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Susana Lee, o simplemente La China

La periodista Susana Lee, fundadora de Granma, una de los tres merecedores del Premio Nacional de Periodismo 2016. Foto Roberto Garaicoa/Cubadebate.

La periodista Susana Lee, fundadora de Granma, una de los tres merecedores del Premio Nacional de Periodismo 2016. Foto Roberto Garaicoa/Cubadebate.

Muchos le decíamos "La China". En realidad no tenía los ojos rasgados, pero su apellido era asiático sin dudas. La conocí cuando comenzaba en el periodismo: yo llena de preguntas y ella con todas las respuestas. Era reportera de Juventud Rebelde, y estaba a cargo de los temas relacionados con la institucionalización del país, el Poder Popular naciente, y yo, acabada de graduar, me fueron asignaron los mismos temas en la Revista Bohemia.

Éramos dos Susanas compartiendo los mismos temas y que les cuento de los correos trastocados, de las comunicaciones equivocadas, por lo que ella siempre me decía: “Bueno de las dos ¿quien es la otra?” y mi respuesta: “Yo, claro está”.

Decir Susana Lee en el periodismo desde entonces era hablar de una gran periodista, cuyas informaciones servían de referencia a todos nosotros. Tenía siempre la última, se había ganado con su hacer profesional cotidiano la confianza de sus colegas y de las más alta dirección del país. Su admiración y respeto por el Comandante en Jefe le dieron muchas veces acceso a conversar con él en los más diversos escenarios. Fidel la distinguía mucho, la apoyaba, y sobre todo la respetaba como periodista.

Como ser humano, dispuesta a ayudar a todo el que lo necesitara. Recuerdo que recién nacido mi hijo, me arrastró hasta la consulta de su hermano médico, Mayito, al hospital donde trabajaba para quitarme una angustia que tenía sobre la salud de mi pequeño. Estuvo conmigo todo el tiempo allí. Luego se mantuvo al tanto de los pasos de mi hijo, hasta ahora, cuando han pasado 30 años.

Durante mucho tiempo compartimos los mismos eventos, las mismas conferencias de prensas, seminarios, recorridos, y nunca se negó a compartir una información, a ceder un tema. Ayudaba a los jóvenes de entonces y de ahora, con modestia. Jamás la vi hacer alardes de su intensa vida como reportera. Un día no supe por qué, se fue a trabajar al diario Granma. Donde su quehacer seguía siendo el mismo: compromiso sin alardes.

Sabíamos que estaba enferma desde hace algún tiempo. La última vez la encontré en una de las sesiones de la Asamblea Nacional. Entregada a su trabajo y protestando por la falta de información a los periodistas, ya que también fue una luchadora porque sus colegas fueran respetados.

Creo que las nuevas generaciones debían saber un poco más de ella, de lo que hizo, de lo que dejó, de lo que es la ética del periodista, de lo que es el amor a una profesión, de, como diría Silvio: “lo que es vivir sin tener precio”.

Por eso cuando me dijeron que de la delegación de periodistas de Cubadebate y Mesa Redonda propondrían a Susana Lee López para el Premio Nacional de Periodismo, lo aplaudí con cierta tristeza porque a veces olvidamos a los compañeros que merecen este Premio por la obra de toda la vida, y se hace el otorgamiento cuando ya apenas les queda vida.

No obstante querida amiga, para mi eras Premio Nacional de Periodismo desde el mismo día en que te conocí en 1977. Fíjate que, ni tu misma hubieras podido imaginar cuanta gente te quería y te respetaba, colegas que ahora en Facebook, en Twitter, sienten de corazón tu ausencia. No es casualidad que nos hayas dejado un primero de mayo, es como una voluntad divina para colocarte hoy ahí junto a Fidel, Raúl y el pueblo al que te dedicaste. Descansa en Paz, porque la gloria ya la alcanzaste aquí en la tierra.