Foto: Cortesía de Ecos.
Por Miguel Moret
El escenario del Teatro Martí, retumbó bajo la vibrante pasión y del arcoíris de talentos diversos que se unieron en un sui generis espectáculo con Más que Flamenco. Bajo la excepcional dirección de la bailarina y coreógrafa Ana Meneses, desde el viernes y hasta hoy domingo (5:00 p.m.) se puede disfrutar de una opción única e irrepetible, para los que aprecian la buena danza.
Más que flamenco es un derroche vanidoso de ingenio, pues arranca el interés del público desde el minuto cero, llevándolo a otra dimensión: desde lo tradicional del baile y el cante Flamencos, con notable y profundo estudio del mismo, sin conformarse, llevando a máximo término la experimentación sobre los cuerpos.
La puesta logró vislumbrar a los más noveles integrantes de Danza Contemporánea de Cuba, “como nunca antes les había visto”, en la expresividad del movimiento florecido y compacto -no importa nada más-, para que nos dejemos hipnotizar en bacanal proyección del alma humana.
Una onírica Maysabel Pintado, dibuja nuevos vientos con sus bellas y atrevidas manos, durante su grandiosa interpretación del tema Ojos verdes, cual pareciera el ave Fénix que recién abre el cascarón y se deja disfrutar de su única plasticidad, demostrando estar mejor que nunca.
Danny Villalonga estremeció sobre una nube de sagaz zapateo, en su Encuentro (Música tradicional Flamenca), cual Zeus relampagueando el tablao entre palmas y vítores. Ecos demostró por qué es la compañía cubana, más que flamenca, insuperable, del género y tipo, no solo por sus 18 años de trabajo y experiencia, sino por la excelencia que la caracteriza.
Ana Meneses, además de sus dotes como coreógrafa y directora, rasgó las fronteras entre Cuba y España, materializando en un solo cuerpo el alma melódica y rítmica de esas culturas. Su fuerza y entrega al bailar la coronan diosa posmoderna de la danza.
Los músicos no se quedaron detrás. Denis Peralta, invitado de honor, sostuvo la respiración del público en los códigos del piano, para llevar el espectáculo a su nivel cimero, marcando un precedente y siendo en sí mismo una clase magistral con su arreglo de la divina pieza 20 años.
Las virtuosas interpretaciones en la guitarra de Reinier Llorente y Raynier Monserrat crearon atmósferas inusitadas en el tema Mi gloria (Cesar Portillo de la Luz), en contraste con la percusión de Juan Carlos Otero. En un aéreo motivo, Jelien Baso y su violín agregaron dulces toques de melodía a la noche. El cante de Miguel Chávez de estrecha complicidad con las pasiones íntimas y el baile, en la antológica Piensa en mí. Adres Correa y Addis Moreno elucidaron historias con sus voces.
No bastando todo lo anterior, el justo diseño y uso de las luces completó la puesta, dándole a la atmósfera los tonos de primor y delicadeza que una obra de este calibre necesita.
Más que Flamenco, es un espectáculo único en el panorama músico-danzario de la capital y de Cuba entera. Deviene referente a considerar en concreción, alto nivel de experimentación del movimiento y maestría artística.
(Tomado de Tribuna de La Habana)