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Tope Cuba-EEUU: Otro rally salvador

Saavedra, oportuno como en Pinar.

Saavedra, oportuno como en Pinar.

Tras vivir otra crisis de abstinencia ofensiva, Cuba combinó sus escasos imparables con los titubeos de los guantes rivales y marcó un rally de cinco carreras que bastaron para hacer intrascendente la temprana anotación de los colegiales norteamericanos.

Si en el primer encuentro existió posibilidad de ‘no hitter’ en contra de los anfitriones hasta el octavo inning, ahora hubo que aguardar por el sexto episodio para inaugurar el casillero de los hits. Nada nuevo, en verdad, porque batear se convirtió hace muchos años en el examen más fallido por nuestras selecciones nacionales.

Con envíos veloces en zona y rompimientos contra el suelo, el abridor Alex Lange tuvo en un puño al line up dispuesto por el manager Machado, quien le dio oportunidad de juego a un puñado de jugadores en ascenso, entre ellos los casi desconocidos y prometedores Yolbert Sánchez y Norel González.

Fiel a su estilo de trabajo, la dirección norteña relevó en el quinto al diestro Lange por el zurdo Brendan McKay, el cual liquidó sin complicaciones esa entrada y alargó la agonía atacante de los dueños de casa. Sin embargo, para entonces el naufragio ya tocaba a las puertas de los visitantes…

Fue como sigue. Con un out en la pizarra, Yosvani Alarcón se ponchó en plan emergente –sus problemas con la curva son enormes-, pero el catcher Evan Skoug no logró detener el piconazo y el tunero llegó con vida a la inicial. También como suplente, Yasiel Santoya rompió el embrujo con un sencillo de poca fuerza al right, y a seguidas el torpedero Dalton Guthrie provocó que los ángulos se repletaran al mofar la rolata de Luis Robert Moiran, otro que no había salido en el grupo de arrancada.

Los contados parroquianos del Latino se entusiasmaron a esas alturas, aunque Raúl González les heló las venas al poncharse con una recta casi tan alta como él. No obstante, el hoy tercer madero Yohandri Urgellés negoció un boleto que provocó la carrera forzada del empate, y William Saavedra –ese grande que nunca se arruga- largó un lineazo al medio que puso 3x1 la pizarra. De colocar cifras definitivas se encargó Jefferson Delgado, el único cubano con un hit por desafío en el dual meet.

El pitcheo insular se volvió a comportar bien, esta vez dependiendo de otro zurdo curveador, Ulfrido García, y efectivos relevos de Lázaro Blanco y Héctor Ponce, este último con escón de ponchados en el cierre del encuentro. El promedio de limpias de 1.04 habla por sí solo del desempeño del staff.

El problema ha estribado, repito, en el ataque. Un average de .122 y un horrible slugging de .146, vociferan a los cuatro vientos las carencias de una escuadra que, da igual si me quieren acusar de pesimista, dará poquísimo quehacer en el Clásico del año venidero.

Positivo: Muy bien por la dirección del Cuba al darle oportunidades titulares a la sangre nueva: Yolbert Sánchez, Norel González, el impresionante Ariel Martínez…

Negativo: No es aceptable que apenas se hayan conectado diez imparables en tres juegos frente a lanzadores de nivel universitario.

Preocupante: La defensa en los jardines está costando carreras: ayer Urgellés ‘se pasó’ en el batazo de Keston Hiura, quien luego facturó la solitaria anotación del choque; hoy Julio Pablo Martínez se enredó con la pelota y facilitó el arribo de Evan White a la antesala, desde donde anotó poco después.

Incomprensible: ¿Por qué Cuba jugó con el cuadro por dentro en el tercer capítulo?

Recomendable: Seguir dándole chances a los jóvenes. A fin de cuentas, solamente es un tope.