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Descubrimiento de aljibe natural podría marcar un antes y un después en Lanzarote

Volcán de Timanfaya, Lanzarote. Foto: 20 Minutos.

Volcán de Timanfaya, Lanzarote. Foto: 20 Minutos.

Hace pocos días han descubierto en la isla canaria de Lanzarote un aljibe natural de agua que podría suponer un antes y un después en un lugar que no posee ríos ni manantiales.

Antes de la llegada de las desalinizadoras, la vida en el lugar era dura. Los campesinos tenían que caminar kilómetros en busca de agua.

El parque nacional de Timanfaya, con 25 volcanes y una superficie que ocupa una cuarta parte de la isla, es su principal atracción. Nació de las erupciones volcánicas que tuvieron lugar allí entre 1730 y 1736. La lava alcanzó la costa y, al entrar en contacto con el agua, creó un peculiar paisaje que las olas se han encargado de modelar.

Lo que nadie sabía hasta ahora es que ese fenómeno natural dejó también un aljibe natural subterráneo de unos 200 kilómetros cuadrados que recoge el agua de la lluvia y que la conduce hasta el mar a través una intrincada red de galerías naturales.

"Más que paradójico, es como un homenaje a toda esa gente que durante cinco siglos se peleó con la naturaleza para poder sacarle agua. Y resulta que, al menos desde 1730, la naturaleza les había regalado un inmenso aljibe",
explica a DPA Carlos Soler, el ingeniero hidráulico que está detrás del descubrimiento.

Este "buscador de agua", que ha localizado otros acuíferos en Canarias, lleva 25 años defendiendo su teoría. Observando la geología de Lanzarote, se dio cuenta de la existencia de un gran terreno permeable en la isla: el malpaís que desde hace casi tres siglos cubre valles dedicados antes al cultivo de cereales.

"Cuando una colada (de lava) pasa por encima de un suelo vegetal con contenido alto en arcilla, lo convierte en un material impermeable. Por tanto, eso nos indica que el agua de la lluvia se filtra en el terreno gracias a que éste es permeable, discurre en vertical hasta el contacto con el terreno antiguo impermeabilizado y a partir de ahí continúa su camino hacia el mar", explica Soler.

En este caso, además, lo haría de forma más lenta porque el caudal debe circular por las galerías y coladas trazadas por la lava, lo que otorga "un tiempo suficiente" al ser humano "para capturar" el agua, según el experto, quien propone construir "presas subterráneas".

La teoría de Soler se constató gracias a un estudio impulsado y financiado por el partido Podemos y en parte también por la Fundación César Manrique, que actualmente trabaja por defender el legado cultural y
medioambiental de este artista lanzaroteño.

Geofísicos de la Universidad de Barcelona realizaron perfiles de tomografía eléctrica que demostraron la existencia del acuífero. Desde el Gobierno de Canarias, sin embargo, piden cautela. Es a esta institución a la que le
corresponde ahora tomar la decisión de avanzar en la investigación o dejarla de lado.

"Habría que hacer sondeos, ensayos de bombeo y sacar muestras para comprobar la cantidad y calidad de agua", explica Soler.

Riesgos existen. Uno de ellos es que el agua esté afectada por gases volcánicos o incluso por las redes de saneamiento de poblaciones cercanas. "La ventaja es que hay una gran superficie de recogida y este proceso de contaminación se produce en una sola zona", matiza el ingeniero.

Según su versión, potabilizar agua contaminada por estos factores sería, en todo caso, "muchísimo más barato que desalar el agua del mar, que es lo que actualmente en exclusividad está haciendo Lanzarote para abastecer a la
población", indica.

En este contexto, Podemos teme que pueda haber cierta presión por parte de las empresas eléctricas, que llevan años beneficiándose del proceso de desalinización. "Vamos a intentar movilizar a los ciudadanos para que esto sea una cuestión de todos", dice a DPA el líder del partido en la isla, Carlos Meca.

La isla de los volcanes, con sus paisajes "lunares" y su agradable clima subtropical, podría verse inmersa en una "segunda revolución del agua" a raíz del descubrimiento de este aljibe natural. La primera tuvo lugar en los
años 60, también de mano de un ingeniero, quien levantó en la isla la primera desalinizadora.

En una España que empezaba entonces a desarrollarse y a abrirse al mundo tras tres décadas de dictadura franquista, el turismo se convirtió en el gran motor económico de una isla con á140.000 habitantes que en 2016 recibió tres millones de visitantes.

Lanzarote, sin embargo, guardó una conciencia medioambiental. En parte, gracias a esa cultura del agua que marcó durante siglos a sus gentes. En parte, gracias áal legado del artista César Manrique, quien abogó por un desarrolo sostenible y hermanado con la naturaleza que todavía hoy sigue vigente

(Con información de DPA)