Las bromas y el buen rollo entre Gerard Piqué y Sergio Ramos que se vieron desde el inicio de la concentración de España en Las Rozas, hacían pensar que al fin se iban a detener las pullas entre el Barcelona y el Real Madrid. Sus risas eran la mejor prueba de una tregua, a tres semanas del Clásico liguero en el Santiago Bernabéu. Agua, no hay manera. Tras el Francia-España, el central culé insinuó que detrás de la imputación por fraude fiscal a Leo Messi estaba Florentino Pérez, justo después de bromear sobre el acierto del VAR hacia los que visten de blanco, como lo hizo el martes La Roja. Lío montado.
Sus palabras llegan en la temporada más activa del '3' barcelonista contra el eterno rival, un curso de 'perlas' contra los merengues sin precedente, pese a que el autor del "Kevin Roldán, contigo empezó todo", tenga un largo historial. El 'cono-cido' de Arbeloa, la 'manita' en el césped del Camp Nou, los gestos de robo en Chamartín... Este año, sin embargo, se está superando.
No había comenzado septiembre cuando el sorteo de la fase de grupos de la Liga de Campeones animó a Piqué a la primera guerrilla contra el Real Madrid, Twitter es la ventana habitual donde dar rienda suelta a sus opiniones y allí empezó todo, como diría él. "¿Alguna preferencia? ¿Algún rival que te apetezca especialmente?", le preguntaron sin malicia un día antes de conocerse la composición de los grupos. "Grupo fácil. En octavos, el tercero de Italia, en cuartos, el octavo de Alemania y en semis, el cuarto de Inglaterra. Vuelta siempre en casa", contestó, en referencia a los rivales blancos el año pasado en el camino a la final en San Siro: la Roma, el Wolfsburgo y el Manchester City. Tras el sorteo, que deparó al Barça choques contra el City, el Mönchengladbach y el Celtic, volvió a animarse: "Un día más en la oficina".
El anuncio en octubre de que dejaría la selección tras el Mundial de Rusia 2018 volvió a abrir otra herida entre ambos equipos, esta vez en un ataque directo a la prensa a su juicio afín al presidente madridista. "He leído que si Twitter, As o Marca me han echado o la marioneta de Florentino con su 'OK Diario', pero no es así. Yo tomo la decisión porque merezco decidir cuándo quiero dejar la selección", dijo entonces. Días antes, la polémica sin sentido de las mangas de su camiseta de España le había afectado duramente.
Ya en 2017, el día de Reyes, fue la Copa del Rey la que inspiró otro comentario, esta vez a los micrófonos después del 2-1 en la ida de cuartos de final contra el Athletic. "Hay un penalti claro a Neymar, lo mío con el árbitro también es penalti. Pero bueno, ya sabemos cómo funciona esto", lanzó. Por si quedaban dudas, las aclaraba rápidamente. "Queremos jugar al fútbol y no a la ruleta, que es lo que provocan estos arbitrajes. Ya vimos el Madrid-Sevilla el otro día. Espero que suban su nivel".
Las críticas hacia los árbitros continuaron, y continúan. La última llegó hace un mes, pero siempre involucrando al Real Madrid. Esta vez con un collage de varias decisiones en contra ante el Málaga y el Villarreal, junto con otras favorables a los madrileños antes idénticos rivales. "Contra los mismos equipos. Ocho puntos. Ocho y tal. Los recortes son de prensa de Madrid por la duda", escribió en las redes sociales. El Comité de Competición consideró entonces que Piqué había ido demasiado lejos, y multó al jugador con 3.000 euros la semana pasada por criticar a Iglesias Villanueva, colegiado del último Villarreal-Barcelona. A días de que se reanude la Liga tras el parón, vuelve a tensarse la relación Madrid-Barça.
(Tomado de El Mundo)