Naciones Unidas manifestó hoy preocupación por la suerte de más de 750 mil civiles que viven en la parte occidental de la ciudad iraquí de Mosul, zona bajo un total control del Estado Islámico (EI).
De acuerdo con Stephane Dujarric, el portavoz del secretario general de la ONU, las condiciones se deterioran en esa parte de la urbe, donde faltan la comida, los suministros médicos y el petróleo para la calefacción y la cocina.
El vocero reconoció que los trabajadores humanitarios reportan una compleja situación en el occidente de Mosul, pero al carecer de acceso, no tienen una idea completa del panorama.
Desde el 17 de octubre, el ejército de Iraq, con el apoyo de milicias kurdas y la aviación extranjera, sobre todo la estadounidense, asedia a los yihadistas.
La ofensiva ya permitió la expulsión del EI de los barrios orientales de Mosul, ciudad ocupada por los terroristas en 2014, como parte de sus planes de refundar el califato.
Expertos pronostican duros enfrentamientos urbanos para desalojar a los islamistas, contra quienes abundan las denuncias por el asesinato de civiles que tratan de abandonar la urbe y el uso de escudos humanos.
(Tomado de Prensa Latina)