Messi llegó a su gol 500 en la Liga Española, pero no pudo evitar la caída del Barcelona. Foto: EFE.
El Barcelona siguió sumido en una pésima racha y cayó, como local, 1-2 ante el Valencia. Este resultado, combinado con las victorias del Atlético de Madrid y el Real Madrid, cerró todavía más la tabla de posiciones de la Liga Española
El Valencia abrió el marcador en el minuto 26, en un centro de Parejo que pasó de intrascendente a explosivo, cuando lo tocó mal Rakitic para despistar a Bravo.
Ante la desventaja, redobló su apuesta el campeón y le respondió tanto la defensa como en último término Diego Alves, sacando balones inverosímiles y manteniendo el cero en la portería contra toda lógica. Hasta que llegó otro golpe, durísimo, al mentón del Barça.
En el último suspiro de ese primer tiempo, tras una jugada muy elaborada y acertada, Parejo cedió para el disparo a quemarropa de Santi Mina. 0-2.
Tocado, al borde del KO absoluto como un púgil mareado, el Barcelona apareció para el segundo acto con la única intención de remontar de cualquier manera. Y fiando toda su suerte al renacer de ese tridente desaparecido.
Messi lo intentó de todas las maneras. Acabó, después de cuatro partidos, con su sequía para anotar el gol 500 de su carrera, el que, a los 63 minutos, recortaba las distancias y devolvía la esperanza al campeón. Le faltó fortuna. Pero ahí estuvo, de principio a fin, en busca del objetivo de la remontada porque fue él quien generó casi todo el fútbol azulgrana.
A su lado, Suárez peleó con cualquiera y como siempre. Sin fortuna. Neymar, eléctrico a la vez que fundido, apenas dio que hablar, estrechamente marcado y duramente en ocasiones para apenas mostrar su ascendente futbolístico...
A partir del gol de Messi el Barça tocó a arrebato para ir con todo hacia Diego Alves. Por un lado y por otro, con diagonales, pases largos, combinaciones o verticalidad, el campeón, desesperado a la vez que herido pero orgulloso, quiso lanzar un mensaje: la rendición no existe.
Enloquecido el partido en su recta final, el Valencia se encerró buscando contragolpes peligrosísimos que helaron el corazón de una hinchada tan incrédula como entregada a sus jugadores, que seguían persiguiendo ese gol que al menos salvase un punto...
La tuvo Rakitic, la tuvo Alcácer... Y en el minuto 89 la tuvo Piqué, con un remate franco que cruzó demasiado. En un ir y venir desesperado, después de 21 remates, el Barcelona siguió hasta la extenuación atacando con el corazón desbocado.
Y no lo consiguió. Un punto de los últimos doce, lo nunca visto desde tiempos inmemorables, condenan sin remisión a un campeón herido de mala manera. Nadie lo habría dicho el 20 de marzo, cuando al descanso en Villarreal el Barcelona ganaba por 0-2 y acariciaba el título.
Le empató el Submarino amarillo y a partir de ahí le han derribado consecutivamente Real Madrid, Real Sociedad y Valencia. Se acabó la fiesta y empieza el drama.
El centrocampista del Barcelona Sergio Busquets lucha el balón con el portugués André Gomes, del Valencia. Foto: EFE.
El delantero del Valencia Santiago Mina celebra el gol marcado al Barcelona. Foto: EFE.
El portero del Barcelona Bravo ve como entra el balón en propia meta del despeje de Rakitic. Foto: AFP.
El delantero Messi controla en balón en presencia de Andre Gomes. Foto: AFP.
(Con información de ESPN Deportes)