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El Sistema Internacional de Unidades y la metrología, ¿impacto social?

En este artículo: Cuba, Metrología, Sociedad
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Imagen 1_2Por Ing. Juan Carlos Subiaut Suárez

Mucho ha llovido desde que en 1982 el Consejo de Estado dictara el Decreto Ley No. 62 (30/12/1982) denominadoDe la implantación del Sistema Internacional de Unidades”. Sin embargo, las unidades de medida asociadas a otros sistemas no solo han sobrevivido en nuestra realidad sino que han ganado terreno, obligando a todo aquel que deba emplearlas referenciando aspectos medibles de esa realidad a conocer y dominar las equivalencias y relaciones entre estos sistemas, so pena desde cometer un error técnico o tecnológico hasta ser timado u sujeto de fraude.

En contraposición, las no conformidades respecto a dicho Decreto, incluso aquellas relacionadas con la correcta escritura de magnitudes físicas, unidades de medidas y símbolos del sistema, se encuentran cada vez más a menudo en cualquier documento de determinada importancia social. En este mismo escrito el lector informado encontrará varias de estas no conformidades, pues pretendo ser mejor comprendido utilizando las formas más populares de dichos términos.

Aún hoy es difícil la comprensión social de ciertas unidades de medida frente a otras. En la agricultura, por ejemplo, trate usted de hablar de hectáreas o menos aún de metros cuadrados, solo se hará comprender si habla de caballerías o cordeles.

Imagine usted un narrador de pelota que no refiera la velocidad de un lanzador enmillaso la distancia entre bases que no reseñe enpies”. Así sucede con toneladas métricas, kilogramos o gramos..., frente a arrobas, libras u onzas y otras, quizás en un grado mayor de comprensión, como entre el centímetro y la pulgada. Si se considera que influye la herencia cultural como causa de esta supervivencia, no se entiende el hecho que en países cercanos culturalmente se haya superado esta situación.

Esta comprensión (o incomprensión) social se reafirma por el hecho del uso de unidades ajenas al SI (Sistema Internacional de Unidades) e incluso del mal uso de unidades pertenecientes a este; incluso por entidades estatales, entre ellos la prensa en todas sus manifestaciones, al recrear relaciones de cualquier tipo. La zafra, tópico noticioso en nuestro país por décadas, se asociaba en lo general a las arrobas de caña cortada, molida o azúcar producida. Recordemos que la “medición” de la caña cortada la efectuaba a estimación un “computador”, especialista en estimar cuantas arrobas tenía una pila o apilado de caña.

Entre mis recuerdos de la época de escuela en el campo está la norma de chapea de un surco medida en cordeles, incomprendida en su dimensión hasta mucho tiempo después, cuando aprendí que aquella era una medida cuadrática considerando un ancho predeterminado del surco. Ese conocimiento, considero, ni lo dominaba exactamente aquel que nos imponía diariamente el cumplimiento de aquella “norma”.

De todo hay en la viña del señor: Problemas semánticos (la inmensa mayoría de los que participan en operaciones de medición de masa hablan del peso y no de la masa), de conocimientos de la variedad de unidades en uso y su equivalencia(que van de la confusión entre unidades de cierta similitud que pertenecen a sistemas distintos a la vez como la tonelada larga, la métrica y la corta; hasta unidades de medida solo utilizadas por sectores específicos y de cierta complejidad en su comprensión euclidiana, como el pie taller de madera), humorísticos (la historia que dio pie a la diferencia entre la vara cubana y la vara española, así como otra más reciente que afirma que la inoperancia de construcción de naves espaciales conjuntas entre europeos y estadounidenses, eran causadas por el uso de cada parte de sistemas de medición diferenciados hasta en el roscado de la tornillería; aplatanada esta última figura en una viñeta que cuenta la imposibilidad de armar un mecanismo pues las tuercas la habían adquirido en una subsidiaria “americana” y tenían pasos de roscas de fracciones de pulgada, y no ajustaban con los correspondientes tornillos con pasos de rosca milimétrica, adquiridos en Europa), las confusiones entre escritura parecida de símbolos de unidades de medida, sean del mismo sistema (como entre milla náutica y milla terrestre), entre unidades casi equivalentes de sistemas ajenos al SI (como libra troy o inglesa y libra avoir du pois, amén de la española y sus multiplicaciones desde las onzas, las arrobas, los quintales), etc.

Aparejado a la problemática de la implementación real del SI en su reflejo social está el hecho de que el aseguramiento metrológico está aún lejos de lograr alcanzar la uniformidad y confiabilidad de las mediciones que se realizan; al menos en la satisfacción y defensa de los intereses de la población.

Existe la claridad de que en este mundo competitivo no sobreviven en el mercado las mercancías no aseguradas metrológicamente, de ahí que este aspecto se considera por la máxima dirección del país como un aspecto cardinal en la actualización del modelo económico de la Isla (más de 45 Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución inciden en el desarrollo de la Metrología) reforzando las bases para desarrollar esta disciplina, dirigida tanto a los productos y servicios que salen o entran por sus fronteras como a los que se producen en la nación. Sin embargo, la noción que tiene el ciudadano común, cuando se le habla del tema, es que este, al menos a su nivel, no existe.

¿El problema sería que no son suficientes los cuerpos legales que regulan esta actividad? No lo creo. Entre otros, está el Decreto Ley No.183 de la Metrología de Febrero de 1998, que establece como control metrológico la aprobación de modelo y la verificación como acciones legales, las que son ejecutadas  por  el  Servicio  Nacional  de  Metrología  (SENAMET),  integrado  por  los laboratorios  de  Metrología  de  la  Oficina  Nacional  de  Normalización  (ONN)  como el INIMET y las OTN, así como  otros laboratorios autorizados por la propia Oficina.

A su vez, la Disposición DG – 01 2014 de la  Oficina  Nacional  de Normalización (en vigor a partir del 1 de enero de 2015, titulada Instrumentos de medición sujetos a la verificación obligatoria y aprobación de modelo según los campos de aplicación donde serán utilizados y aprobada por Resolución No 148 con fecha de 23 de septiembre de 2014 de la Directora General de la Oficina Nacional de Normalización, la cual regula cuáles son estos instrumentos necesariamente sujetos a dicha verificación periódica y los periodos de vigencia de las aprobaciones que de ello emanen. En su Anexo 1 se detallan estos instrumentos así como los plazos de verificaciónEntre ellos se relacionan, por ejemplo,los instrumentos de pesar utilizados en transacciones comerciales (empleados para la determinación del precio en función de la masa en la venta directa al consumidor, la comprobación de la masa por parte del consumidor, etc, así como sus ponderales). Entonces, ¿dónde está la falla?

Según fuentes autorizadas, cada año se realizan alrededor de 650 mil verificaciones y calibraciones a los instrumentos de medición instalados en el país, estimándose que representan el 65 por ciento de las necesidades. Sin embargo, consideran que el control es aún insuficiente, sobre todo en el comercio, la agricultura y la salud.

¿Este 35 por ciento sin control (para mí es muchísimo mayor), incluye la inmensa mayoría de los instrumentos de medición utilizados para la determinación del precio en función de la masa en la venta directa al consumidor o la comprobación de la masa por parte del consumidor, sean estatales (comercio minorista y gastronomía) o cuentapropistas? Por la experiencia en este sentido de cualquier cubano de a pie, se puede asegurar así.

Es dable entonces entrar en el análisis otras variables. Como vimos anteriormente, nunca, en los años que lleva de institucionalizado el SI, este se ha implementado totalmente, incluso apenas se aprecia su existencia en sectores como el comercio minorista. No sólo han sobrevivido instrumentos y medios (justificaciones aparte) graduados en unidades de medida ajenas al SI, esencialmente anglonorteamericanas, sino que la cuantificación de las asignaciones individuales (preguntarle a Pánfilo) se han realizado históricamente en dichas unidades, aunque se refieran en uno u otro documento a unidades SI. Los ponderales que se utilizan, graduados alguna vez, son sustituidos por discos de plomo u otro metal, de más dudosa equivalencia.

Con el periodo especial, se enseñorearon las ventas de líquido a granel. Aquí surgieron varias “unidades”, relacionadas con la apreciación del vendedor de la equivalencia de un envase, como los “pepinos” de refrescos recuperados o los jarros con bordes deformados. Ni hablar de las ventas de aceite en la bodega, a gramaje establecido (cuota) por consumidor y que te lo despachan por volumen (envase).

La problemática actual incluyeiniciativascomo la de Comercio, al crear una libra bodeguera equivalente a 460 gramos (para aproximarse quizás a la libra española, obviando que tradicionalmente utilizábamos la francesa o avoir du pois, de 453.592 gramos), de Gastronomía, vendiendo productos a granel con precios – tablilla referidos a unidades de volumen (capacidad) virtuales, pues la cantidad real la determina la apreciación del llenado a medida del “envase” utilizado, o algunos vendedores cuya libra equivale a 12 onzas o a 400 gramos.

El imaginario popular también acumula anécdotas sobre el por ciento real de soya que tiene el picadillo de idem o de chícharo que tiene el café. En fin, paga el fraude el comprador, que no sólo hace sus compras determinando el precio de la transacción una pesa alterada, o un producto a granel en un envase que se dice lleno o aplena medidasegún apreciación del vendedor, en adición, cuántas veces está obligado a adquirir productos vendidos por el sistema que le impone ese vendedor, estatal o privado, sin una paridad con el sistema internacional de unidades; sea por jarros, mazos, atados, latas, pomos o bolsas. La problemática entonces no es solo de desconocimiento, como algunos aducen.

Tanto en la implementación definitiva del SI como en el aseguramiento metrológico existen un ajiaco de problemas acumulados, cuya solución se considera por nuestra dirección como un aspecto cardinal en la actualización del modelo económico de la Isla y se instrumentan Lineamientos al respecto, sobre todo en áreas claves de la producción y los servicios, pero es igualmente perentorio considerar la expresión social de esta problemática y su incidencia en contra de los sectores de menores ingresos.

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Se han publicado 26 comentarios



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  • Lucio dijo:

    Hace muchos años, más de 30 que se abolió la libra como unidad de medida y entró en vigor el SI (sistema internacional de unidades) quedando el kilogramo como unidad de medida de masa.
    Este proceso fue llevado a cabo por el extinto Comité Estatal de Normalización, en la actualidad Oficina Nacional de Normalización. Se comenzaron a cambiar en todos los comercios estatales, las balanzas utilizadas para realizar el despacho de los productos, en las bodegas y placitas y se instalaron las balanzas YARA graduadas en kilogramos, estas por el brazo llegaban hasta 5 kg y con los ponderales hasta 25 kg.
    No obstante siguen comercializando en libras y pesando los productos en balanzas graduadas en kilogramos, cosa esta que afecta a los consumidores de los productos y servicios que se prestan a la población. En el solo hecho de realizar el cálculo para cambiar la unidad de medida, es donde se afectan a los consumidores.
    Tampoco es admisible que los establecimientos de comercio y gastronomía reciban los productos en kilogramos y los despachen en libras.
    Esperemos que esta violación sea resuelta algún día.

  • yam dijo:

    Ing. Juan Carlos Subiaut Suárez.: por favor si pudiera aclararme las siguientes dudas; 1- ¿ las pesas digitales manuales y de mesa aunque muestren el peso de forma digital su principio es mecánico ? 2- ¿ Cuánto varía el peso a medida que aumenta la altura sobre el nivel del mar ?

    • Ricardo Valdës Piloto dijo:

      La altura sobre el nivel del mar no es un parámetro que influya notablemente en las operaciones de pesaje pues a mi criterio la masa (peso) de un objeto está definido por su peso específico y este no varia con la altura sobre el nivel del mar donde se encuentre.
      Los instrumentos de pesar que se dieron a conocer como Básculas y Balanzas; los primeros basaban su principio de funcionamiento en sistemas de palancas de segundo grado conocidos así por tener no menos de dos puntos de apoyo y los segundos tienen como principio de funcionamiento los sistemas de palancas de un solo punto de apoyo.
      Ahora bien existe la Balanza conocida como Pata de Gallina de la marca Fairk Bank (y me disculpan si lo escribo mal) que está presente en todas las bodegas de forma original y en ocasiones copias bastante bien hechas. Estas balanzas tienen la regla de medición graduada en libras y kilogramos aunque siendo estas fabricadas en su mayoría en los años 1940 en USA.
      En resumen la mayoría de los instrumentos de pesar que se utilizan en el comercio minorista son americanos o imitaciones de estos y la alteración del funcionamiento normal con beneficios para el vendedor es muy fácil y va desde impedir la visualización de la medición en cuestión hasta la alteración mecánica de sus componentes ya que error conocido no es error por lo menos para el dueño y sin caer en la coprofagia todos sabemos que en una pesada siempre falta un cuarto de libra y que como reclamarlo equivale a un disgusto superior a lo que bale lo dejamos así .
      Los instrumentos de pesar electrónicos o de indicación digital se les clasifica como instrumentos de pesar solamente o vulgarmente (PESA) ya que el principio de medición se basa en la deformación mecánica de un elemento el cual tiene adosado un elemento sensor que baria sus parámetros eléctricos al deformarse mecánicamente y esto es procesado por un circuito electrónico que traduce esto en unidades de masa reflejándolo en un display en la unidad de medida seleccionada por el usuario del equipo, estos sin duda son mas precisos que los ya conocidos como balanzas y basculas pero también son alterables ya que la calibración se puede realizar a conveniencia o alterando el valor real a mostrar.

  • jpuentes dijo:

    Para cumplir con las normativas de la metrología es que la industria del envase, no está en sintonía con este topico. Y la insistencia de conservar la ya extendida pesa mecánica, que tiene mas de 200 años (y es literal) de implantada e importada de los Estados Unidos. Por mas que queramos esa pesa de contrapesos debe ser reemplazada, por digitales o por otro sistema mas moderno. La inversión es grande, pero una fabrica en Cuba de pesas digitales, no vendría mal. La venta a granel está difundida por falta de envase. Y esa costumbre se ha quedado, desde mucho antes del Periodo Especial. La calibración no es efectiva cuando hay desgaste acumulado en las partes mecanicas de la pesa.

  • Ernesto2 dijo:

    El problemas nuestro radica en 3 cosas: 1- Equipamiento obsoleto y desajustado 2- El vendedor (bodeguero, tarimero, etc etc etc) 3-Sistema desigual de unidades. En cuanto al equipamiento, ya no dan más las básculas de brazo manuales, las cuales además son muy fácil de manipular para estafar al comprador. En cuanto al vendedor, sabemos que esto no es exclusivo de Cuba, es un mal mayor, pues siempre se las ingeniará de mañas para aprovecharse. Y respecto a las unidades de medidas o sistema, hayq ue ponerse de acuerdo, pue slo mismo te encuentras la medida de jarro, que latica que pepino, que libra que kg. Por tanto, ya se hace NECESARIO migrar a la era Digital (corregimos en un % elevado el tema del equipamiento obsoleto y facil de engañar), vender quizás agunos productos ya embalados en nylons de 1Lb o Kg, etc, así el vendedor puede estafar menos que si lo vende a granel.

  • Con criterio propio dijo:

    Muy bueno, pero seguimos vendiendo por jarros, pomos, mazos, ristras, bolsas y cantidades y no por su peso y cada día las galletas de mantequilla son más pequeñas, pero siguen siendo 40 y por eso es el precio de 1 CUC o el mazo de habichuelas no se sabe cuántas trae pero es un mazo, no se pesa y a ojo de quien lo vende te cobra una cantidad y nadie sale a defender al consumidor. Por suerte en la conceptualización del modelo económico, no importa cuanto tarde su aplicación y entrada en vigor aparece y cito textualmente:
    "Aplicar un sistema eficaz de protección al ciudadano como consumidor, que comprenda desde la concepción del producto o servicio, su diseño, envases, embalajes, información objetiva sobre sus cualidades, servicios de información de mercado, garantías, indemnización, resarcimiento material y moral —según proceda de acuerdo con la ley— políticas y regulaciones de precios sobre aquellos bienes de interés social, entre otros".

  • Manuel dijo:

    El talón de Aquiles del comercio minorista cubano, es precisamente la unidad de masa y de volumen, con balanzas expresadas en por Kg. y precios por lbs, algo que el MINCIN, debería resolver por resolución ministerial, pero no le da importancia. Creo que otras instituciones del estado deberían intervenir en este asunto, si el Ministerio de Finanzas y Precios, obligara por resolución al MINCIN a fijar los precios por kgs y por lbs, esto ayudaría a los clientes, pues es mucho más complejo conocer la conversión de lbs a kgs y continuamente calcular la misma y calcular el importe. Otro punto es que los comercios con balanzas electrónicas no mantienen la misma debidamente taradas y los empleados se hacen los tontos, para estafar al cliente en el peso. La unidad de volumen es también motivo de diferencias, pues no existen medios de medición para vender por volumen.
    Elevar la cultura de todos en materia de metrología, a través de propaganda grafica en los establecimientos comerciales, debe ser tarea del MINCIN, pues la protección a consumidor, es responsabilidad de dicha institución.

  • Lulú dijo:

    El egocentrismo y la autosuficiencia se pudieran medir en "unidades ronaldas"

  • pompilio dijo:

    Y esas normas de medición cubanas que se han nacionalizado e incluso aceptado y adoptado por entidades estatales que funcionan hasta hoy y nadie las reclama, ni las protesta.

    La mayoria de las pesas en Cuba por poner un ejemplo yo estimo conservadoramente que tengan mas de 30 años de explotación y el sello de APTO PARA EL USO no se les ve por ninguna parte.

    Esa verificación ¨periodica¨ se realiza de forma autónoma por las entidades que tienen una alta responsabilidad economica o de otra indole en el país que por la mision que cumplen es requisito indispensable la verificación de sus instrumentos.

    Lo cierto es que las unidades de medida en Cuba son un dolor de cabeza a la hora de reclamar a alguien sobre la inexactitud de una medicion especifica.

    Nos hemos acostumbrado a ser maltratados, porque no hay un sistema de verificacion y proteccion al consumidor que vele, exija y sancione estas deficiencias.

    Coincido que el porciento de verificación que se expresa no es real, porque quizas la calculadora que utilizaron tambien está sin el sello de verificacion o se introdujo un error a proposito en los números como casi siempre ocurre en las estadisticas.

    Todo lo que se vende y se mide a granel esta a expensas de tener errores de medición.
    Habria que preguntar como se mide el sabor del dulce de un refresco de 232ml en un vaso hecho de botella de cerveza cortada o el famoso metro de arena que te despachan al volquetear un camion, o de la cantidad de humo que debe desprender un carro.

    Eso sin contar cuando te despachan los productos en jabitas de nylon con la pesa debajo del ventilador de techo encendido, con arandelas de plomo en el balancin. Los tres metodos mas utilizados del robo en las pesas.

    En fin muchos problemas metrológicos sencillos, faciles de resolver y nadie hace nada.

    eso es falta de voluntad de hacer y hacer las cosas bien.

  • Eduardo Araya de León dijo:

    En esto pasa como muchas cosas: Existe la reglamentación o la ley pero ni el estado la cumple. Hay que empezar de arriba a abajo. Es el estado el primero que tiene que implementar el SI y empezar a exigir a todos los ministerios en sus informes, rendiciones, etc.

  • Corona dijo:

    Creo que es la primera vez que leo un artículo sobre este tema en la prensa (sobre el uso del Sistema Internacional de Unidades en Cuba), es un tema interesante, y sobre todo, muy vigente en nuestros dias.
    En los países en que he estado trabajando, nunca he comprado un producto cuyo peso esté expresado en libras, siempre es en Kg, en caso que el producto (sea suelto o empaquetado) tenga un peso inferior al Kg se le coloca el peso en gramos (ejemp. 500 gr ó ½ Kg).
    Las unidades de volumen en nuestro país son un desastre, comenzando por los propios embases estatales. Muchas veces te venden un producto (líquido) por 1 Litro y cuando miras el embase por fuera dice 900ml (ya estás perdiendo 100 ml ó CC).
    Las pesas ó balanzas utilizadas en Comercio y Gastronomía son otro desastre, además de obsoletas pasan años sin ser calibradas. Sobre ese dato que plantea que el 65% de los instrumentos de medición del país son calibrados cada año tengo que decir que lo considero una gran mentira. Sobre este artículo hay mucha tela por donde cortar. Saludos.

    • fer dijo:

      Corona, y le faltó la venta normada de aceite comestible, anotan media libra, lo envasan directo al pomo como si lo que nos dieran fuera volumen, y nadie se da cuenta que el peso tiene relación dicta con la densidad del aceite o sea menos denso más volumen, será que todos los aceites comestibles en Cuba tiene la misma densidad, no es fácil.

  • Pierre dijo:

    Completo su artículo desde el punto de vista técnico e informativo.
    El cubano de a pie como usted bien lo define, es el sufrido por las trampas establecidas por vendedores y directivos administrativos de comercio en sentido general, no he visto aún un directivo administrativo de un establecimiento estatal revisando el trabajo en el pesaje de un empleado, solo lo hacen cuando se les reclama la comprobación del peso del producto adquirido, ahora esto sucede igual en el sector no estatal o privado, lo he comprobado, más es justo decir que en este sector de precios superiores, hay personas honestas, no le timan en el peso a los clientes, lo he comprobado, me han expresado este es mi negocio, me respeto y si hago lo contrario los clientes no vuelven una segunda vez, estas personas utilizan las mismas pesas que todo el sector del comercio salvo excepciones. Expreso estas afirmaciones, pues soy uno de los cubanos de a pie, no obstante poseo una pesa digital manual, la cual puede pesar en kilogramos y libras con apreciación hasta las centésimas de esas unidades y en onzas hasta la décima de esa unidad.
    Es imprescindible irse acercando a las unidades del SI, las pescaderías venden sus productos en la unidad de masa del SI, el kilogramo. Todo los productos que se venden en venta libre, arroz, frijoles etc., pueden venderse en kilogramos, al igual que los productos agrícolas, un obstáculo son las pesas o balanzas, generalmente. Claro la estafa de los vendedores continuará hasta el momento se inspeccionen los medios de pesaje de forma periódica y sean sancionados administrativamente o de forma penal, la estafa es un delito y sancionado por el código penal cubano.
    Se debe parar este abuso con los cubanos de a pie.

  • Mario dijo:

    Historia conocida y faltan recursos financieros para dar un vuelco en el equipamiento más , la falta de conocimiento y preparación de metrogolos en Cuba ,,,,,pasan los años y la vida sigue igual ,,,,,,,

  • Antonio dijo:

    Bla bla bla bla bla.......seguimos en el bla bla bla... y nada hace el MINCIN, nos tienen dormidos como si fueramos un pueblo de zombies.

    -Quiero un responsable de por qué aún el MINCIN establece la libra para el comercio?

    -Quiero un responsable del MINCIN que explique al pueblo lo que pasa con las balanzas

    -BASTA DE BLA BLA BLA --- SOLUCIONES Y YA O SERÁ NECESARIA OTRA CARGA PARA MATAR BRIBONES!!!

  • voxpopuli.cubava.cu (ppCARLITOS) dijo:

    En las últimas resoluciones para darle valor al peso cubano algunas de las medidas empleadas fueron libras y quintales obviándose totalmente lo dispuesto por ellos mismos.

    Entonces, cómo quedo yo...

  • E.T. dijo:

    Pienso que una solución que a mi criterio debe ser menos costosa que cambiar o verificar todas ls pesas del país sería distribuir los productos envasados y pesados, lo que impediría que que nuestros compañeros dependientes nos roben en el pesaje. Creo que el Estado debía valorar esto

  • EMELE dijo:

    en el agro de 17 y k , te venden en todas las tarimas en las pesas de 20 años desgastadas y en kgs y la verificacion del peso te la hacen en una digital, siempre hay diferencia , se habla de productos embasados y sin em,bargo acabamos de ver por la television , cuando las rebajas de precios , que las bolsas selladas de leche en polvo de 500 kgs ninguna llegaba a ese peso, etc, etc, etc....al final los de apie asumimos todas las deficiencia tanto las no intensionadas como las mal intencionadas o mejor dicho todo tipo de deficiencias en elpeso, la calidad , los horarios , la papelistica , ... lo sufrimos los de apie.

  • maribel dijo:

    Estoy contigo Antonio

  • Nicolas dijo:

    Dícese que la diferencia entre a vara cubana y la vara española se debió a un error en que incurrieron los cubanos al recibir el prototipo de longitud procedente de España y como este venía cuidadosamente empacado en una caja larga de madera los criollos midieron la caja y no el prototipo metálico.
    No sé si la anécdota es verdadera o solo un cuento.

  • Juan Carlos Subiaut Suárez dijo:

    Ante todo agradecer a Cubadebate la publicación de este artículo. El editor le agregó sendas gráficas que fueron imprescindibles para redondear la información y mejoró el texto subrayando aspectos medulares.
    Es dable añadir que recibí en días pasados una felicitación de una especialista del INIMET que tuvo acceso a su contenido.
    Igualmente agradecer a los foristas que han aportado sus ideas, válidas y que complementan el artículo.
    Como otros, desearía que llegara también a los decisores, esos que podrían influir en el mejoramiento, para bien, de la problemática planteada.
    Por último, responderle a Yam: Lamentablemente, soy solo un simple aficionado (que he aprovechado las oportunidades que ofrece Cubadebate para enviar colaboraciones y publicarde ellas las que considere aceptables; normalmente soy otro comentarista como Usted) que se acerca al tema. Prefiero que un profesional de la rama le responda sus dudas, pues podría inducirle a un error en la respuesta.
    Muchas gracias a todos.

  • Metrolok dijo:

    Algo bueno...primera vez que se trata este asunto en la prensa nacional.
    Resumiendo...tenemos muchas barreras para lograr un eficaz aseguramiento metrológico:
    1. Instrumentos de medición obsoletos.
    2. Falta de preparación de los metrólogos del Servicio Nacional de Metrología, sobre todo en las nuevas tecnologías, por ejemplo las mediciones relacionadas con la electrónica, la informática y las comunicaciones.
    3. Legislación obsoleta.
    4. Falta de control del organismo rector de la actividad (CITMA y ONN).
    5. Falta de exigencia en los organismos y entidades en cuanto al aseguramiento metrológico.
    6. Laboratorios de calibración con tecnología obsoleta que no son capaces de asegurar el servicio a la totalidad de los instrumentos.
    7. Y como tapa al pomo...No existe Protección al consumidor.

    Yo este tema lo sufro doblemente, pues soy una cubana de a pie, pero también forma parte de mi trabajo. Por eso el pasado 20 de mayo (Día Mundial de la Metrología) mis compañeros me pusieron Metrolok.

    Ojalá no demore mucho la solución...

  • Alejandra Hernández dijo:

    Ya había tenido la oportunidad de comentar el artículo de Juan Carlos, que en primera instancia fue un comentario a una nota de prensa sobre la publicación de una guía de metrología para las formas de gestión no estatales. Y ciertamente se ven pocos trabajos con este tema, pero debe decirse que no es el único que se ha publicado sobre la necesidad de implementar totalmente el Sistema Internacional de Unidades en el país, y no sólo por lo que significa para la protección de los consumidores, sino por lo que significa para la soberanía tecnológica del país en un entorno en que se están potenciando la inversión extranjera y la exportación de bienes y servicios de altos niveles de calidad.
    En cuanto a la protección del consumidor, quisiera repetir lo que he dicho en otras oportunidades: en un proceso de medición es el operario el componente fundamental, y todo pasa por su honestidad, su sentido ético y su responsabilidad social. Sin eso, no valen las condiciones técnicas, porque siempre se hallará un modo de efectuar una medición fraudulenta.
    Y es ahí donde tienen que imponerse la aplicación de las leyes correcta y oportuna, y un buen sistema de inspección a nivel territorial y local, que puede ser, incluso, de los inspectores populares que dejaron de existir hace unos años y que valdría la pena retomar.
    Con respecto a los precios, no toda la culpa la tiene el MINCIN. Los precios de venta en Cuba los ponen los ministerios de Finanzas y Precios y el de Economía y Planificación. Sucede que la legislación cubana, esa que se menciona en el artículo de Subiaut, no incluye todas las responsabilidades que deben cumplir los actores sociales y administrativos involucrados. Y tanto el MFP como el MEP deben implementar el SI en sus modelos, y en plantear los precios en las unidades de medida declaradas como legales en Cuba desde 1982. Pero vemos cosas tales como que en la canasta básica coexisten unidades de diferentes sistemas y formas de comercialización: la sal se vende en kilogramos, los granos secos y los productos cárnicos en libras y los huevos en unidades. Pero cuando salen al mercado paralelo nuevos productos, algunos salen con el precio por libras, y otros, con el precio en kilogramos.
    Otro tema son los mazos, las laticas y los pomitos. Esas no son unidades de medida, porque no cumplen los requisitos elementales para ser considerados como tales. Por lo tanto, debe considerarse que en ese caso se está efectuando una comercialización por unidades, como cuando uno compra un aguacate a diez pesos. Si se considera que lo que le ofertan a Ud. vale sus diez pesos (o el precio que sea que le pongan), Ud. lo compra o no. Lo que no puede ser es que le digan que el precio del producto que le interesa es por kilogramos, y se lo quieran medir con algo que no es una balanza.
    En fin, bravo por Subiaut por subir este tema al debate. Valió la pena.

  • FA dijo:

    Muy buen artículo y comparto el criterio de Alejandra. Este tipo de publicaciones deben obligar a actuar a aquellos que se relacionan con los cambios que hay que hacer.

  • FA dijo:

    Reitero que comparto lo criterios de Alejandra, solo que no valió la pena, sino que sigue valiendo la pena, porque es hora de iniciar el proceso de solución a la implementación del SI en el comercio interior que es donde mas se afecta a la población. Se debe mantener este tipo de articulos en la prensa

  • Katanga dijo:

    A los más jóvenes en la escuela y más tarde en la universidad nos enseñaron a pensar en SI y luego uno va a la bodega y se parte el cerebro con las onzas y libras y las fracciones de estás que lo mismo son múltiplos de 16 que de 2.5 y después ves en las noticias no se cuantas caballerias de papa que uno no tiene la puñetera idea de si están hablando de superficie cultivada de papas o de la masa de papas que dejan de repartirle al pueblo.

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