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Los Delfines, una de las especies animales más inteligentes del planeta

Delfín común (Delphinus delphis). Foto: ZA Photos

Los delfines son mamíferos marinos estrechamente relacionados con las ballenas y las marsopas. Hay cerca de cuarenta especies de delfines agrupadas en 17 géneros. Se diferencian tanto en tamaño que variar entre los 120 centímetros y 40 kg del delfín de Maui (Cephalorhynchus hectori maui) hasta los 9,5 metros y 10 toneladas de la orca (Orcinus orca). Podemos encontrar delfines en todo el mundo, sobre todo en los mares poco profundos de las plataformas continentales.

Morfología

Los delfines tienen un cuerpo fusiforme ágil y adaptado para nadar a gran velocidad gracias también a los potentes músculos que mueven su aleta caudal. Por su parte las aletas pectorales, junto con la sección de cola, proporcionar control direccional y la aleta dorsal, en aquellas especies que tienen, proporciona estabilidad. A pesar de que varía según las especies, los patrones básicos de coloración son los tonos grises, por lo general con la zona ventral más clara, y a menudo cuentan con líneas y manchas que contrastan con el color principal.

Calderón gris o delfín gris (Grampus griseus) en aguas del Mar Rojo. Foto: BBM Explorer

La cabeza de los delfines contiene el melón, un órgano redondo usado para la ecolocalización. En muchas especies las mandíbulas alargadas forman un pico distintivo, como el delfín nariz de botella (Tursiops truncatus) cuya boca curvada simula una sonrisa, y otras especies pueden llegar a tener hasta 250 dientes. El cerebro del delfín es grande y muy complejo, diferente de la estructura de la de la mayoría de los mamíferos terrestres y es considerado como uno de los animales más inteligentes de la Tierra.

La mayoría de los delfines tienen la vista muy desarrollada, tanto dentro como fuera del agua, y pueden oír frecuencias diez veces o más por encima del límite superior del oído humano adulto. El sentido del tacto del delfín también está muy desarrollado, con densas terminaciones nerviosas en la piel, especialmente alrededor del hocico, las aletas pectorales y la zona genital. Sin embargo los delfines carecen de un nervio olfativo se cree que no tienen sentido del olfato. Eso sí, tienen sentido del gusto y muestran preferencias por ciertos tipos de alimentos.

Comportamiento

Los delfines son capaces de realizar una amplia gama de sonidos utilizando sacos aéreos nasales situados justo debajo del espiráculo. Alrededor de tres categorías de sonidos pueden realizar los delfines: silbidos, sonidos de frecuencia modulada y chasquidos. Los delfines se comunican con sonidos producidos por la vibración del tejido conectivo, de forma similar que los humanos utilizan las cuerdas vocales. Los chasquidos son direccionales y los utilizan para la ecolocalización, aumentando la frecuencia de esos chasquidos al acercarse a un objeto de interés.

Los delfines saltan de vez en cuando por encima de la superficie del agua y en ocasiones realizan figuras acrobáticas. Aunque no se sabe a ciencia cierta la finalidad de estas acrobacias se cree que sirven para una mejor localización de los bancos de peces ya que con estos saltos pueden localizar grupos de aves lanzándose en picado a por esos bancos. Otros motivos posibles de esos saltos pueden ser la comunicación con otros delfines, la limpieza de parásitos o simplemente por diversión.

Delfines oscuros o de Fitzroy (Lagenorhynchus obscurus) en aguas de Nueva Zelanda. Foto: NOAA

Los delfines son animales sociables y viven en manadas de hasta una docena de ejemplares. En lugares con una gran abundancia de alimento los grupos llegan a fusionarse temporalmente creando agrupaciones pueden superar los 1.000 delfines. Los individuos de estos grupos se comunican utilizando una variedad de sonidos como chasquidos, silbidos y otras vocalizaciones.

Los delfines tienen curiosos comportamientos sociales que dan muestra de su gran inteligencia. Por ejemplo se han visto delfines cuidando de otros de su misma especie con heridas o enfermos e incluso ayudándoles a subir a respirar. Este altruismo no parece estar limitado a su propia especie ya que hay documentos que aseguran que el delfín Moko en Nueva Zelanda ha sido capaz de guiar una hembra de cachalote pigmeo (Kogia breviceps) junto con su cría varada e incluso se les ha visto protegiendo a nadadores de tiburones que nadaban en círculos alrededor de los bañistas.

(Tomado de fordivers.com)