Cubadebate

Creo que estás repitiendo el sonar de campanas, pero no has visto ni de cerca la torre ni las campanas. La sociedad rusa pasó de una idolatría a Lenin, a un reconocimiento de su papel en la historia con aciertos y errores, pasando por la negación a su figura. Decir que a nadie le interesa, es falso, como también es falso que la mayoría de la población quiera volver atrás.

Lenin ha sido motivo de debate social. Si su impacto fuera nulo, hace rato lo hubieran sacado del mausoleo que bastante cuesta mantenerlo en ese estado; sin embargo, sabiamente, al asumir la presidencia del país en el 2000, Putin dijo que el debate sobre el enterramiento a lo cristiano o no, estaría pospuesto hasta el momento en que el pueblo lo decidiera; que no iba a tomar ninguna medida que provocara la división del pueblo. Y Lenin está ahí en su mausoleo- por algo será.

Tampoco se crean, como algunos en este foro apuntan, que la gente y aún menos, la nueva generación que es la que marca el paso hacia el futuro, lo venera. Mi hijo estudió en una escuela rusa su enseñanza media y realmente conoce más de Lenin por lo que yo le he explicado que por lo que escuchó en esa escuela.

Al menos en Moscú -y las otras ciudades que visité también-, vi en los parques monumentos a Lenin. Allí no se derrumbaron sus estatuas, como sí las de Stalin. Gorki, Dzerzhinski... Detrás de la galería de arte contemporáneo de la Tetriakov, en sus jardines, en una de las orillas del río Moscú, están las estatuas derribadas. Cada vez que fui a caminar por esa zona en la única que siempre vi flores anónimas fue en la de Stalin, siendo quizás el personaje más controvertido de todos.

Hace unos años atrás durante la Feria internacional del libro de Moscú estuve en la presentación de una magnífica enciclopedia rusa -de sus primeros tomos-, sobre la historia de ese país. Recuerdo las palabras de Grigoriev, entonces vicepresidente de la agencia rusa de medios de comunicación ROSPECHAT, diciendo que allí se encontraría el resultado de las investigaciones históricas de cada etapa y sus personajes, con rigor, y dijo (más o menos así): "la rica historia de Rusia está hecha por sus hombres, con sus luces y sus sombras, porque cada uno de ellos, a su modo y su época, hicieron lo que ellos consideraban entonces que era mejor para engrandecer a Rusia y ese es el legado que tenemos que preservar".

Una sociedad que mire así su historia, es una sociedad madura.

Y lo hacen. El Partido Comunista de la Federación de Rusia (PCFR) es la segunda fuerza política más votada del país, después del partido de gobierno Rusia Unida, aunque con considerable distancia. Votan por las ideas socialistas que encierran en sí mismas, el sueño secular de la humanidad de igualdad y justicia y su principal fortaleza está en las regiones donde son más visibles las contradicciones sociales. Son especialmente fuertes en los sectores más añosos de la sociedad, los que tienen vivencias del pasado y justamente los más perjudicados por los cambios. Poder captar a los jóvenes a sus filas es la gran meta no cumplida, al menos como se desea.

En el año 1996, en pleno descalabro yeltsiano y campeo de la oligarquía corrupta y vendepatria, los comunistas ganaron la mayoría; sin embargo aceptaron continuar como segunda fuerza política, aunque con más representatividad en cargos a nivel de la Duma. ¿Por qué lo hicieron? Es una gran pregunta aún sin responder, aunque se puede inferir.

Lo interesante para mí es que con Putin a la cabeza desde el año 2000 se produjo un rescate del patriotismo ruso y ciertamente, un mejor ordenamiento de la sociedad: los salarios se comenzaron a pagar POR LEY (en época de Yeltsin era común escuchar a la gente con deudas salariales por parte del Estado y verlos en las carreteras vendiendo parte de las producciones en sus industrias, fueran cristales, peluches, lo que sea...al parecer una suerte de pago en especies o robados, ¡quién sabe!) y la inseguridad que al menos yo sentía en las calles moscovitas, comenzó a mermar, como también se fue al rescate de las escuelas (mi hijo tuvo maestros emergentes, traídos de otras regiones como ocurrió también aquí, debido al éxodo de los educadores por los bajos salarios y envejecimiento), en fin, que hasta el momento en que me fui, las cosas en el país fueron mejorando para la población que vivió momentos realmente terribles durante los cambios.

Los 90 trajeron a la sociedad rusa cambios que para una minoría fueron la panacea: "los enchufados", quienes a la sombra del poder habían estado capitalizando dinero y poder durante LA ETAPA SOVIÉTICA. Allí donde el secretismo impidió la transparencia en el control, salieron muchos de los millonarios rusos de la etapa postsoviética, como también de la delincuencia y las mafias.

Cierta vez en un encuentro que tuve con una personalidad bien informada, éste me dijo que en Rusia los cambios provocaron pérdidas humanas comparables con una guerra: cerca de 15 millones de personas murieron, unos a causa de la guerra desatada en el Cáucaso para desmembrar a Rusia, otros por la falta de atención médica, impòsibilidad de pagar la calefacción, necesarios abrigos, enfermedades y violencia callejera.

Para la prensa occidental en esa época nefasta, Moscú se encaminaba a la "democracia" (recuerdo una linda canción creo que de un grupo inglés que constantemente pasaban por la radio con un estribillo que decía: "Moscú cambia"). Yabloko, el partido de la derecha donde se juntaban los chicos rusos afines a Wall Street, se hacía sentir; sin embargo, en sucesivos procesos electorales -que como siempre que pierde la derecha más derecha los ganadores son acusados de fraude-, esa ultraderecha fue sacada por el propio pueblo con las votaciones. Y ocurre para mí algo interesante: En la Duma están representados los partidos más votados por el pueblo, sin embargo, sus contradicciones -que las tienen- no llegan al cielo de Rusia: todos coinciden en fortalecerla como potencia -o para algunos más incidiosos, como imperio de retorno; pero en fin, lo mejor para la Gran Rusia.

¿Tiene esto algo que ver con la Revolución de Octubre? Claro que sí- al menos eso pienso. Un pueblo que conoció beneficios, incluso hasta después de perder la memoria, puede recuperarla o indagarla cuando se los arrancan, al menos en sus esencias. Mi opinión, nada ortodoxa, ni científica (Carlos de Nueva York, eso va por ti), sino como simple observadora, es que los cambios nunca retornan al punto de donde partieron, siempre serán otros; por eso decir que la gente quiere retornar al pasado, no es verdad, como sí lo es la inconformidad con lo que se tiene y la búsqueda constante de las mayorías por el mejoramiento de sus condiciones de existencia.

Una última observación: con todo lo capitalista que es la Rusia de hoy, y probablemente por sus vastos recursos no suficientemente bien explotados en beneficio de su propia economía y de su pueblo (se puede tener el gobierno, pero el poder es otra cosa mucho más compleja) y la gente vivir hoy con más tensión de trabajo porque si no trabaja, está claro que no comen, ni pueden alquilar una vivienda, ni pagar la calefacción, ni el agua, ni la imprescindible ropa de invierno para sobrevivir a las bajísimas temperaturas.. - a propósito se ven mucho menos borrachos en las calles que cuando la época soviética-- , hoy celebran poderse dar mejores gustos, ir a vacacionar, visitar otros países, tener un auto o no, que en la época soviética con sus dádivas dirigidas y sus autorizados. A eso, Carlos de New York, ellos no quieren regresar. En 10 años vividos allí NADIE me dijo semejante cosa y sí, anduve miles de kilómetros y caminé por muchas calles y conversé con muchas personas. No están conforme con lo que tienen, pero tampoco con lo que tuvieron. Siguen buscando el sueño de una sociedad que tenga como centro el bienestar del ser humano, ser valorados por lo que son y hacen y no por Don burócrata o Don dinero.

Es lo que he visto y reflejo aquí. Puedo y tal vez esté muy equivocada. No soy especialista en Rusia ni nada de eso, pero soy absolutamente sincera con los que participan en este foro y han tenido la paciencia de leerme. Gracias.