Cubadebate

Dos propuestas incompatibles entre si, para el futuro de Francia y de Europa ganaron la primera vuelta. Emmanuel Macron, del nuevo partido En Marcha!, es el más votado. Le sigue Marine Le Pen, candidata del fascista Frente Nacional. Ambos se enfrentarán en la segunda vuelta, el 7 de mayo. El próximo presidente será o un ex-banquero con
un mensaje europeísta y moderadamente populista, o la heredera de la ultraderecha fascistoide, partidaria de salir de la Unión Europea. Macron parte como claro favorito para la segunda vuelta. La clasificación de Macron, de 39 años, y Le Pen, de 48 años, en la primera vuelta de las elecciones deja fuera a las dos grandes fuerzas políticas francesas, que pudiéramos llamar socialista y gaullista por primera vez desde que se fundó la V República en 1958.
La final Le Pen-Macron abre también la incógnita sobre qué mayoría parlamentaria dispondrá el próximo presidente. Comienzan dos semanas de campaña intensa en la que chocarán dos visiones opuestas sobre el futuro de Francia, Europa y el mundo. Es algo parecido a lo de junio de 2016 en Gran Bretaña sobre el Brexit, y el de noviembre pasado en los EE. UU. entre Hillary Clinton y Donald Trump.
Le Pen y Macron deberán esforzarse por ampliar el campo, cautivar a votantes de otros candidatos para sumar el 50%+1 de votos necesarios para ser el próximo presidente de Francia. En los próximos días se espera que Hollande y Mélenchon endorsen a Macron y que los otros candidatos derrotados se pronuncien y eventualmente se sumen a la campaña de uno de los finalistas. Macron, tiene más atractivo tanto para votantes de izquierda como de derecha moderada, como expresa el estimado forista Raul. Este balotaje no es como en Ecuador, donde los campos estaban definidos con extrema exactitud. Recuerdo que en 2002, cuando Jean-Marie Le Pen pasó por sorpresa a la segunda vuelta, millones de votantes de centro - izquierda e izquierda apoyaron al derechista Jacques Chirac y le dieron una holgada victoria, creo que esta vez podría ocurrir algo en ese estilo, y que mucho voto conservador considere a la hija como demasiado indigesta. La esperanza de Marine Le Pen es ilusionar a una combinación de votantes del sector más duro de la derecha (de Fillon) y de una pequeña extrema izquierda enloquecida que quieran darle un leñazo al sistema capitalista (como sabemos los extremos se tocan) en Francia.
La segunda vuelta Macron-Le Pen es un rompimiento con el sistema, un rechazo, cada uno con una óptica distinta, a la clase política que ha regido el país desde hace décadas. Macron, ex - banquero y ministro de Economía tecnocrático con Hollande, se ha saltado todas las etapas requeridas para un aspirante presidencial. Su victoria le convertiría en el presidente más joven en muchos años. Supondría una renovación generacional, un nuevo estilo. Le Pen, aunque cuenta con el respaldo de millones de franceses, es una bête noire para los círculos del poder político galo. Si ganase (lo que es muy improbable), Francia tendría un presidente favorable a la salida de la UE y del euro, al cierre de las fronteras a la inmigración, y muchas otras causas propias del fascismo internacional.
Para Cuba, una victoria de Macron (que no significa un Macri mas grande ni mucho menos) apoyado por la izquierda moderada de Mélenchon, será algo positivo, seguiremos teniendo un apoyo francés frente al cruel e ilegal Bloqueo y en general una postura conducente a la inversión en la Isla. Podríamos decir aproximadamente que Macron y sus aliados harían un gobierno parecido al de Hollande, que para Cuba no fue nada malo. También serian más imparciales con Venezuela y otros gobiernos progresistas de América Latina. Si en la segunda vuelta (dentro de dos semanas) la ultraderecha es derrotada en Francia, después de haber sido derrotada en las elecciones holandesas recientemente, esto indica que tampoco en Europa hay un ciclo derechista.