Cubadebate

Pienso que lo que dice el presidente sudafricano es una realidad. El futuro puede ser prometedor para ellos y sus ciudadanos. Los cinco países apuestan en estos momentos por un mundo multipolar, luchan por situarse en los vértices de ese pentágono que forman. Pero a ver si logran lo que aspiran. Necesitarían salir airosos por lo menos en los seis aspectos siguientes:
-Llevar a cabo una única agenda de desarrollo
-Enfocarse en la prosperidad compartida
-Aplicar eficientemente las nuevas tecnologías que existen
-Lograr un crecimiento sostenible
-Incorporar a sus respectivos pueblos al esfuerzo productivo
-Repartir lo más equitativamente posible las ganancias, dentro de sus sociedades.
Y aprovechando la oportunidad que brinda esta noticia para hacer comentarios, creo que Cuba tiene ahora mismo la gran oportunidad de dar el más importante salto económico de su historia. Pero debiera en primer lugar, ser capaz de incorporar a toda su sociedad a ese esfuerzo productivo. En nuestro país debe privilegiarse, estimularse, la producción. No debe haber fronteras para el que produce. Nuestros cuentapropistas, fundamentalmente dedicados a los servicios, producen muy poco y hasta sus servicios son deficientes también. ¿Por qué son deficientes? Porque sin producción tampoco podrá haber buenos servicios. Da pena, y además es muy negativo para el verdadero desarrollo de Cuba, que el estado no logre incorporar a su pueblo a la producción; más bien el estado impide casi siempre que se logre esa incorporación. Da pena, y es además muy negativo, ver a esa masa de vendedores de timbiriche o vendedores ambulantes, que inundan las calles cubanas, pregonando sus pobres marcaderías. Se ha desarrollado en Cuba una auténtica economía informal, vergonzosa y dañina. Una gran cantidad de esos productos que venden los llamados cuentapropistas, provienen del estado o son producidos con recursos de este. Ese mismo estado se hace la vista gorda, porque son sus propios funcionarios los ladrones. Y la población se ve obligada a consumir el producto sucio, auque protesta; porque no existe otra manera de cubrir sus necesidades más perentorias. A los pueblos no hay que organizarlos para que produzcan, ni hay que enseñarlos a producir; los pueblos únicamente nacisitan libertad para trabajar, y los resultados se verán muy pronto. A los pueblos no hay que temerles; ellos son sabios para encarar el futuro: y cuando se equivocan, rectifican y siguen incontenibles. Los que oprimen la fuerza y la inteligencia de sus pueblos son traidores a estos.