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Guantánamo: Matthew en la Memoria Colectiva

Guantánamo tras el Matthew. Foto: Rodny Alcolea Olivares / Cubadebate

Razón tuvo el filósofo y sociólogo Maurice Halbwachs, cuando definió a la Memoria Colectiva como: los recuerdos y las memorias que atesora y destaca la sociedad en su conjunto. Son representaciones del pasado que grupos de personas produce, conserva, elabora y transmite.

Y estas representaciones luego pasan de experiencias pasadas a convertirse actitudes prácticas que nos permiten enfrentar el presente.

Valga la definición para nombrar como manifestación de Memoria Colectiva para mostrar un presente todo lo trabajado a dos años del devastador paso del huracán Matthew, por la zona más oriental del país.

Hoy, sus desgarradoras huellas, dejadas aquellos días son apenas perceptibles ante el esfuerzo de miles de manos entregadas desde entonces y hasta ahora a las labores de la Recuperación.

El evento meteorológico azotó la provincia desde las seis de la tarde del 4 de octubre hasta las dos de la madrugada del siguiente día, su centro penetró por Punta Caleta, en el municipio de Maisí, con categoría cuatro, vientos máximos sostenidos entre los 220 y los 230 km/h, y rachas superiores que alcanzaron los 245 km/h. Su salida al mar se produjo por la Bahía de Mata, en Baracoa.

Las mayores afectaciones se concentraron en los municipios de San Antonio del Sur, Imías, Maisí y Baracoa.

El panorama dejado por Matthew era desolador, baste señalar que se afectó más del 72 por ciento del fondo habitacional de estos municipios, cifra que sobrepasó las 42 mil 338 viviendas, entre las de derrumbe total o parcial y daños total o parcial en los techos, 2 mil 186 instalaciones estatales, entre escuelas, consultorios del médico de la familia, panaderías, bodegas, entre otras. Más de 2 mil 706 kilómetros de carreteras y caminos y 37 puentes también sufrieron daños, y unos 78 mil 647 clientes quedaron sin electricidad.

En el sector agropecuario quedaban arrasadas 70 mil 574 hectáreas de diferentes plantaciones permanentes y temporales, como Cacao, Coco y Café, y las áreas boscosas del macizo montañoso. En las comunicaciones se partió la fibra óptica en la Vía Mulata; la Costa Sur y en el puente sobre el Río Toa. Las transmisiones de radio y televisión colapsaban con la caída de varias torres en Baracoa.

De los 83 acueductos existentes en esos municipios se afectaron 63, quedando sin suministro de agua 79 mil 388 personas. Grandes fueron las pérdidas y daños de bienes y consumo del hogar, fundamentalmente de equipos electrodomésticos, muebles, colchones, útiles de cocina y otros. Pero a pesar de tantas afectaciones, el pueblo guantanamero siempre mantuvo en alto su espíritu y confianza en que se saldría adelante, sobre todo tras conocerse que Matthew, gracias a la educación popular y las medidas adoptadas por la Defensa Civil, no provocó la pérdida de ninguna vida humana.

La presencia en Baracoa y Maisí del General de Ejército Raúl Castro Ruz, prácticamente horas después del paso del huracán, y sucesivamente toda la dirección de la Revolución, motivó y estimuló a los pobladores, quienes manifestaron la confianza en que nadie quedaría desamparado, y así fue y es.

Como en todos los fenómenos hidrometeorológicos ocurridos durante la
Revolución, fue nuevamente decisiva la unidad popular y el apoyo de los miembros de las FAR, el MININT, de todas las provincias del país, con el empleo de la técnica especializada para brindar vitalidad a las principales vías de acceso; el traslado de materiales de la construcción y productos alimenticios, la rehabilitación de los servicios básicos a la población, el suministro de agua, la elaboración de alimentos, la electricidad, las comunicaciones, la asistencia médica, el restablecimiento del curso escolar, atención a los damnificados, el mantenimiento del orden interior y la protección de los objetivos económicos, políticos y sociales.

Miles de materiales periodísticos recogen la titánica labor de la Recuperación, de los hombres y mujeres llegados desde toda Cuba, de organizaciones no gubernamentales presentes en la Isla, y de países hermanos para brindar su mano solidaria.

Dos años después se recuperaron la totalidad de las viviendas que sufrieron derrumbes parciales o perdieron total o parcialmente sus techos, y hasta la fecha alrededor del 80 por ciento de los derrumbes totales, que son los casos más complejos.

A Maisí y Baracoa le nacieron áreas donde se levantan viviendas petrocasas y otras con tecnologías Forsa, Gran Panel y Sandino. Renacieron los hogares de comunidades de Maisí, rehabilitadas por el proyecto Barrio Nuevo BarrioTricolor. Son transitables la mayoría de las carreteras y los caminos, y surgieron otros, se terminó el majestuoso puente sobre el rio Toa y el tramo La Boruga entre Baracoa y Maisí, lo cual mejora transportación de pasajeros y cargas.

Nuevos molinos procesan áridos y funcionan diversas minindustrias para la producción de materiales de construcción y otras para la elaboración de bienes del hogar y la prestación de servicios a la población.
De las 70 mil 574,9 hectáreas de plantaciones forestales, de coco, café, cacao y frutales dañadas se recuperan más de 70 por ciento. En el sector del transporte además de recuperar las instalaciones, se elevó la
disponibilidad técnica.

Las instalaciones del Turismo se recuperaron y reanimaron en un corto tiempo, construyéndose la Villa Punta de Maisí y el hotel Faro Maisí.
Funcionan la totalidad de las escuelas consultorios y otras instalaciones estatales dañadas.

Muchos podrían ser los ejemplos, y mucho también lo que falta por hacer, para que, a dos años del paso de Matthew, la memoria colectiva recoja las bondades de la Recuperación.

Matthew en la memoria colectiva. Foto: Rodny Alcolea Olivares / Cubadebate

Matthew en la memoria colectiva. Foto: Rodny Alcolea Olivares / Cubadebate

La recuperación de Guantánamo a dos años del Matthew. Foto: Rodny Alcolea Olivares / Cubadebate

La recuperación de Guantánamo a dos años del Matthew. Foto: Rodny Alcolea Olivares / Cubadebate

La recuperación de Guantánamo a dos años del Matthew. Foto: Rodny Alcolea Olivares / Cubadebate