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A Maisí, sin el susto de La Boruga

El nuevo tramo del Vial Jobo Claro garantiza el tránsito seguro hacia Maisí Foto: Rodny Alcolea / Cubadebate

Durante las décadas de la seudorepública viajar desde la Primera Villa de Cuba Baracoa hasta Maisí, el más oriental de los territorios de Cuba, era una verdadera odisea, historias de pobladores de la región recogen las muchas muertes que causó la no existencia de transporte para auxiliar a enfermos y las dificultades de los viajes a pie o a caballo para ir de un poblado a otro.

Con la Revolución en el poder se dan los primeros pasos para posibilitar el acceso entre Baracoa y Maisí, pero no es hasta la década del 80 del pasado siglo en que se realiza un desvío que mejorará el existente en la zona conocida por La Boruga.

Es entonces que se ensancha, pavimenta y construyen muros de defensa en el curvilíneo tramo de algo más de 4 kilómetros, posibilitándose el paso de los vehículos. Pero debido a sus peligrosas pendientes y curvilíneo trazado por el cual transitar, el susto de los viajeros al pasar La Boruga continuaba igual.

El devastador paso del huracán Matthew en octubre de 2016, y su estela de millonarias pérdidas reafirman la imposibilidad de realizar por esta vía el traslado de grandes volúmenes de recursos y equipos pesados, necesarios para la recuperación del municipio Maisí.

La máxima dirección del país aprueba entonces la construcción de un nuevo vial que dejara atrás las dificultades presentes en La Boruga, y el susto para quienes transitaban entre Baracoa y Maisí.

Pocos días después de Matthew se inician las acciones constructivas de un nuevo tramo desde el puente del costero poblado baracoano de Yumurí hasta Jobo Claro en Maisí, proyecto que dejaba atrás la peligrosidad de transitar por La Boruga.

El trazado se desplazaría por una zona totalmente boscosa con una topografía extremadamente abrupta y una formación geológica de rocas calizas, cársicas, conocidas como diente de perro, debiendo salvar cuatro grandes elevaciones constituidas por el sistema de terrazas de Maisí, aprovechándose un derrotero de unos 300 metros.

Topógrafos, especialistas de proyecto y constructores de vialidad y de varias empresas del país participaron en la ejecución del tramo que bordea la cordillera con pendientes de entre 12 y 14 por ciento y curvas horizontales que responden a los parámetros y las normas establecidas para las carreteras de montaña, y permite el tránsito seguro de cualquier tipo de vehículo.

Un resumen técnico de la ejecución del actual vial señala que su construcción requirió la excavación con explosivo de 1,49 kilómetro de roca con un volumen de 264 mil 110.0 metros cúbicos. Así como la pavimentación con hormigón hidráulico de casi dos kilómetros.

Por la magnitud de la labor realizada y brevedad en su ejecución le fue entregada a sus protagonistas la condición sindical de Proeza Laboral. Múltiples son los beneficios en el orden económico social llegados con la terminación del vial, bastaría como ejemplo la posibilidad de una nueva ruta de pasajeros entre la capital del país y Maisí en ómnibus Yutong.

Y si estas razones no fueran suficientes bastaría la satisfacción de poder viajar hasta el extremo más oriental de Cuba, con una parada en el nuevo mirador turístico construido en Punta de Silencio, y disfrutar de la singular geografía de una las regiones más bella y virgen de la Isla.

La imagen muestra el nuevo vial (verde) y el antiguo existente en La Boruga. Foto: Cortesía vialidad Guantánamo

Titánica fue la labor realizado por varias brigadas constructoras del país. Foto: Rodny Alcolea / Cubadebate

Titánica fue la labor realizado por varias brigadas constructoras del país. Foto: Rodny Alcolea / Cubadebate