El viernes se reportaban cientos de bloqueos en 24 de los 27 estados de Brasil. Foto: Reuters
La mayor ciudad y principal centro de negocios de Sudamérica, Sao Paulo, declaró estado de emergencia el viernes y suspendió los servicios administrativos no esenciales para ahorrar combustible, en medio de una protesta de camioneros que bloquean las principales autopistas de Brasil hace cinco días.
En un comunicado, el Ayuntamiento paulista explicó que el estado de emergencia permitirá incautar bienes privados como la gasolina almacenada en una estación de combustible, y hacer compras sin necesidad de seguir los procedimientos estándares de presupuesto y licitación.
En el quinto día de bloqueo de los camioneros, que protestan por el alto precio del combustible, reportes de prensa indican que en Sao Paulo, con más de 12 millones de habitantes, el servicio de autobuses opera al 60% de su capacidad y muchas estaciones de servicio están sin gasolina, al igual que en Brasilia.
El comunicado del Ayuntamiento adelanta que en caso de alargarse la huelga podría ser decretado un feriado nacional como consecuencia del desabastecimiento causado por las protestas.
La protesta, activa en 24 de los 27 estados de Brasil, forzó la cancelación de vuelos en el aeropuerto de Brasilia, donde también se reportó un alza de precios de los carburantes y alimentos y la ralentización o detención de la actividad en fábricas y frigoríficos.
Precisamente desde Brasilia, Michel Temer movilizó el viernes a fuerzas federales de seguridad “para desbloquear carreteras”, según una breve declaración del Palacio de Planalto. Los efectivos provienen de la Policía Federal, la Policía Caminera y las Fuerzas Armadas, dijeron fuentes del gobierno a la prensa.
Poco después, las principales centrales sindicales brasileñas advirtieron en un comunicado que “la propuesta del gobierno de convocar a las fuerzas armadas como instrumento de represión es querer apagar el fuego con gasolina: va a instigar el conflicto y dificultar una solución equilibrada”.
El gobierno de Temer y la mayoría de los sindicatos de transportistas llegaron el jueves a un acuerdo para suspender por 15 días el movimiento, pero el viernes se reportaban más de 500 bloqueos en 24 estados y parte importante del sector, incluida la Asociación Brasileña de Camioneros, que agrupa a 700 000 miembros, rechazaba el pacto alegando que no se ha cumplido el trato inicial, de reducir los impuestos antes del fin de semana.