Roberto Fabelo es un vicioso del dibujo

Roberto Fabelo es un hombre que le teme al mundo de las cámaras y las entrevistas, a decir de Magda Resik, Directora de Comunicación de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y anfitriona del espacio Encuentro con… de la Feria Arte en La Rampa. No obstante, para los asistentes a la cita, este artista de la plástica es capaz de ser natural, hacer confesiones y hasta bromear delante de muchas personas desconocidas.

Desde siempre sintió la necesidad de crear, ayer en el Salón de Mayo del Pabellón Cuba afirmó que desde niño fue un “vicioso” del dibujo. Su universo creativo comenzó a expandirse a través de travesuras: con ramas y barro hacía unos lagartijos y alacranes que usaba para asustar a su abuela.

Aunque no está convencido de haber dejado de ser niño, Roberto Fabelo creció, cursó estudios en la ENA y el ISA, y luego fue profesor en los tres niveles de enseñanza artística. Para él la conexión con el proceso de aprendizaje de los otros es inevitable. Siente una curiosidad –que define como el sentimiento infinito e insondable que conduce a nuevos conocimientos– similar a la de los jóvenes, y a través del magisterio obtiene una retroalimentación que lo satisface.

Fabelo es conocido por haber incursionado en casi todas las formas de las artes plásticas, todas le han servido, entre otras cosas, a examinar, abordar y analizar la realidad. Sin embargo, el dibujo es su salvavidas: “tengo miles de dibujos hechos en reuniones, en las reuniones uno sobrevive dibujando”.

Sobre sus proyectos inmediatos comentó que se encuentra terminando un cuadro: Sirena y fauno, y crear una Isla con un grupo de corchos que ha reunido.

Al ser cuestionado por Magda Resik por los lazos que lo unen a su país, el Premio Nacional de Artes Plásticas reveló que se siente muy fuertemente ligado al lugar que habita, uno de incontables atractivos.