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Diez años de la Red de Ciudades Patrimoniales de Cuba (+ Fotos)

Detalle de la fachada de la Academia de Ciencias, en La Habana Vieja. Foto: Claudia Camps.

Tras años de práctica exitosa y paradigmática de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, y un trabajo que seguía su camino y ya estaba dando resultados en otras ciudades del país, en diciembre de 2008 quedó constituida durante una reunión en el hotel habanero Ambos Mundos la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba.

Años después, en 2013, por el Acuerdo No. 14 del Consejo de Estado, se instituyó la Red “como institución de carácter nacional y con personalidad jurídica propia”.

El Acuerdo señala: “La Red estará integrada por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y la de Camagüey, la del Conservador de la ciudad de Santiago de Cuba, Cienfuegos y la de Trinidad y el Valle de los Ingenios, las que se creen en las ciudades patrimoniales de Sancti Spíritus, San Salvador de Bayamo, San Juan de los Remedios y Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, así como las que por sus méritos históricos y patrimoniales se autoricen en adelante”.

Desde su institucionalización, entre otras atribuciones, la Red tiene la misión de apoyar la gestión en el manejo de las ciudades históricas, y promover y coordinar los trabajos de restauración, arqueología y cuidado de los valores patrimoniales del país.

Además, organizar eventos sobre manejo y gestión de centros históricos, promover la capacitación de especialistas y la incorporación de los sectores estatal y no estatal en las labores de recuperación y rehabilitación patrimonial y territorial.

La Red puede concertar contratos y convenios con entidades nacionales y extranjeras, incluidos organismos internacionales, ONG y otras personas naturales y jurídicas. Puede, igualmente, abrir y operar cuentas bancarias en moneda nacional o divisas, y recibir y utilizar donaciones en favor de la rehabilitación patrimonial.

Malecón de La Habana. Foto: Claudia Camps.

Patricia Rodríguez Alomá, directora del Plan Maestro de la Oficina del Historiador de La Habana y secretaria de la Red, destaca que el Estado cubano ha demostrado permanentemente un interés especial por el patrimonio cultural, algo que quedó evidenciado cuando en 1977, entre las primeras leyes que se promulgaron como parte de la reorganización institucional del país, estaban las leyes No. 1 y No. 2, directamente vinculadas con la salvaguarda del patrimonio nacional.

La Ley No. 1, Ley de Protección al Patrimonio Cultural, señalaba inicialmente que tenía “por objeto la determinación de los bienes que, por su especial relevancia en relación con la arqueología, la prehistoria, la historia, la literatura, la educación, el arte, la ciencia y la cultura en general, integran el Patrimonio Cultural de la Nación, y establecer medios idóneos de protección de los mismos”.

En su Artículo 3, establecía la creación del “Registro Nacional de Bienes Culturales de la República de Cuba, adscripto al Ministerio de Cultura”.

La Ley No. 2, Ley de los Monumentos Nacionales y Locales, creaba la Comisión Nacional de Monumentos, y definía la declaración de un Monumento Nacional o Monumento Local por su valor histórico, artístico, ambiental y natural o social.

La Dra. Arquitecta Patricia subraya, además, que la noción de salvaguardia de ese patrimonio “está intrínsecamente ligada al concepto de identidad nacional y al de soberanía”.

La pionera entre estas instituciones en el país fue la Oficina del Historiador de La Habana, fundada en la década de 1930 por Emilio Roig de Leuchsenring, y refundada en los 90 por el Decreto 143, en el cual se reconocía la labor de Leuchsenring y el hecho de que “la restauración y conservación del Centro Histórico demanda de una atención priorizada, y es menester para el cumplimiento de estos fines la ampliación del marco de autoridad de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y el fortalecimiento de su condición de institución cultural con personalidad jurídica propia, dándole jerarquía adecuada con el objeto, entre otros, de permitirle la obtención de recursos financieros”.

En 1996 se fundaba la Oficina del Conservador de Santiago de Cuba, en 1997 la Oficina del Historiador de Camagüey y la del Conservador de Trinidad y el Valle de los Ingenios, y en 2007 la del Conservador de Cienfuegos.

El documento estableció que la Red sería presidida por el Historiador de la Ciudad de La Habana, “que ostenta su máxima representación legal”.

Detalles de los palacios de los Capitanes Generales y del Segundo Cabo. Al fondo, cúpula del Colegio de San Gerónimo. Foto: Claudia Camps.

¿Qué ha significado y significa la red diez años después?

Además de una mayor visibilización de las oficinas del Historiador y del Conservador en las ciudades patrimoniales de Cuba, la realización de talleres y acciones comunes, el fomento de viejos oficios y el intercambio y transferencia de conocimientos en las áreas de rehabilitación urbana y recuperación del patrimonio, la Red ha trabajado durante estos años en el apoyo a la gestión y la organización de oficinas que surgen, la comunicación entre las existentes y las alianzas estratégicas con organismos como el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, el Instituto de Planificación Física y la Comisión Nacional de la Unesco.

En el área de la comunicación, se incluyen en el trabajo de la Red un programa de radio, Ciudades en red, que sale al aire en la emisora Habana Radio, además de otras emisoras locales y programas radiales, a lo que se unen una campaña de identidad (tanto en soportes gráficos como audiovisuales) y un documental (en realización) sobre lo hecho a lo largo de esta década.

Santiago de Cuba. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

La Red apoya a las ciudades patrimoniales en proyectos con apoyo de la cooperación internacional, y ha impulsado y colaborado con los programas e iniciativas por los 500 años de las villas de Baracoa, Bayamo, Trinidad, Camagüey, Sancti Spíritus, Santiago de Cuba y Remedios, y también en los que avanzan relacionados con el medio siglo de La Habana.

Igualmente, a través de la Red se concibieron dos regulaciones urbanas: las de Trinidad y Cienfuegos, y se está trabajando en las de Viñales. Se ha trabajado en la homologación de competencias, atribuciones y estructuras de las oficinas del Historiador y el Conservador, aun respetando la diversidad y las diferencias entre esas instituciones y entre las ciudades patrimoniales del país.

La de la Red y las oficinas que la conforman es una obra que vela por la conservación del patrimonio y su recuperación allí donde ha sido dañado por el tiempo o la acción del hombre, pero que también busca elevar y expandir el conocimiento sobre el patrimonio y su valoración como riqueza de la nación, parte de su cultura y de su identidad, y como recurso que también puede contribuir, desde sus características especiales, al desarrollo del país.

Para la Dra. Arquitecta Patricia Rodríguez Alomá, uno de los retos hoy es lograr una mayor presencia en las redes internacionales de patrimonio. Cuba, aun con pocos recursos, ha hecho en los últimos años un importante trabajo en la valoración y recuperación del patrimonio cultural, una labor que va más allá de La Habana y no es suficientemente conocida en el mundo.

“En el plano subjetivo ha ayudado mucho a la Red y a nuestras oficinas el hecho de que se haya ido creando una familia. Se van creando lazos, lazos indestructibles, de incondicionalidad, entre los representantes de unas y otras ciudades, lo cual ayuda a identificar prioridades, a viabilizar cuestiones en las reuniones que hacemos, en total confianza y con total sinceridad. Eso es muy importante, porque acelera los procesos”, afirma.

Hoy, parte del trabajo y las expectativas están en la creación de nuevas oficinas en ciudades patrimoniales cubanas. “Un gran reto que tenemos -dice Patricia- es crear esas oficinas, que nazcan con las estructuras adecuadas, y que se inserten como fuertes aliados de los gobiernos en sus territorios”.

Vista de la Iglesia de la Soledad, desde el Hostal Camino de Hierro. Camagüey. Cuba. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Trinidad, Patrimonio de la Humanidad y Ciudad Artesanal del Mundo. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Parque en la ciudad de Cienfuegos. Foto: Claudia Camps.