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Barcelona derrota 2-0 al Athletic y conserva el invicto en la Liga (+ Fotos)

El Barcelona dominó de principio a fin. Foto: @FCBarcelona_es.

Paco Alcácer y Messi guiaron al Barcelona en el triunfo 2-0 sobre el Athletic Club en el Camp Nou. Al minuto 8, el ex delantero del Valencia puso delante a los locales y el argentino sentenció quince minutos antes de que culminara el primer tiempo.

La crónica del partido

El líder no aplaza las tareas. Entra a todo trapo, liquida la contienda y la mete en el congelador. Un primer tiempo brillante, con dos goles y tres palos, de nuevo con Messi inspirado en la creación y el remate, despachó a un Athletic blandísimo y deprimido. Desde 2001 no gana en el Camp Nou, y en esa serie tan negativa pocas veces ha ofrecido tan poca resistencia como en la primera parte de ayer. Espantoso.

Esté como esté, el Athletic tiene algo que excita a Leo Messi. Por las dificultades tradicionales en San Mamés, los marcajes individuales o el color de la camiseta, el 10 se enchufa y baila a los leones.Literal en este caso. Con lo imaginativo que es en la elaboración de los goles, su celebración es casi siempre la misma. Ayer remató con violencia desde la frontal junto al palo izquierdo de Kepa, cantó el tanto, señaló a la tribuna y agitó los hombros., como un púgil con la guardia alta. Descubrió de esa manera que hay algo en lo que Gerry Mina es mejor que él.

El zurdazo seco y clásico de Leo coronó 30 minutos excelentes del Barcelona, plenos de ritmo y de acierto. No se notaron las ausencias de Busquets y Suárez porque sus recambios funcionaron a pleno rendimiento. A Alcácer no se le puede poner pega porque embocó el primer balón que le llegó, servido por Jordi Alba, que partió en fuera de juego. En cuanto al medio centro, posición tan sensible en el juego azulgrana, quedó tan bien guardada por Rakitic que fue un robo suyo lo que activó el primer tanto. Excelente el croata en el juego posicional, al que cada día resulta más difícil verle de regreso al interior diestro.

La claridad en el ataque azulgrana no sólo produjo esos dos goles en medio partido. También estrellaron tres balones en los palos. Dos de Coutinho, uno violento de volea y otro en vaselina superando a Kepa, de largo el mejor de su equipo. El tercero fue un buen disparo lejano de Paulinho, más participativo que otras tardes. En realidad todos los azulgranas disfrutaron del primer acto por la inacción rojiblanca. Rara vez se ha visto a un Athletic tan entregado, con la guardia baja. Desde la alneación, sin Aduriz y Williams, al abandono material de su delantero, Sabin Merino, que corrió hasta la desesperación sin rascar bola.

Una sola modificación en el descanso dio vida en ataque a los leones. Entró Iturraspe por Beñat, pieza por pieza, y el equipo conoció el área contraria. Remató desviado Lekue, y disfrutó de un par de buenas opciones Sabin Merino, mal resueltas. Especialmente la primera, bien habilitado por Susaeta. Ni tiró ni centró. El deseo rojiblanco de decorar el horrendo partido se encontró con la bajada de tensión azulgrana.

Como ya ha hecho en la temporada, el líder se aplicó para conservar la pelota y la renta, pero sin vértigo. Ahí brilló Coutinho, con esa calidad para resolver problemas en espacios reducidos, y se marchó Dembélé, tan activo en el primer tiempo como infrautilizado en la segunda. Entró Iniesta, que tiene al Camp Nou en vilo. Tendrá que aprender lo que es la vida sin Andrés. El caso es que entró y ayudó a triangular, desactivando en gran parte la entrada de Williams y Aduriz. Tuvo más presencia el Athletic, sin forzar ni una sola parada de mérito de Ter Stegen. Demasiadas facilidades para un líder al que le basta esforzarse un rato para ganar otro partido sin dificultad. La Liga perfecta está un pasito más cerca.

Dembelé volvió a alinear como titular. Foto: @FCBarcelona_es.

Los autores de los goles del partido. Foto: @FCBarcelona_es.

Messi sentenció el choque. Foto: @FCBarcelona_es.

(Tomado de Marca)

Real Madrid derrota 6-3 al Girona con cuatro goles de Cristiano Ronaldo

Cristiano Ronaldo en el encuentro contra el Granada, Foto: @realmadrid.

El hombre que no tiene fin propulsó de nuevo al Real Madrid para sumar otro triunfo ante el tenaz Girona, que dio la cara en el Bernabéu. El hombre que no tiene fin es Cristiano Ronaldo, autor de cuatro goles y una asistencia en la victoria con marcador de tenis del equipo de Zidane (6-3) tras una noche muy divertida, sin rigor defensivo y con bastante acierto de los delanteros y los porteros. El Madrid pegó más porque tiene a Cristiano, que agarró el balón al final para ponerlo en su casa como la pasada temporada se llevó por delante todo lo que le salió al paso: rivales, prejuicios sobre su edad, récords, títulos. La vida es más sencilla para el Madrid con Cristiano en este plan, en modo leyenda.

El Girona lo pagó. Volvió a ser el equipo disciplinado, atento, correoso y atrevido de las últimas fechas, un bocado poco masticable. Al Madrid ya le produjo ardor en la primera vuelta. En el Camp Nou, rehén de no se sabe qué festividad, dejó el orden, la actitud y su estructura en una taquilla del vestuario. Salió a disfrutar jugando de igual a igual contra un titán y se llevó a seis. Para el Bernabéu, como en los anteriores partidos en los que ha encadenado tres victorias sin encajar un gol, recuperó el guion que le ha convertido en el equipo revelación del campeonato, una pequeña Juventus a ojos del Madrid, que empezó sus ensayos para la Champions, perdida la Liga ya. Pero el Girona, que siempre buscó el gol, volvió a pecar de atrevido. Jugó bien y se llevó otros seis.

La pedrea para el Madrid es ir sumando puntos y confianza en las jornadas de Liga ante buenos sparrings como el Girona, un triste consuelo. No le queda otra que elevarse por encima de su realidad. Intentó hacerlo en un magnífico inicio de partido, con Bono de protagonista y el Girona desarbolado hasta que Cristiano abrió el marcador a los once minutos. Pudo hacerlo antes el delantero portugués en una falta al borde del área y Lucas en un mano a mano que fue casi como un penalti en juego. A Kovacic, Asensio y Lucas, de nuevo titulares como en el Parque de los Príncipes, se les podía reconocer como los hombres que han resucitado en 2018 al equipo de Zidane, otra vez con mucha chispa y ritmo, muy vertical y versátil para atacar al Girona por tierra, mar y aire hasta que Cristiano, siempre insistente, acertó en un córner, tras un pase de Kroos. Jugar con Ronaldo, 15 goles en la segunda vuelta, es jugar con uno o dos goles de ventaja en este tramo de temporada. La inercia y el buen juego le llevó al Madrid a marcar el segundo, obra de Lucas, pero el linier lo invalidó aunque no era fuera de juego.

El Girona se puso a cubierto atacando a su rival. Sin Casemiro, suplente, era más fácil llegar al área del Madrid. El equipo de Machín atacó mejor que defendió. Se mostraba frágil atrás e incisivo cada vez que pasaba medio campo. Funciona bien el Girona, osado en busca del empate hasta que lo logró tras varias torpezas de Carvajal, que primero concedió una falta prescindible y después descuidó la marca de Stuani.

El empate le sirvió al equipo catalán para fortalecer su planteamiento inicial, para defenderse con los once jugadores muy cerca del área. Fue empatar y recular. Pero el Madrid ya no se mostraba tan imaginativo. El peligro lo llevó a balón parado, en faltas al borde del área. Benzema, que había empezado muy bien, comenzaba a desconectarse y con él, muchas de las buenas cosas que le pasaron a su equipo en el principio de partido.

Karim volvió a despertar tras el descanso. Da gusto verle así. Aunque ha tenido demasiados comodines en esta partida, medirle sólo por los goles es injusto. Cuando volvió a entrar en acción, el Madrid acabó con el Girona en dos plumazos. Primero le dio un gol a Cristiano tras una jugada maravillosa por todo el frente de ataque blanco. Ronaldo fue inapelable en la definición, muy a su estilo. Después, pasados 10 minutos, también fue protagonista en la jugada en la que Cristiano fue feliz regalando un gol a Lucas. Todo lo hicieron bien los madridistas. Marcelo sobre Karim, Karim sobre Cristiano y Vázquez al batir a Bono. A Karim le faltó marcar en el cuarto, pero le faltó el tino de siempre. La mano de Bono lo evitó, pero allí estaba Cristiano, voraz.

Eso fue la segunda parte, un pasatiempo muy divertido al que también se sumó el combativo Girona con otro tanto de Stuani. Bale y Modric dieron refresco a Asensio y Kovacic. Lo del galés, tal como leen. El Madrid se despistó con los cambios. El Girona, con todo perdido, se lanzó al imposible de la igualada. Tuvo orgullo y un comportamiento admirable para buscar más goles, pero terminó encajando seis en otra noche para la gran historia de Cristiano.

Foto: @realmadrid.

Foto: @realmadrid.

Foto: @realmadrid.

(Tomado de Marca)