Cubadebate

Oleiny Linares, tricampeona nacional. Foto: Mónica Ramírez/ JIT.

Tras cada campeonato cubano de ajedrez entre mujeres la sensación es siempre la misma. Cuando ellas juegan lo hacen de una manera “feroz”, como si no hubiera otra meta que ganar, como si solo el primer lugar importara.

Ese fue nuevamente el mejor saldo dejado por las muchachas en la ciudad de Holguín, plaza casi habitual para este clásico, y escenario para la coronación de la santiaguera Oleiny Linares.

Reina la indómita por tercera vez en estas lides, “fajada” de principio a fin, porque no fue hasta el último día que logró respirar tranquila gracias al mejor desempate que quebró su abrazo en la cima con la pinareña Yerisbel Miranda.

Ambas se despidieron con ocho puntos en 11 partidas y decidió el encuentro particular ganado por la campeona, y aunque esta fórmula no le pareció justa a algunos, fue la aprobada por todas en la reunión técnica previa al certamen.

Oleiny no perdió ningún duelo, ganó cinco y acordó tablas en seis, pero en todos los casos su combatividad fue indiscutible.

Por regla general, fueron muy pocas las divisiones concretadas antes de la jugada 20 y eso demuestra rivalidad, pues aunque el resultado no benefició a una u otra, hubo búsqueda de desequilibrio, interés por hacerse del triunfo.

"Todas fueron complicadas, no pudiera escoger una partida en especial, aunque quizás la diferencia la marcó la victoria frente a Yerisbel en la cuarta ronda", dijo Oleiny poco después de saberse campeona y la frase fue un claro ejemplo de cuánto le exigió cada jornada.

"Estoy feliz, porque sobre todo fue un triunfo de muchos… de mis primeros entrenadores que volvieron a unirse para ayudarme, de los hermanos de mi iglesia, de mi esposo que me ha apoyado tanto y de mis niñas que se portan bien para que yo pueda estar aquí", confesó la jugadora de 35 años, de ellos más de 25 dedicados al ajedrez.

Yerisbel, triunfadora en 2017, volvió a casa triste. También quería la corona y esta vez, incluso, ganó seis partidas, apenas perdió una y fueron cuatro sus igualdades.

El estreno de la santiaguera Yaniela Forgas como tercera, con 7,5 unidades, fue otra de las buenas noticias, pues es representante de una generación menos experimentada, aunque ya son varias sus asistencias a estas lides.

Mucho se pudiera hablar de otros detalles, como las remontadas finales de la campeona defensora, la holguinera Lisandra Llaudy, o de la tunera Yaniet Marrero, dos figuras mencionadas entra las favoritas, pero inestables al comienzo y finalmente ubicadas cuarta y quinta con 6,5 puntos cada una.

La tercera y definitiva norma de MI para la habanera Yoana González quedó como otro saldo para celebrar.

En resumen fueron 33 las igualdades, 19 las victorias concretadas con piezas blancas y 14 con negras.

En sentido general, Holguín volvió a ser una buena sede, las muchachas disfrutaron su torneo, aunque fue evidente su inconformidad con el segmento de premiaciones, cuando no recibieron medallas ni trofeos como premio al esfuerzo por tantas horas de dedicación que bien merecen recordar.

Tabla final de posiciones:

1. Oleiny Linares (8 puntos)

2. Yerisbel Miranda (8)

3. Yaniela Forgas (7,5)

4. Lisandra Llaudy (6,5)

5. Yaniet Marrero (6,5)

6. Yoana González (6,5)

7. Maritza Arribas (5,5)

8. Roxangel Obregón (5,5)

9. Leannet Bosch (4)

10. Vivian Ramón (3)

11. Karla July Fernández (3)

12. Leancy Fernández (2,5)

Campeonato masculino

Todo era incertidumbre en el horizonte del certamen nacional masculino, luego de las primeras ocho rondas jugadas en la ciudad de Santa Clara con dominio compartido por tres jugadores: el camagüeyano Carlos Daniel Albornoz, el anfitrión Yasser Quesada y el habanero Roberto García.

Los tres acumulaban 5,5 puntos cuando solo restaban un trío de jornadas por celebrar y eran varios los que les pisaban los talones, como el capitalino actual monarca, Yuri González, cuarto con cinco rayas, seguido del avileño Luis Ernesto Quesada y el holguinero Isán Ortiz.

En medio de esa realidad hay sin dudas garantía de otro cierre de altas tensiones, por lo mucho que se pudiera decidir en varios enfrentamientos entre ellos que todavía restan por vivir.

(Tomado de JIT)