Diaz-Canel fue recibido por el Primer Ministro de Francia. Foto: Arleen Rodríguez Derivet / Cubadebate
Pudo ser una simple escala técnica. Unas horas de reposo para continuar un largo viaje rumbo a una gira intensa: cinco países en diez días.
Pero ni el Presidente cubano se da descanso, ni las relaciones tan antiguas como buenas entre Francia y la Isla son como para pasar de largo.
Cuando el IL 96 de Cubana aterrizó en Orly, en horas de la mañana, los termómetros marcaban 4 grados y un cielo gris como las aguas del Sena, eclipsaba el tímido sol mañanero, pero Miguel Diaz-Canel Bermúdez aprovechó la jornada para trabajar con la misma intensidad que en sus recorridos por Cuba.
Junto a la delegación oficial que le acompaña, atravesó la ciudad para encontrarse con el Primer Ministro galo Édouard Philippe con quien se reunió, sin prensa, en el Palacio de Matignon, sede del gobierno francés.
Por el carácter privado del encuentro, las primeras noticias sobre sus resultados, las twiteó el propio mandatario cubano: «Hemos sostenido un fructífero encuentro con el Primer Ministro de Francia, Édouard Philippe. Existen perspectivas para ampliar las relaciones políticas, diplomáticas, económico comerciales y de cooperación.»
Con más detalles explicaría luego a los diplomáticos de nuestro país en Francia, la calidad y calidez de las relaciones con los anfitriones, quienes han seguido, históricamente, una política soberana y favorable a la inversión en diversas áreas estratégicas de nuestra economía, que alcanzaron momentos culminantes con Fidel y Raúl en la presidencia.
Para ese momento, ya Diaz Canel había encontrado el tiempo y las energías para cumplir otros compromisos previos a su llegada a la embajada cubana en París y seguir por televisión, desde el salón Alejo Carpentier, la transmisión en vivo de los debates sobre la Resolución contra el bloqueo en Naciones Unidas.
Visiblemente emocionado por las intervenciones de los representantes de naciones de prácticamente todas las regiones del planeta a favor de la Resolución cubana, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, comentó con los presentes su optimista percepción sobre los resultados de la votación que tendrá lugar este jueves en la Asamblea General y aún tuvo tiempo de comentar con el auditorio, cómo marchan otros temas de la vida nacional, particularmente la Reforma de la Constitución.
Cuando se despidió de sus compatriotas entre abrazos y selfies, quedaba por delante un programa que incluye otro encuentro importante este jueves, cuando lo recibirá la Directora General de la UNESCO y antes, quién sabe cuántas reuniones de trabajo con la delegación que le acompaña.
Esta gira promete una intensidad que asusta casi tanto como el frío por debajo de cero con que nos espera Rusia.