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Fallece la actriz y directora artística Berta Martínez

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Berta Martínez fue merecedora de múltiples premios y condecoraciones y tuvo una grandiosa trayectoria artística en diversos grupos teatrales. Foto: La Jiribilla

Berta Martínez, actriz, directora artística y diseñadora escénica, Premio Nacional de Teatro y miembro fundadora de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba falleció a primeras horas de la madrugada de este sábado.

Merecedora de múltiples premios y condecoraciones, con una grandiosa trayectoria artística en diversos grupos teatrales, pionera de la Televisión Cubana, alumna de la Bown Adams Profesional Studio, alfabetizadora, Profesora Titular Adjunta del Instituto Superior de Arte, escenógrafa, dramaturga, investigadora, diseñadora de luces, actriz y directora, Berta Martínez mantuvo una postura integral ante el hecho artístico unió su vida a la de su país y su teatro.

Berta Martínez, un teatro de luz

Por Norge Espinosa Mendoza

Probablemente, en los ires y venires de las comadres de su pueblo natal, ya había mucho de lorquiano. En Yaguajay, ese pequeño sitio de Cuba donde ella nació, la vida era sencilla pero cruzada de mitos y gestos en los que las personas guardaban historias íntimas que también eran comidilla del poblado. De ahí, tal vez, vino esa imagen que luego ella reconstruiría tantas veces, a partir de las palabras del poeta de Granada al que dedicó tres montajes tan recordados. Lo cierto es que Berta Martínez, uno de los puntales de ese trío fabuloso sin el cual no podía imaginarse el teatro cubano a inicios de los 80, supo hacer con luces y sombras un mundo teatral propio, moviendo actores y figuras como conceptos, desde esa poesía desnuda a la que siempre apeló, y sin ocultar nunca sus esencias, sus voluntades rítmicas, su pasión por una escena en movimiento donde la poesía y la tragedia encontraran un eje de nuevas verdades ante el público.

Fue actriz, y una de las grandes. Empezó a ganar espacio en el teatro de las salitas que invadió a La Habana a inicios de los 50, y trabajó con diversos directores. El más importante de ellos en ese instante, Francisco Morín, le confió papeles y la codirección de algún montaje de Prometeo, el grupo líder en aquel momento. Con su voz inusual, su fuerte presencia, su capacidad para entender textos demandantes, Berta Martínez se fue haciendo de un sitio en aquel pequeño mundo de teatro de arte, y pasó a la televisión, donde también consiguió ser reconocida por su talento. Su paso por el Teatro Martí le hizo entender a cabalidad las estrategias interpretativas de quienes, en ese coliseo, manejaban lo popular y lo comedia, elementos que también le serían fundamentales para futuras experimentaciones.

Al triunfo de la Revolución, se integra a Teatro Estudio. Brilló en El perro del hortelano, y se ganó para siempre el rol de Lala Fundora, desde el estreno mundial de Contigo, pan y cebolla, la comedia de costumbres de Héctor Quintero, que dirigió Sergio Corrieri. Volvería al personaje de esa madre cubana en numerosas reposiciones, hasta fines de los 80. Su organicidad, la limpieza en la cadena de acciones, el dominio rotundo de una técnica stanislavskiana aplicada a la representación de los gestos y rasgos de una mujer que nos identificaba desde el escenario, se volvieron míticos. Se cuenta que en la escena del almuerzo, abría el mantel sobre la mesa y cada plato y cada cubierto aparecían, como por milagro, en el sitio debido. Controlaba detalles, la enunciación: construía concienzudamente un personaje que bajo las luces se animaba en retrato vívido de lo que somos.

Pero también era la directora que, desde La casa vieja, de Abelardo Estorino, trataba de encontrar una síntesis expresiva que luego fue ahondándose. Lo demostró con Don Gil de las calzas verdes, y luego con Bernarda, a partir de La casa de Bernarda Alba, interviniendo el texto y rompiendo concepciones anquilosadas, en 1970. La década no era propicia para esas aventuras, y habría que esperar a fines de ella para que, con Bodas de sangre, Berta Martínez pusiera al público y a la crítica a sus pies. Hilda Oates, hermosa y potente como esa madre negra que clamaba los textos del autor, era el centro de un espectáculo donde Isabel Moreno, Adolfo Llauradó, Miriam Learra y muchos otros talentos de Teatro Estudio se convertían, cada noche, en lo que ella quería que viéramos. Luces, contraluces, ella narraba desde la luz. El triunfo del espectáculo, influido por la vanguardia teatral rusa, como alguna vez dijera, era teatro cubano y universal. Ganó aplausos en muchos lugares. Era Berta Martínez en apogeo de sus fuerzas creativas. Junto a Vicente Revuelta y Roberto Blanco, ella era parte de ese triángulo dorado que el teatro cubano mostraba con orgullo en los años 80.

Después, vinieron Macbeth, La zapatera prodigiosa, La casa de Bernarda Alba, y su homenaje al bufo y al género chico con La verbena de la paloma, y Las leandras, con los que cerró su trayectoria, a inicios de los 90. La frescura, gracia, chispeante humorada cubana que comentaba nuestra realidad a manera de delirantes “morcillas”, movilizó al elenco de Teatro Estudio, y luego al de la Compañía Hubert de Blanck en estas reapropiaciones de los viejos títulos, con un aire de cubanía descacharrante y nostálgica, mezclando al negrito y a la mulata de nuestra comedia nacional con las célebres estrofas que cantaron nuestros abuelos en su juventud. Nostalgia, pero museo vivo de costumbres y teatralidad latente, fueron esos estrenos. Prometió uno más, otros títulos. Nunca llegó a dirigirlos. Pero nunca dejó de ser una maestra de actrices, actores. Y de ética.

Enemiga de los homenajes, enamorada del teatro al punto de hacerse delirante, ganó el Premio Nacional de Teatro y muchos más. Alguna vez logré que fuera a la sala Villena de la UNEAC para celebrar su cumpleaños. Quiso hablar y demostrar su sistema de actuación, en lo que trabajaba febrilmente. Para demostrar sus apuntes, nos regaló dos transiciones. Bastaron para ver renacer a la gran actriz que fue, y el público deliró aplaudiéndola. No he podido encontrar las fotos de esa tarde. Me quedan en el recuerdo, ahora que la noticia de su muerte me golpea cuando me alisto a regresar a Cuba. Me queda esa imagen de una Berta Martínez en el centro de la escena, bajo las luces con las cuales ella reinventaba el teatro. Su teatro. Que quien lo vio, no va poder olvidarlo nunca.

(Tomado de La Jiribilla)

Se han publicado 8 comentarios



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  • Carlos Mati dijo:

    Berta Martinez una grande entre las grandes , una ferrea luchadora de la etica y su integridad !!! , nuestra Bertucha por siempre !

  • Carlos Marti dijo:

    Berta Martinez una grande entre las grandes , una ferrea luchadora de la etica y su integridad !!! , nuestra Bertucha por siempre !

  • Francisco Rivero dijo:

    A los familiares y amigos, mi solidaridad en este momento de pesar.

    Un saludo fraterno

  • Nevalis Quintana dijo:

    Berta Martínez, entre nosotros.

    Este sábado 27 de octubre desperté, avisado por colegas de la Compañía Teatral “Hubert de Blanck”, con la noticia del deceso de mi Maestra de Teatro y diría mi segunda madre, la actriz y directora Berta Martínez López. A ella,vecina frente a mi casa en la calle 27 del Vedado y quien me descubrió en mis primeros andares en la TV en los años 90 del pasado siglo, debo mi entrada al mundo del teatro. Apasionada de la escena, Berta me introdujo con sus grandes puestas en la obra de Federico García Lorca, en el teatro y la zarzuela española con ribetes cubanos, a la prédica teatral de Stanislavski y de Brecht y a las esencias del teatro cubano.”Bodas de Sangre” ,”La casa de Bernarda Alba”, “La zapatera prodigiosa”, “El tío Francisco y las Leandras”, “Don Gil de las Calzas Verdes” y “La Verbena de la Paloma” fueron puestas únicas en la historia del teatro cubano donde tuve la dicha de participar como actor y donde recibí sus enseñanzas.

    Con la partida de Berta Martínez, se despide una generación de grandes directores de la escena cubana: Vicente y Raquel Revuelta y Roberto Blanco. Los 4 fueron los primeros Premios Nacionales de Teatro en Cuba. Ayer, mientras sus cenizas fueron veladas en su segunda casa, la Sala Teatro “Hubert de Blanck”, le dediqué en homenaje, junto a mis compañeros del grupo Teatro de la Villa, la función de la obra infantil “Los Tres Cochinitos”. Esta bítacora digital une sus páginas a su recuerdo y publica un artículo de la periodista Amelia Duarte, escrito hace tiempo atrás en el periódico “Granma” cuando Berta Martínez cumplía sus 85 años.
    ¡Gracias maestra, por enseñarnos ese mundo virtual de la creación: el Teatro!

    Nevalis Quintana Fernández.

    Blog "El Poeta teje las estrofas"
    http://neva.cubava.cu/2018/10/28/berta-martinez-entre-nosotros/

  • Nevalis Quintana dijo:

    Hace 20 años, un 27 de octubre de 1998, me preparaba junto con mis colegas de la Compañía “Hubert de Blanck” para mi primera gira artística al extranjero, rumbo a España. Viajábamos con 2 puestas teatrales de la maestra y directora Berta Martínez: “La Casa de Bernarda Alba” y “Bodas de Sangre”, en saludo al centenario del poeta granadino Federico García Lorca. En aquellos años Berta supo mostrarme su pasión por Federico, la esencia metafórica de su poesía social que tanto caló su época, y lograrla hacerla mía. Una prédica lorquiana, usada en una de sus puestas, siempre me acompaña en mi labor como artista y poeta:
    (El artista debe llorar y reír con su pueblo.Hay que echar el ramo de azucenas y mojarse de fango hasta la cintura para ayudar a los que buscan las azucenas…)

    Vísperas de aquella aventura teatral, escribí uno de mis primeros poemas, dedicado a Berta Martínez y como respuesta al conocido poema de García Lorca “Son de los negros en Cuba”. Este 27 de octubre, tras el adiós de la maestra Berta Martínez, vuelvo a retomar este poema homenaje.

    CONTESTA-SON A MI COLEGA FEDERICO.

    (A la maestra Berta Martínez, que cada día nos inculca

    ese universo virtual de la creación: el TEATRO.)

    Cuando salga la luna llena

    Iré a Granada, tu tierra;

    iré a Granada,

    en un coche de aguas negras.

    Iré a Granada,

    valle mojado por las fuentes de Sierra Nevada.

    Iré a Granada,

    sombra muda de tu pasión gitana.

    Iré a Granada,

    cuando aún voces de muerte resuenan

    cerca del Guadalquivir.

    Iré a Granada.

    ¡Ay, Federico García

    te llama la Guardia Civil!

    Iré a Granada.

    Luna llena, noche blanca,

    negros disparos, fruta muerta.

    ¡Oh, Granada! ¡Oh, ciudad de gitanos!

    Iré a Granada.

    ¡Oh, morena! ¿Quién te vio y no te recuerda?

    Iré a Granada.

    ¡Oh, Cuba! ¡Oh, ritmo de semillas secas!

    Iré a Granada.

    Siempre dije que tú volverías a Santiago

    en un coche de agua negra.

    Iré a Granada.

    Siempre dije que yo cruzaría tu huerta solitaria

    en la Vega de Granada.

    Iré a Granada,

    donde con un cuchillito, en un día señalado,

    se mataron los dos hombres del amor.

    Iré a Granada,

    donde en un oscuro rincón, a las cinco de la tarde,

    el llanto limpió la tumba del torero escritor.

    Iré a Granada,

    donde la madre-actriz ingente,

    ante el cadáver y el público, exclamó:

    “-¡Han matado a mi hijo!-”.

    Iré a Granada,

    Iré a Granada, tu tierra;

    en tu busca, mi fiel Federico, el poeta.

    ¡Iremos a Granada!

    Nevalis Quintana Fernández

    Blog "El Poeta teje las estrofas"
    http://neva.cubava.cu/2018/10/28/federico-y-berta-unidos-en-un-poema/

  • Antonio Salomon dijo:

    Berta Martinez una mujer excepcional ! , una creadora y artista fenomenal , que no tuvo reparos ni fronteras para en tiempos dificiles llorar y reir con su pueblo , para entrar en el fango hasta la cintura y buscar las azucenas blancas , como diria Lorca , ojala su ejemplo sirva para a esos artistas y academicos de Cuba y el mundo

  • Antonio Salomon dijo:

    Berta Martinez disfruté tanto, tanto cada parte y gocé tanto, tanto cada todo que me duele algo menos cuando partes porque aquí te me quedas de algún modo , que suerte haberte conocido , gracias por ser una gran maestra del arte y la vIda

  • EDILBERTO SOSA REY dijo:

    CADA DIA CADA MINUTO DE CADA HORA

    A: BERTA MARTINEZ

    CADA DIA CADA MINUTO DE CADA HORA,
    LOS BUENOS PARTEN,
    NOS DEJAN,NOS DEJAN SOLO SU IMPRONTA
    Y SU LEGADO,
    HO DIOS POR QUE ERES TAN DESCUIDADO QUE A BERTA NO HAS QUITADO,
    LOS BUENOS PARTEN,
    ES ASI Y NO ME CONFORMO,
    CADA DIA CADA MINUTO,CDE CADA HORA,
    NO IMPORTA QUEDAN SUS ENSEÑANZAS,
    QUEDA SU LEGADO,
    GLORIA A BERTA TU OBRA NO HA TERMINADO.
    MISA CONDOLECIAS A SUS FAMILIARES Y COMPAÑEROS DE ESE GRANDIOSO MUNDO DE LAS ARTES .

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