Ha regresado el fundador de Blackwater. El Financial Times acaba de publicar un artículo de Erik Prince, ex director ejecutivo de esa empresa militar privada y grupo responsable de actuaciones como la masacre de la Plaza Nisur de 2007 contra niños y civiles iraquíes.
La compañía ha emprendido una serie de esfuerzos a lo largo de estos años a fin de renovar su imagen e intentar distanciarse de connotaciones abiertamente tóxicas.
La biografía sobre Prince que presenta el Financial Times le identifica discretamente como “ex SEAL de la Marina de EEUU [y] presidente ejecutivo del Frontier Services Group (FSG)”, una entidad con sede en Hong Kong.
Según su página web, FSG ofrece “servicios logísticos y de seguridad en mercados frontera ”.
En una investigación de The Intercept, se informaba que las actividades de Prince en el FSG incluían afanes diversos para vender en África aviones fumigadores con armamento incorporado como parte “de lo que un colega llamó su ‘obsesión’ por construir su propia fuerza aérea privada”. Al igual que muchas de las operaciones de Prince, la fachada de legalidad suele ser muy imprecisa.
Baste decir que el Financial Times no está acumulando muchos puntos en el frente ético al promocionar a un hombre cuyo modus operandi ha consistido esencialmente en convertir muerte en exterminio.
(Tomado de Rebelión)