Qiu Xinnian, un exdiplomático chino de 82 años, duda hoy que el mundo vuelva a tener la posibilidad de contar con un "jefe Supremo" como el líder revolucionario cubano Fidel Castro.
Conocido como Eugenio, el señor, en un perfecto castellano, recuerda en
conversaciones con Prensa Latina su estancia en la isla caribeña cuando en
plenos estudios en la facultad de español del entonces Instituto de Lenguas
Extranjeras de Beijing, fue enviado a Cuba por el Ministerio de Relaciones
Exteriores, en 1964, para perfeccionar la lengua.
Me dedicaba totalmente al estudio por dos razones, dijo. La patria
necesitaba urgentemente cuadros de español y Cuba nos facilitaba todo lo
necesario, todo gratis. El sentimiento de gratitud nos empujaba adelante,
recuerda.
Después de 1960 todos los chinos sabían de Cuba, hasta los campesinos,
debido a la excelente relación que tenían nuestros dos países, quizás no
sabían de la existencia de Estados Unidos, pero de Cuba si, rememora.
En ese momento de la amena conversación, resalta que gracias a Fidel se
lograron muchas cosas.
De Fidel tengo impresiones imborrables, aseveró.
Qiu, un interesado también en los estudios de medicina tradicional china,
hizo alusión a su estancia en Cuba cuando el entonces presidente de Cuba,
salía en las noches, después de las 10: 00 p.m a caminar, y multitudes de
jóvenes lo rodeaban para hacerle las más variadas preguntas.
Recuerdo una vez que había mucha gente y un joven le dice íFidel más alto,
no se oye!, expresó Eugenio de forma enérgica como si reviviera ese
instante, y repetía la frase, una y otra vez.
A juicio de este ex diplomático de 82 años, pero con una perfecta claridad
en sus ideas, utilizar esa frase y ese tono hacia un mandatario denota
popularidad y aceptación del pueblo, y sencillez y amor del gobernante por
su país.
Yo no puedo hablarle así a un jefe de Gobierno con esa naturalidad y
recibir a la vez una respuesta respetuosa, solo podría hacerlo a un familiar
allegado- recalca- por eso yo digo, ¿cuál es el jefe supremo de un país que
era, fue o será así como él? , íNo creo que vuelva a existir!, subraya.
Sus anécdotas eran varias, todas muy interesantes, incluso cuando se
aprendió en mandarín el eslogan o lema muy utilizado por esos tiempos y
hasta pintado en las calles o muros de "Cuba Sí, Yanquis, NO", y fue cuando
reflexionó sobre un hecho relevante en la historia revolucionaria de Cuba.
Después de la guerra de Bahía de Cochinos, la gente no comprendía por qué
los Estados Unidos, una súper potencia, fracasó. Cuba es pequeña y era
entonces más pequeña con apenas unos seis millones de habitantes y menos
recursos, y acababa de triunfar la revolución, y ¿cómo pudo vencer a un país
poderoso militarmente como Estados Unidos?, resaltó. Pues con el "jefe
supremo" (Fidel Castro), porque él logró la unión, y en la unión, está la
fuerza, aseveró.
A juicio de este ferviente estudioso hispanista y diplomático, que también
ha dedicado su vida a la traducción de términos médicos y a la Medicina
Tradicional China, el gobierno norteamericano no pudo en más de medio siglo
derrotar la revolución cubana, "ni podrá gracias al legado sembrado en el
pueblo por el Comandante Fidel Castro".
Qiu, al concluir sus estudios en la Universidad de La Habana, entró a
trabajar como traductor en el Instituto de Suelo de Cuba, fundado bajo la
ayuda de China, donde trabajaban cuatro expert os del gigante asiático.
Allí aprendí muchas cosas, no solamente practicaba mi castellano, sino que
logré muchos conocimientos científicos. A Cuba le faltaba un mapa nacional
de suelos, no se conocía la naturaleza de los suelos del país, lo que
afectaba la planificación del uso racional del suelo adecuando las prácticas
de manejo de las distintas clases de tierra para lograr una mayor y
sostenida productividad, apuntó.
De ese modo, en la isla caribeña, recuerda que comenzó su interés por
ampliar su vocabulario de español con el lenguaje técnico y especializado de
las ciencias, tornando sus conocimientos más sólidos, más amplios, y
sobretodo recordando la ayuda y generosidad del Comandante en Jefe y líder
de todos los tiempos, Fidel.
(Tomado de Prensa Latina)