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Real Madrid vence 2-1 al Celta de Vigo con golazo de Kroos (+ Fotos y Video)

El alemán Toni Kroos definió el partido al minuo 81. Foto tomada de AS.

El alemán Toni Kroos definió el partido al minuo 81. Foto tomada de AS.

Jugar contra el Real Madrid debe ser como estar encerrado en la parte inferior de un reloj de arena. Puedes luchar por sobrevivir y sacar el cuello, pero en los últimos granos acabas sepultado. Eso le ocurrió al Celta, que jugó con la cabeza alta 81 minutos y no le sirvió para encontrar aire en el pitido final. Los de Zidane consiguieron una victoria con F de fe y no tanto de fútbol, pero en la clasificación suma seis puntos que es lo que al final cuenta.

El Celta se presentó en el Bernabéu bien trabajado. Ejecutó lo que pensó y Berizzo volvió a dar la sensación de un entrenador de primera línea tras el traspiés anecdótico ante el Leganés. Su equipo vació al Madrid la piscina de agua y se la llenó de chicle.

Los blancos empezaron a bracear de forma angustiosa sin encontrar la forma de avanzar más allá de algún toque de primeras de Modric que conseguía saltarse la presión. El tobillo del croata ejerce sobre el césped como el cuello de una mujer en un beso. Son ellos los que deciden hacia qué lado se giran las cabezas, hacia qué banda se despliega el juego. A Luka sólo le faltó un gol que evitó primero el larguero y después Sergio.

El portero estuvo sobresaliente con las manos para mandar a los suyos al descanso con 0-0 y nefasto con los pies, los que provocaron el primero de la noche. El último de una serie de despejes que hicieron desesperar a Berizzo acabó en el pie de Modric, que centró al área. Por allí estaban Morata, en fuera de juego, que no la tocó pero sí molestó, y Asensio. El mallorquín quiso repetir en Sergio la misma escultura que le hizo a Rulli, pero se quedó a medias. El rechace lo cazó el canterano a la red.

Zidane prolonga su buena racha victoriosa. Foto tomada de AS.

Zidane prolonga su buena racha victoriosa. Foto tomada de AS.

El tanto lo celebraron con ganas Morata y el Bernabéu. Un gol de un canterano siempre se presenta como una reivindicación del aficionado del barrio frente al de las antípodas, ante el fútbol moderno. "A ese chaval lo vi yo marcar cuando no le salía ni bigote", puede presumir el hincha. Al otro, al que viene por una millonada, lo conocen casi mejor en el pub de Auckland, Nueva Zelanda, en el que las camisetas del Madrid aparecen como churros.

El caso es que allí donde otro equipo hubiera bajado la persiana, el Celta se tomó el gol como una escena que estaba escrita en su guion y no se alteró. Morata pudo matar el partido pero en el fútbol, como en la vida aunque no se quiera decir, los centímetros importan. Su remate fue al palo y el de Orellana al minuto siguiente fue a la escuadra.

El Poeta se encontró un balón en la frontal tras un mal balance defensivo del Madrid y poca oposición para chutar. Y eso como dejarle una hoja en blanco a un genio de las letras o un lienzo a un maestro de la pintura. Obra de arte a la estantería. La clavó en la red y puso los nervios en el Bernabéu. Su trabajo, el de Roncaglia o el del Tucu son de equipo que huele de maravilla.

Pero decíamos que el Madrid te ahoga en el último grano de un reloj de arena. James perdió un balón, James lo peleó, James lo recuperó. El colombiano salió al césped con ganas de que no fuera la última vez. Su esfuerzo lo hizo bueno un Kroos cuya bota se convirtió en putt de golf para anotar un gol marca registrada con dirección al palo de Sergio.

Golazo y tres puntos más para un Madrid que, en lo que vuelven Cristiano y Benzema, suma seis puntos de seis posibles. Para los blancos la Liga lleva demasiado tiempo escondida en un cofre en la bodega de un barco hundido en el fondo del mar. El Madrid sigue nadando.

El Atlético empata con otro recién ascendido

EL Niño Torres falla una opción clara en los postrimerías del encuentro. El Atlético ya había empatado 1-1 contra el Alavés. Foto tomada de Marca.

El Niño Torres falla una opción clara. El Atlético ya había empatado 1-1 contra el Alavés. Foto tomada de Marca.

Jugar contra el Real Madrid debe ser como estar encerrado en la parte inferior de un reloj de arena. Puedes luchar por sobrevivir y sacar el cuello, pero en los últimos granos acabas sepultado. Eso le ocurrió al Celta, que jugó con la cabeza alta 81 minutos y no le sirvió para encontrar aire en el pitido final. Los de Zidane consiguieron una victoria con F de fe y no tanto de fútbol, pero en la clasificación suma seis puntos que es lo que al final cuenta.

Leganés y Atlético de Madrid suman un punto en el primer partido de la historia de Butarque en Primera División. Jon Ander Serantes, meta de los 'pepineros', fue la figura del encuentro desbaratando las ocasiones de los jugadores del Cholo.

El partido comenzaba con una presión alta y muy atrevida del Atlético de Madrid, buscando la meta de Serantes desde los primeros instantes del partido. Esa presión, con el paso de los minutos, se fue diluyendo y con ello el crecimiento del Leganés, que comenzaba a poder salir con tranquilidad de su campo.

La mejor ocasión de la primera mitad, casi llegando al final de los primeros cuarenta y cinco minutos, la tendría Antoine Griezmann en el 38', con un tiro cruzado sin dejarla caer que despejó muy bien Serantes en la que sería su primera intervención de altura en el partido.

La segunda mitad comenzaría con otro ritmo, con el Leganés queriendo más la pelota y con el Atlético de Madrid yendo a por el primer gol, pero sin ocasiones en ninguna de las áreas. En el minuto 51' fue Kevin Gameiro el que se toparía con Serantes en una gran internada del ariete francés del Atlético que acabaría, una vez más, siendo despejada por el meta local.

Diez minutos después, el colegiado del partido anularía un gol al Atlético de Madrid por un claro fuera de juego de Godín, que conseguiría batir por bajo a Serantes, aunque en posición antirreglamentaria.

El Cholo Simeone iría a por todas a partir del 70', cuando introdujo en el terreno de juego a Carrasco y sacó a Gabi. El argentino quería un equipo más vertical y hizo entrar minutos después a Gaitán por Augusto.

La última del partido fue para Fernando Torres, que había entrado en el 57' por Kevin Gameiro. Su cabezazo a un gran centro de Filipe fue a las manos de Serantes, que no tuvo ni que moverse para atrapar el balón.

Corría el minuto 76' cuando Oblak y Guerraro se verían enzarzados en una disputa por el balón a la que el delantero llegaría un poco tarde, pero la reacción del portero esloveno no fue otra que darle una patada en la espalda al delantero. La agresión fue clara, pero el árbitro del partido no la vio.

Los goles del Real Madrid-Celta de Vigo

(Tomado de Marca)