- Cubadebate - http://www.cubadebate.cu -

Saldo cubano en el mundial de voleibol femenino: Dos sets ganados y cinco derrotas en línea

El equipo cubano debe consolidar su selección regular. Foto: Getty Images

Como anunciaban la gran mayoría de las previsiones, la selección femenina de voleibol de Cuba perdió este jueves ante Turquía y salió del Campeonato Mundial sin una sonrisa y con más preocupaciones que esperanzas. Solo dos sets ganados, cinco descalabros en línea y escasas luces individuales anuncian un largo camino para recuperar al menos una parte de las glorias pasadas.

De antemano Cuba sabía tres cosas: lo difícil de un grupo donde todas las selecciones tenían mejores posiciones en el ranking, la inmensa renovación que sufrió el equipo justo después de los centroamericanos de Barranquilla y la prueba de fuego que representaba este mundial para muchachas talentosas pero inexpertas en demasía. Aun así, el saldo final borró algunas luces que surgían en el horizonte.

En sus tres partidos iniciales frente a las titulares olímpicas chinas, las siempre complicadas búlgaras y las italianas subcampeonas del Grand Prix de 2017, las criollas apenas tuvieron oportunidad y solo pasaron de 20 puntos en uno de sus nueve sets. En esos partidos, por ejemplo, las asiáticas marcaron 17 bloqueos, mientras con Bulgaria e Italia el exceso de errores no forzados otra vez fue el principal problema para las dirigidas por Tomás Fernández.

Ailama Cesé está llamada a ganar protagonismo en el equipo. Foto: Getty Images

Contra Canadá y Turquía la historia no cambió mucho y Cuba no dominó con propiedad ninguna de las áreas de juego, aunque logró al menos ganar un parcial en cada partido. Una escasa agresividad en el servicio, los habituales problemas de recepción y la desconcentración propia de la falta de experiencia y juego al primer nivel se combinaron para caer ante equipos menos fuertes pero también favoritos para llevarse el éxito.

Así, ninguna de las jugadoras criollas pudo incluirse entre las 25 mejores voleibolistas en los principales indicadores de juego. En el bloqueo, Laura Suárez terminó en el lugar 27 y la joven Eglis Sabin Terri ocupó la posición 29 entre las pasadoras. En el resto de los apartados, las antillanas apenas disfrutaron del puesto 32 de Diaris Pérez en el ataque, así como el 33 de Ailama Cesé en el recibo y su lugar 39 entre las mejores anotadoras.

Junto a la ausencia de una figura descollante en la selección, estos datos dejan también otra lectura importante: como hacía años no ocurría en nuestro voleibol, ahora la mejor calidad no recayó en el ataque, un área clave dentro del sistema de juego cubano. Además, el modesto aporte del servicio y la defensa de campo se combinaron para frenar un resultado menos catastrófico.

Cuba no pudo incluir a ninguna de sus jugadoras entre las veinte mejores de cada apartado. Foto: Getty Images

Ninguna parte de esta historia es nueva o lleva el sello de sorpresa. La inestabilidad que desde hace años padece el voleibol femenino cubano —tanto en la composición del equipo como de su cuerpo técnico—, la ausencia a eventos con demasiado rigor para el nivel actual de las selecciones del patio y la poca efectividad en la implementación de la política de contratación en clubes profesionales, parecen lastres de mucho peso para aspirar a un resultado mejor.

Que al voleibol cubano le falta trabajo por delante es una verdad a voces, como también es lo necesario del regreso al camino de élite para uno de los deportes más queridos en Cuba. No obstante, los resultados a nivel panamericano de las selecciones en las categorías para menores de 18 y 23 traen un soplo de aire de cara al futuro, pero concretarlos en los próximos años es otro reto mayor.

Por lo pronto, el Campeonato Mundial de voleibol sigue su curso y mientras la Isla regresa a casa, otras tres cosas no debería olvidar: fortalecer el trabajo en la base, estabilizar la selección de mayores y garantizar la preparación de sus voleibolistas tanto en Cuba como en los clubes extranjeros son otros retos vitales para encontrar el rumbo. Al final, Cuba tiene el peso de la historia.