Imprimir
Inicio »Noticias, Ciencia y Tecnología  »

Científicos consiguen rejuvenecer células humanas en condiciones de laboratorio

| 17 |

Comparación células sanas (derecha) y células envejecidas (izquierda). Foto: Agencias.

La célebre fórmula de la eterna juventud representa un sueño que el ser humano ha buscado durante siglos. Pero antes de llegar a alcanzar ese increíble remedio que nos mantenga jóvenes, primero debemos bajar a niveles inferiores y aprender las causas por las que envejecen los ladrillos básicos que componen nuestro cuerpo: las células.

Un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de Exeter ha publicado los resultados de un fascinante trabajo en el que han conseguido revertir en su laboratorio los efectos del envejecimiento en células humanas. Para entender este avance, la doctora Lorna Harries, una de las responsables de la publicación, explica que “existen muchas razones por las cuales nuestras células y tejidos dejan de funcionar, y una de estas causas del envejecimiento es la acumulación de células senescentes”

Estas células senescentes son células envejecidas, deterioradas, que no funcionan como deberían, pero que además comprometen el funcionamiento de otras células más jóvenes que están cerca. Esto significa que estas “células senescentes” no solo funcionan de manera incorrecta sino que además afectan y dificultan el trabajo de las otras células operativas que tienen a su alrededor.

Envejecimiento celular. Foto: Yahoo Noticias.

Por otro lado, sabemos gracias a otros estudios que si conseguimos eliminar algunas de estas células viejas disfuncionales mejoramos muchas características del envejecimiento en animales, como la aparición tardía de cataratas. El reto al que se enfrentaban los investigadores de Exeter era conseguir eliminar estas células senescentes en tejidos humanos.

Para su investigación trabajaron con una sustancia química que libera pequeñas cantidades de sulfuro de hidrógeno, una molécula que se encuentra de manera natural en nuestro organismo y que ha demostrado que mejora diferentes características en enfermedades relacionadas con la edad. Por supuesto, el sulfuro de hidrógeno puede ser tóxico en grandes cantidades por lo que los investigadores necesitaban encontrar una manera de depositar la cantidad justa y hacerlo exactamente en la parte de la célula donde se necesita.

Utilizando herramientas de encapsulamiento molecular consiguieron depositar las cantidades justas de sulfuro de hidrógeno en mitocondrias de células endoteliales, las células que recubren y forman las paredes de nuestros vasos sanguíneos y capilares. Al tratar células senescentes con estas pequeñas cantidades de sulfuro de hidrógeno los investigadores afirman que han podido aumentar los niveles de funcionamiento, rejuveneciendo así las células envejecidas.

Evidentemente, estos resultados publicados representan solo un pequeño paso in vitro pero los autores se muestran muy satisfechos y creen que en el futuro eliminar células senescentes en seres humanos permitirá reducir o incluso eliminar los efectos de numerosas enfermedades relacionadas con la edad.

(Tomado de Yahoo Noticias)

Se han publicado 17 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Rey dijo:

    Excelente noticia. Seria bueno que los frutos del trabajo investigativo se recogieran en corto plazo. En estos temas es en los que debia enfocarse la inteligencia humana.

  • Virgen Maria dijo:

    Ese futuro lo veran nuestros nietos si acaso...... para mi no hay esperanza, no obstante bravo por la ciencia.

  • esasi! dijo:

    por diossssssss!!! q gran noticia!!! ahora si q parece q estamos en camino a un futurooo inmortal!! jajaja

  • Master Fer. dijo:

    Vuela vuela hojita mía, de Este a Oeste con el viento y regresa en un momento tomando el Norte por guía (o mejor el Sur) ... y no olvides que al caer... yo pueda rejuvenecer: quiero tener 20 años, auque 20 años no es nada, quiero 20 sin contar la gloria que ya he vivido.

  • Juan A dijo:

    Ahora si me sabe. Yo tego 82 año y sienpre he pensado llegar a los 100 pero con ese descubrimiento podria pasar d 150.
    La ciecia es maravillosa cuando esta' al servicio del hombre y no pare eliminarlo

  • ALEGRE dijo:

    Realmente esa noticia es buena, me vendria muy bien que mis celulas se rejuvenecieran un poco, pero no para ser inmortal, solo para mejorar un poco mi calidad de vida un poco afectada sobre todo en mis rodillas, imaginense caminar sin dolor y dormir sin dolor, que bueno sería eso.

  • Amaury II dijo:

    Uuuuffff, que llegue pronto, pues sino dentro de poco tiempo voy a tener mas arrugas que un metro de tela curduroi

  • A Xere dijo:

    Allá aquellos que se estresan en tratar de revertir lo que es ley natural... No logro entender cuál es el problema con llegar a viejo. Lo que deberían es buscar una aplicación de esto en alguna cura de alguna enfermedad, enfatizando en aquellas que hasta hoy son incurables, o casi. Pero, ¿evitar la vejez? Qué absurdo...

    • Carlos Gutiérrez dijo:

      Asere:
      Cuando tengas sesentaipico de años, cataratas y artrosis de rodilla de tanto cargar pesos trabajando como tengo yo, entonces comprenderás que lo único absurdo es el comentario que tú has hecho hoy aquí.

      Ojalá que lo comprendas mucho y pronto, para que también comprendas que no se orina contra el ventilador.

      Saludos.

    • Marcus Aurelius dijo:

      Algunos datos para los que todavía insisten en que solo Dios decide cuándo debemos estirar la pata.

      El promedio de vida durante el imperio romano era de 25 años y aumentó a 33 años, durante la edad media. A principios del 1,900 llegó a los 55 años, mientras que hoy, gracias a la ciencia y la tecnología, ronda entre los 78 y los 85, según el país de que se trate. Y sigue aumentando! La mujer más vieja del mundo murió a lo 117 años de edad en Japón.

      Vinieron, los antibióticos, las vacunas y las transfusiones de sangre (que algunos todavía rehúsan por prohibirlos ciertos libros). Ya los transplantes de órganos cosa común y algún dia hasta el cerebro de un viejo y jorobado científico se podría colocar dentro de un cráneo vacío de algún joven y sano socotroco.

      Es una lastima que el genial cosmólogo Stephen Hawking no haya vivido lo suficiente para beneficiarse de esto que la ciencia tiene para todos a la vuelta de la esquina.

      • Carlos Gutiérrez dijo:

        Eso no prueba nada, Marcus Aurelius. Tal vez ese Dios contra el tu obsesas, decidió que descubriésemos métodos y sustancias para que el promedio de la gente viva un poco más.

        Pero todavía siguen muriendo muchos jóvenes y niños, y los centenarios no son uno de los inventos de este siglo. De algún lugar salió la leyenda de Matusalén ¿No crees?.

        Y, si con la despectiva frase "ciertos libros", te refieres a ese magnífico monumento literario e histórico que es La Biblia, te diré que en ninguna de sus partes se mencionan para nada las transfusiones de sangre, por la sencilla razón de que no se habían inventado cuando se escribió el último de sus libros. Lo que se dice a respecto en el Génesis es lo siguiente:

        "9:3 Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo.
        9:4 Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis".

        Punto. Nada más. En base a esa escueta orden del Señor de la Biblia, una secta de cuyo nombre no quiero acordarme, construyó todo un gran andamiaje en contra de las transfusiones de sangre, que también prohibe comer morcillas, carnes sin desangrar galleticas de chocolate, ciertos embutidos, etc. Pero fueron los jefes de la secta, no la Biblia, quien prohibió las transfusiones a sus fieles.

        Por cierto: ¿Has leído La Biblia?

      • Marcus Aurelius dijo:

        Buenos días Don Carlos Gutiérrez !

        Me da la ligera impresión de que me siguen los pasos, como el inspector Javert detrás de Jean Valjean por las oscuras callejuelas y húmedas cloacas de París. (o debería llamarlo Don Carlus Gutierriuz, como usted mismo sugirió en su respuesta anterior a un viejo comentario mío sobre otros asuntos relacionados con el origen de la vida?).

        Si no me equivoco, creo que ambos son la misma persona, a menos que haya un impostor por el medio o alguien sufra del trastorno Freudiano de la doble personalidad.
        Considero un sumo elogio sus ataques o intentos de corregirme citando pasajes supuestamente mal interpretados por el que escribe, Marcus Aurelius. (Je,je; no se ría, es solo un sobrenombre como muchos otros que aquí abundan. No soy descendiente directo del ilustre emperador romano.)

        Bien que recuerdo su rechazo anterior al diseño universal inteligente, calificandolo de disparate. Sin embargo ahora, según se infiere de su escrito, claramente lo defiende citando amorosamente pasajes seleccionados del gran "Libro de los Dogmas y las Supersticiones", cuyo contenido supuestamente es obra de un dudoso personaje ubicado convenientemente en el más allá y nunca visto por mortal alguno, a no ser bajo la influencia de la histeria colectiva o plantas alucinógenas en ritos colectivos, como hacían las sacerdotisas en el Oráculo de Delfos.

        La cosa es bien simple, amigo Carlos. Un personaje supuestamente tan importante para la humanidad no debería esconderse para premiar a quien dice haberlo visto y luego castigar a quien no logra verlo. Le sugiero que acompañe a su filosofía y refinados argumentos con
        evidencias y pruebas objetivas si desea llegar a ser convincente. La ciencia habla con hechos y su juez final es la evidencia. Lo demás son fantasías y puras conjeturas emocionales.

        Es fácil inventar, eso mismo hacían los griegos de la antigüedad y llenaron el Olimpo de dioses, de los cuales no queda ni uno solo, a no ser en los libros de mitología. Lea la Enciclopedia Mundial de Deidades y se asombrará de las miles inventadas a lo largo de la historia por diferentes culturas.

        Lo gracioso el caso es que cada cual cree que la suya es la verdadera y la refina cuidadosamente según los gustos personales. Si las diversas religiones no han logrado ponerse de acuerdo entre sí, sería ilusorio el esperar que acepten la explicación que tiene la ciencia sobre el origen de la vida y del universo.

        Entre los libros que mencioné en mi comentario anterior no figura su Biblia, ese libro sería bien fácil de contradecir. Hasta un niño que no crea en Santa Claus podría refutar la fantasía evidente. No es necesario leerla de cabo a rabo para percatarse de la abundancia de mitos, más o menos al estilo de la Ilíada y la Odisea de Homero. Muchos de los consejos bíblicos son humanistas y respetables pero no de origen divino. Los humanos ya los practicaban en la cavernas decenas de miles de años antes de que la Biblia fuera escrita. Es solo el resultado del comportamiento de las especies sociales para beneficio de la convivencia en común.

        Me referí a otros libros o folletos callejeros bastantes similares pero de más reciente creación, donde en la portada de uno de ellos, por ejemplo, se ilustra a un conjunto de niños felizmente jugando con leones en un paraíso idílico mientras los mansos felinos, por obra y gracia del señor de los cielos, se comportan como gatos caseros y olvidan sus ancestrales instintos de satisfacer el hambre.

        Esos folletos se caracterizan por crear la confusión en el lector citando "estudios" de conocidos pseudocientíficos promotores del académicamente desprestigiado creacionismo y del diseño inteligente con el objetivo de restarle veracidad a la hasta ahora invicta Evolución Darwiniana de las Especies mediante la Selección Natural.
        Sin Darwin o Wallace no existiría la biología moderna. Creámelo.

        Claro que sé perfectamente que los hombres que escribieron la Biblia desconocían sobre las hoy valiosas transfusiones de sangre. Para ellos la sangre solo servía para hacer morcillas. También desconocían la redondez de la Tierra, del Sol y de las estrellas o que los pensamientos humanos tenían su origen dentro del cráneo y no en el estómago o el corazón, como se creía en aquella época.

        No hay gigantes en el horizonte, Don Carlos..... solo molinos de vientos!
        Hasta la vista y que tenga buen dia.

  • Simon dijo:

    Apurense, amigos investigadores, porque "si el sombrero tarda mucho en llegar .... no va a encontrar cabeza", como decía mi abuela.

    La juventud, sueño eterno de nosotros los humanos. Con el pasar de los años no solo nos duelen los juanetes sino que cuando nos agachamos a recoger algo del piso las coyunturas suenan como las tablas de una carreta vieja tirada por bueyes.

    Hasta ahora ni el ilustre y sabiondo médico chino ha encontrado la solución apropiada que ponga fin a las abrumadoras senescencias de la edad. Y mira que los chinos saben!. Confucio estiró la pata esperando que otro chino resolviera la cosa y murió de viejo con
    la barriga inflada de inservibles cocimientos caseros, mientras le pedía a su concubina que le acercara el tibor a la cama porque ya no podía orinar de pie.

    Algunos historiadores cuentan que ciertos alquimistas de la época perdieron la cabeza bajo el filo de la cimitarra por no haber podido encontrar a tiempo la solución a los dolores y las cataratas del emperador chino de turno o leer en el firmamento los presagios funestos de los astros.

    El gran Isaac Newton, padre de la física clásica y brillante matemático, también intentó crear una poción o brebaje que según él le proporcionaría juventud eterna al que lo bebiera. Está demás decir que la cosa no funcionó. Newton murió de viejo a los 84 años, estreñido, con achaques y más arrugas en la frente que una rodilla de rinoceronte.

    Otro fascinado por el mito de la fuente de la juventud fué Don Juan Ponce de León. Este ilustre español exploró los bosques de La Florida a mediados del siglo XVI y solo encontró indios hostiles, caimanes y millones de mosquitos y garrapatas. Murió en La Habana a los 61 años de edad.

    Su compatriota, Don Hernando de Soto, murió en la Florida pero bastante joven a los 42 años acompañado de estertores y alucinaciones a las orillas del río Mississippi, víctima de la fiebre amarilla transmitida por los cabrones mosquitos. Su amada esposa, Doña Isabel de Bobadilla, nunca cesó de esperarlo y otear el horizonte desde las viejas murallas de la Ciudad de La Habana.

    En fin, para resumir y no alargar mucho el comentario saliéndome de contexto, debéis recordar que el mencionado sulfuro de hidrógeno es un gas explosivo de olor bien desagradable a huevos podridos y responsable de la fetidez de los gases que comúnmente expulsan por el ano los mamíferos como nosotros. Los efectos secundarios pueden ser peores que la vejez.

    Saludos y suerte para los investigadores. Sin ellos la humanidad volvería a la edad de piedra.

  • Stella dijo:

    S.O.S

  • albehz dijo:

    bueno por lo menos todavia quedamos humanos para hacer el bien, es una gran noticia pero que no se use en persona como trump y no es politica simplemente es que hay que utilizarlos en personas racionales y coherente Saludos

  • Ofelia dijo:

    Todo lo que sea bueno para la humanidad es muy bien recibido, malo es que se hable de inventos de bombas y armas para exterminar al mundo, ya tenemos bastante con la madre naturaleza que nos golpea a diario con sus más fervientes razones.

  • jorge luis arias abat dijo:

    que cosas tiene la vida, el ser humano y sus anhelos por una parte sería perfecto ser joven pero tambien hay que tener en cuenta el tiempo y el ciclo natural de la vida, es excelente que rejuvenecerse pero hay que temer mucho cuidado con este tratamiento para lo apliquen en humanos, no sea cmo ya se ha visto a lo largo de los años que en vez de mejorar, empeoremos y despues esto se vuelva una dificultad para la humanidad

Se han publicado 17 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Vea también