para acercarlo a la metamorfosis blanca del ave encantada.

De esta forma quedaba estructurada una estrategia de trabajo. El resultado de un paciente análisis que ahora, en lucha contra el tiempo, haríamos realidad. Comenzaba la difícil etapa de ensayos y evaluaciones. En la ejecución de ese proyecto surgió la idea de incluir en él un perfume para hombres.

Pensamos en un ballet considerado joya de la compañía cubana, Edipo Rey. Es ésta una obra inspirada en la tragedia de Sófocles, el genial poeta griego, adaptada al estilo característico de la Escuela Cubana de Ballet. El perfume lo concebimos con un olor de marcada nota viril. Dotado de un tope fougère, ligeramente frutal, del tipo Brut de Fabergé y un cuerpo evidentemente almizclado, erótico por naturaleza, en línea con los “musk” de moda.

Así, después de varios meses de intenso trabajo, llegamos al momento culminante: La presentación de los perfumes a la propia bailarina para seleccionar la variante más adecuada a su gusto. Fue una experiencia inolvidable. Se efectuó en la Oficina de Alicia, en Calzada y D, la sede del Ballet Nacional de Cuba en el habanero barrio del Vedado.

Ella no conocía las obras elegidas como temas de inspiración para este trabajo. Sin embargo, rápidamente se estableció una comunicación plena. Fuimos explicando las características de cada perfume y la Prima Ballerina inmediatamente lo vinculaba al ballet escogido. El resultado no fue inesperado. Seleccionó la versión llamada Gisselle. Presenciábamos así la metamorfosis inversa de la tan aplaudida interpretación de la bailarina, transformada una y otra vez en la sensual y romántica campesina.

Ahora, por primera vez, Gisselle se convertía en Alicia, la fragancia insignia de la perfumería cubana. Era la culminación de un intenso e interesante trabajo a la que no pudo faltar una pregunta casi obligada ¿Cuál es su perfume predilecto? La respuesta no tardó “El Crêpe de Chine, de Millot, mi ropa de baile se podía identificar por su fragancia”.

Giselle es uno de los personajes más especiales interpretados por Alicia. Foto: Ecured.

Carmen, la obra coreográfica de Alberto Alonso inmortalizada por la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, junto Azari Plisetski como partenaire. Foto: Ecured.

La bailarina cubana Alicia Alonso y el ruso Azari Plisetski interpretan la obra el Lago de los Cisnes en el teatro de los Campos Elíseos de París el 1ro de diciembre de 1970. Foto AFP.

(Con información del Ministerio de Industrias)