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Mundial en casa de Jigoro: Silva séptimo, Onix se despide

Iván Silva se consolida como la principal figura del judo masculino cubano. Foto: Archivo.

El séptimo lugar de Iván Silva (90 kg), una despedida final de los campeonatos mundiales de Onix Cortés (70 kg)  tras ceder en su segunda presentación, así como dos nuevos monarcas universales en esas respectivas divisiones, matizaron la quinta jornada del 38 Campeonato Mundial de Judo que entra en cuenta regresiva hasta el domingo en el Nippon Budokan, de la capital japonesa.

El matancero Silva, subtitular del orbe en Bakú 2018, había tenido unas preliminares impecables hasta que chocó con el japonés Schoichiro Mukai en cuartos de final. Hasta ese momento, cual coincidencia de colores, cada vez que vistió judoguis blanco se apuntó sus éxitos; mientras las dos únicas derrotas llegaron vestido de azul, pues en la ronda de repesca se vio superado en regla de oro también por el húngaro Krisztian Toth.

Triunfos contundentes frente al finlandés Aatu Laamanen (ippon), al argelino Abderrahmane Benamadi (hansoku-make por tres shidos) y al británico Max Stewart (ippón), lo metieron de nuevo entre los siete mejores de su división en el mundo, premio que ni siquiera el campeón defensor, el español Nikoloz Sherazadishvil, pudo conseguir ahora.

Vestido ya de ropa deportiva y todavía cabizbajo repasando cada una de las cosas que consideraba habían salido mal aceptó entonces un cuestionario sencillo, pero que resumía su actuación destacada en esta quinta jornada de una lid del orbe que agrupa récord de participantes (841) y naciones (147).

Una valoración de tu judo hoy, la mejor hasta ahora de Cuba en Japón

—Fui avanzado en los primeros combates bastante bien, dominando a mis adversarios hasta que en cuartos de final enfrenté al japonés Mukai, quien utilizó una mejor táctica que yo y aprovechó el momento para proyectarme.

¿Qué pudo haber fallado en cuartos de final, lo habían estudiado bien tras las dos derrotas que tenías contra él este 2019?

—Hice la táctica que mi entrenador y yo habíamos conversado anteriormente. Sabíamos que él debía ser el atleta que me permitiría avanzar o no a la semifinal. Lo hice durante buena parte del combate, incluso iba delante por dos shidos cuando me sorprendió y me marcó ippón.

¿Cómo valoras la calidad vista en tu división, donde los dos finalistas del 2018 quedaron fuera del podio?

—No es solo en mi categoría, sino en todo el mundial el nivel ha estado muy alto. Son pocos, apenas tres, los que han podido repetir el triunfo de Bakú. Eso sin contar que muchos medallistas olímpicos y de otros mundiales han quedado fuera. Se ha demostrado que entre los primeros 30 del ranking mundial cualquier puede ganarle a cualquiera.

¿Qué te faltó con el húngaro Krisztian Toth para pasar a la discusión del bronce?

—Falló la táctica. Lo tenía prácticamente ganado con dos penalizaciones y hubo una acción, un pequeño detalle, un momento, que te cuesta la victoria y una medalla. Ese el judo, ese el deporte, por eso duele tanto una derrota y se vive tan intenso y especial conquistar una medalla.

Mirando este panorama y luego de estar virtualmente clasificado para los Juegos Olímpicos, qué podemos esperar de Silva en este mismo escenario para el 2020.

—Queda tiempo para seguir trabajando, puliendo los errores y competir a este nivel, que es fundamental para aspirar a una medalla en los Juegos Olímpicos. Estoy enfocado en ese objetivo, es lo más importante en lo adelante.

El último mundial de Onix y Santa Aldama

La judoca cubana Onix Cortés combate contra la rusa Irina Gazieva. Foto: Federación Internacional de Judo.

Con la espalda cayendo, los ojos cerrados de impotencia y una rápida ráfaga de pensamientos, Onix Cortés se despidió de este Campeonato Mundial de Judo. Para ella quizás el último, como también para Santa Aldama, la madre que la llevó por vez primera a que practicara este deporte y ha sido su fanática número uno, truene, llueve o relampaguee; gane o pierda, sea más o menos criticada y considerada por especialistas y fanáticos.

Para esta justa universal la capitalina había intentado hasta lo imposible para llegar en óptima forma deportiva. Luchó contra una operación terrible en su rodilla, maduró sus técnicas preferidas, estudió a cada posible rival y sacrificó tiempo libre y horas de descanso con tal de una despedida feliz, que le recordara al menos el bronce de una cita de igual rango en Chelyabink 2014.

Se veía animada, dispuesta, como cuando hace 13 años se proclamara campeona mundial juvenil en Santo Domingo o cuando en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 levantó un título preciado y de los más celosos para ella y para Santa Aldama. Apenas le duró dos minutos en el tatami la tailandesa Surattana Thongsri en su primera presentación y al llegar a la sala de calentamiento ya sabía que la holandesa Sanne Van Dijke sería su próxima rival.

Desde la última vez que la enfrentó en el Grand Prix de Budapest 2015 jamás la había visto de nuevo frente a frente en un combate. En aquella ocasión la venció sin complicaciones, pero cuatro años más tarde, y en un escenario donde todos quieren brillar, no podía equivocarse en la táctica. Volvió a entrar al tatami animada, dispuesta y llevaba el ritmo del combate hasta que intentó hacer una de sus técnicas preferidas y al no salir con la fuerza y velocidad requerida le abrió a la europea la posibilidad de barrerla y que su espalda cayera, con los ojos cerrados de impotencia y una rápida ráfaga de pensamientos.

Vestida de judoguis azul y felpa roja, Onix no pudo esconder las lágrimas. Han sido más de 20 años dedicado a aprender técnicas, romper caídas, vivir entre viajes y lejanía de la casa, lesiones y operaciones, incomprensiones y premios bien ganados, entre el simple convencimiento de que podía dar más a pesar de los obstáculos, las rivales y las lesiones. Ahora el sueño olímpico de Tokio 2020 se aleja, aunque no es imposible, pero de los campeonatos mundiales este sí es el último. Así lo ha decidido.

Ama al judo, pero también ama ser madre, educar a su hijo (o niña) en los valores de respeto, solidaridad, disciplina, resistencia, tenacidad y valentía. Ama al judo, pero Santa Aldama quisiera ser abuela y tal vez repetir el ciclo que llevó con ella de acompañarla a cada torneo, por menos o más importancia que tuviese.

La cita universal del 2021 parece tan lejana como la del poeta. Para entonces le gustaría verla de otro modo. Y que el recuerdo de seis campeonatos mundiales no sea esta última espalda cayendo sobre el tatami, sino la felicidad de haberse entregado a un equipo nacional y a un deporte como si cada día fuera el primero, como si cada sueño pudiera hacerse realidad.

Este fue el último mundial de Onix y Santa Aldama. Lo dictó el tiempo y su huella. El judo seguirá en ellas por siempre.

Resultados de la quinta jornada

70 kg

ORO: Marie Eve Gahié (FRA)

PLATA: Barbara Timo  (POR)

BRONCE: Margaux Pinot (FRA)

BRONCE: Sally Conway (GBR)

 90 kg

ORO: Noël Van 't End (NED)

PLATA: Shoichiro Mukai (JPN)

BRONCE: Axel Clerget (FRA)

BRONCE : Nemanja Majdov (SRB)