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Guionista de "Ocho apellidos vascos": Impartir curso en La Habana fue muy especial (+ Video)

Diego San José en Cuba impartió el curso "El guion de humor es cosa seria". Foto: ACN.

Diego San José en Cuba impartió el curso "El guion de humor es cosa seria". Foto: ACN.

Por Mariateresa Hernández Martínez

El ‪guionista de la película española más vista de la historia dentro de España: la comedia Ocho apellidos vascos, impartió por estos días en Cuba el taller El guion de humor es cosa seria, como parte de las actividades que organizó la 15 Muestra Joven ICAIC.

Diego San José llega a la Isla por tercera vez, aventurándose a una búsqueda compartida; la primera sería hace cuatro años invitado a una muestra de cine español que estrenaba sus dos primeras películas y la segunda en 2015 por decisión personal.

De sus 37 años, lleva 13 dedicados al guion de comedia, confiesa nunca haber escrito algo en lo que no crea y tenerle más cariño a sus fracasos que a sus éxitos, es un vasco sin nacionalismos, le gustan las películas de Richard Curtis y la versión británica de la serie The Office.

Diego incursionó en el cine por primera vez en el año 2009 con el filme Pagafantas, dirigido por Borja Cobeaga, quien ha sido también su compañero más constante de escritura (No controles, Ocho apellidos vascos, Ocho apellidos catalanes). Aprovechando unos breves minutos de descanso del taller, la ACN conoció detalles sobre su visita, sus más recientes y futuros proyectos.

¿De quién surge la iniciativa de impartir este taller en la Muestra Joven?

La Muestra me contacta ya desde el año pasado por las mismas fechas y a última hora lo tuve que anular por escribir la segunda parte de Ocho apellidos vascos, pero este año sí tenía que venir. La verdad es que aparte de ser guionista, en España suelo dar clases en varias universidades, me gusta mucho salir de mi cubículo para hablar con gente y explicarles mi trabajo.

Para mí personalmente hacerlo en La Habana es muy especial ya que la comedia está muy vinculada al sitio de cada uno, a tu contexto cultural, a tus influencias lugareñas, de manera que cuando yo vengo aquí a hablar de humor a mí me supone también un experimento personal muy estimulante.

¿Cómo te vinculas a la escritura de guion?

Yo no tengo formación de ningún tipo en cuanto a lo creativo, con 18 años acabo el Instituto, tengo que elegir una carrera y decido estudiar lo que en España se llama Empresariales, que es como administración de empresas, me di cuenta de que no me gustaba nada pero lo acabo porque ya tenía como un compromiso con mis padres.

Unos meses antes de que acabase la carrera empecé a hacer cortos con unos amigos de manera absolutamente aficionada, pero alguien de una tele vio uno de ellos y me dieron un trabajo pequeñito, muy simbólico en la televisión vasca. Allí surgió la iniciativa de hacer un programa de humor que se volvió muy importante para Euskcadi, donde por primera vez hizo chistes con el conflicto político vasco, se llamaba Vaya semanita, ese programa me permitió ir a Madrid y empezar a escribir películas.

En España dedicarte al cine es fruto mucho del azar, no hay un camino claro, sensato, ni siquiera hay una ley de méritos de que los mejores seamos los que estamos haciendo cine y en mi caso, como en el de mucha gente que conozco, ha sido más una casualidad que por buscarlo de una manera razonable.

Un éxito de taquilla como Ocho apellidos vascos era algo inimaginable ¿cómo estás viviendo tú el boom de esta película?

Es curioso porque aunque la película ha ido muy bien, mi relación con ella es extraña, no es la que más me gusta, y cuando a una película le ha ido también primero celebras y luego te preguntas pero por qué no fuisteis a ver las otras si yo puse el mismo talento, la misma ilusión, el mismo trabajo, o tal vez más, en las que fracasaron que en las que triunfaron.

No entender por otro lado es mágico porque si tú supieras garantizar el éxito, sería muy aburrido escribir cine; a mí me ocurre lo mismo que a un padre si tiene cuatro hijos y hay uno que es más débil y es que te pones siempre del lado de tus fracasos, de tus obras menos reconsideradas.

Ocho apellidos vascos, sin que yo la considere mi mejor película, ya es mi mejor película para toda la gente, por lo tanto no necesita tanto mi cariño, yo defiendo a las otras, creo que es casi una reacción mía de inseguridad ante el éxito.

Has coescrito comedia con varios guionistas, pero siempre repites con Borja Cobeaga, ¿alguna razón en específico?

Para mí escribir humor tiene mucho que ver con tener una pareja, porque con la comedia hablas mucho de tus miedos, tus inseguridades, las cosas que te preocupan, de manera que cuesta mucho que coincidas en estas cosas tan íntimas con alguien, pero por otro lado, cuando lo encuentras cuesta mucho desprenderse porque lo que te une es tan íntimo que es una unión muy sólida.

Entonces ya te abrazas a esa persona y es muy fácil confiar, y hacerte muy amigo de alguien si escribes comedia, lo que me ocurre con Borja Cobeaga es que es como una especie de hermano y de novia, de padre y de amante, es como todo a la vez mezclado y entonces sigo escribiendo con él, es cierto que también escribo con otras personas pero no tanto y de manera tan estable como con Borja.

Alguna vez manifestaste que no te gustan las segundas partes, ¿por qué entonces escribir Ocho apellidos catalanes?

Foto: Javier Tamayo/ ACN.

Foto: Javier Tamayo/ ACN.

Los guionistas nunca fuimos a decir: -¡Oye hay que hacer segunda parte!, más bien la segunda parte nos dijo a nosotros: -Yo existo, ¿te vienes o te quedas en tu despacho? Lo que ocurre es que Ocho apellidos vascos fue tal éxito en España, la vieron 10 millones de personas en los cines cuando el país tiene como 50 millones, eso es uno de cada cinco españoles. Ante tal fenómeno era imparable la segunda parte, se iba a hacer la escribiésemos nosotros o no.

Ya luego intentas disfrutarla, ser consciente de que las segundas partes no es que sean peores, lo que ocurre es que no hay factor sorpresa, los personajes ya existen, es como volver a ver a alguien que te atrapó mucho en la primera cita, lo disfrutas pero de otra manera, es un disfrute como más entrañable que explosivo. Ocho apellidos catalanes ha sido un súper éxito y me cabe pensar que habrá una tercera, son películas tan grandes y suponen fenómenos tan apabullantes que tienen vida propia.

¿En qué estás trabajando ahora?

Estoy escribiendo una comedia nueva, basada en un personaje de comic muy conocido en España que se llama Súperlopez, que fue en los años 80 una parodia a Superman muy popular. Entonces queremos hacer una película como las que nos llegan de Estados Unidos: Iron man, o Héroes de la Galaxia pero en clave de qué pasaría si ese tipo de epopeyas de ciencia ficción ocurren con la idiosincrasia y el regionalismo netamente españoles. La estamos terminando de escribir y se rodará creo que el año que viene.

Luego tengo una película más pequeñita que tiene que ver con un comando de la banda terrorista ETA, se desarrolla justo las semanas antes de que se declare el alto al fuego, cuatro de ellos no están de acuerdo y quieren hacer algo por evitarlo. Sería para Netflix, y me encanta probar qué pasa con este nuevo tipo de cine que se consume de una manera distinta y que parece que va a ser un poco el destino de la producción audiovisual.

Palabras del guionista de Ocho apellidos vascos en La Habana: