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Víctor Mesa vs Pedro Ramos: Aperitivo de postemporada

Foto: Katheryn Felipe/ Cubadebate.

Una foto antes de la batalla con Ramos a la zurda. Foto: Katheryn Felipe/ Cubadebate.

No había mucho público en las gradas, pero sí el suficiente para impedir que aquello se considerase un desafío a puertas cerradas. En el home plate del Victoria de Girón, allí mismo donde hoy comenzará el play off Matanzas-Granma, se produjo el inédito duelo de batazos entre uno de los mejores toleteros de las Series Nacionales y uno de los peloteros cubanos de más resultados en las Grandes Ligas norteamericanas.

De un lado, Víctor Mesa, el centerfield más explosivo, el robador que estresaba a los catchers, un hombre marcado con el magnetismo de la controversia. Bateador de los buenos, su integralidad lo hizo inmortal en la memoria beisbolera del país, a pesar de que hubo un Luis Giraldo Casanova y un Omar Linares.

Del otro, Pedro Ramos, el dandy pinareño que lanzó en las Mayores desde 1955 hasta 1970, ganó más de cien juegos con una recta humeante y se dio el lujo de ponerse la camiseta a rayas de los Yankees. Le gustaba batear -hasta el punto de que pegó 15 cuadrangulares en la MLB-, y he aquí que hoy, a los 81 años cumplidos, todavía levanta la espada de madera y hace swines.

¿Cómo nació esta historia? Pues resulta que Ramos se llegó al entrenamiento de los Cocodrilos y, entre bromas y anécdotas, retó al “32” a una competencia sui generis. Se trataría de ver quién pegaba más hits (entendiendo por hit toda pelota que picara en lo que habitualmente conocemos como ‘territorio de nadie’). Cada uno debería lograr diez conexiones, con la condición de que la última tendría que ser hacia el right field.

Mesa aceptó. “¿Empieza usted?”, le inquirió, y Ramos se quitó el tabaco de la boca y cogió un bate. En el estadio se podía escuchar el sonido del silencio, y los entrenadores –con el gran Wilfredo Sánchez en cabeza- se pararon detrás del backstop, los atletas dejaron sus rutinas de trabajo por un rato y la gente en las tribunas entendió que iba a ocurrir algún suceso raro. Excepcional.

Después de los primeros cinco lanzamiento hubo empate a dos hits. El exbigleaguer se afanaba en dirigir cada contacto mientras Mesa, apto aún para la gesta del jonrón, soltaba líneas y elevados en busca de las cercas. Se respiraba un aire espléndido. Los dos reían como si hubieran regresado a su esplendor. Eran hombres felices sobre el gran escenario de sus felicidades.

En la segunda ronda hubo otro empate, y ambos consiguieron sin problemas el contacto obligado hacia el derecho. En franca desventaja por su edad, Ramos echaba mano de la picardía para defender como imparable cada batazo suyo y demeritar los del contrario, que asentía con una sonrisa respetuosa. Nueva tanda de envíos, nueva paridad. Entonces, en la siguiente, el de Pinar pudo sacar una ventaja mínima que decretó su triunfo sobre el de Villa Clara.

Se abrazaron. “Te lo dije que iba a ganarte”, dijo el visitante, devuelto ya el tabaco a su lugar. “Ha sido un honor haber perdido contra usted”, contestó Víctor Mesa. Hablaron largamente, con el béisbol como sujeto de las oraciones. Ramos le dio un impreso con los principales requerimientos que arman a un campeón: en él decía cosas como “superar presiones”, “trabajar duro”, “tener orgullo propio y actitud”… Hubo anécdotas divinas, y no faltó el abrazo grande.

Caía la tarde, una nube de peloteros volvió para el infield, y los privilegiados parroquianos de las gradas empezaron a abandonar el parque, ansiosos por contar lo sucedido.

Foto: Katheryn Felipe/ Cubadebate.

Un apretón de manos después del dual meet. Foto: Katheryn Felipe/ Cubadebate.

Víctor Mesa. Foto: Katheryn Felipe/ Cubadebate.

Víctor Mesa. Foto: Katheryn Felipe/ Cubadebate.

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Pedro Ramos y Víctor Mesa. Foto: Katheryn Felipe/ Cubadebate.

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Pedro Ramos y Víctor Mesa. Foto: Katheryn Felipe/ Cubadebate.

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Pedro Ramos y Víctor Mesa. Foto: Katheryn Felipe/ Cubadebate.

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Pedro Ramos y Víctor Mesa. Foto: Katheryn Felipe/ Cubadebate.

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Pedro Ramos. Foto: Katheryn Felipe/ Cubadebate.

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“Con el tabaco como Marrero”, dice Ramos. Foto: Katheryn Felipe/ Cubadebate.

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Pedro Ramos. Foto: Katheryn Felipe/ Cubadebate.

Foto: Katheryn Felipe/ Cubadebate.

81 años en acción. Foto: Katheryn Felipe/ Cubadebate.

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