Cayó una bomba, llovió y se formó una piscina: al menos para los niños de Alepo, que encontraron un momento para jugar en medio del drama de la guerra de Siria.
Naciones Unidas ha llamado a una "pausa humanitaria" de 48 horas para permitir la entrada segura de comida y medicinas a la zona este de la ciudad, controlada por los rebeldes, y a la oeste, bajo dominio del gobierno.
También permitiría realizar reparaciones a los sistemas eléctricos y de aguas de la ciudad, dañados por la guerra. A ello se suma una temperatura del verano que alcanza los 35 °C.
Alepo, que fue alguna vez el centro comercial e industrial de Siria, ha estado dividido en dos partes desde 2012.
(Con información de BBC Mundo)