Strike 3: Una escoba en el cielo del San Luis

La tardía reacción pinareña no fue suficiente para descontar la ventaja fabricada por Ciego de Ávila en los primeros seis capítulos, y el Tigre dio un nuevo zarpazo (6x5) que dejó vista para sentencia la final del campeonato. Los locales casi pegaron el doble de indiscutibles que sus adversarios, pero la improductividad y los errores tácticos les dieron el tiro de gracia.

Highlights

*Para la pelota cubana de estos tiempos, Ciego es un trabuco, y a punto está de conquistar un título que sería su segundo consecutivo y el tercero en cinco años. En sus filas cuenta con un trío de los mejores prospectos del país (Luis Robert, José Adolis y Avilés), varios hombres probados en eso que llamamos ‘la caliente’ (Borrero, Yeniet Pérez, Charles) y un pelotero en plena efervescencia como Yorbis Borroto, entre los más descollantes de toda la campaña. Remontarle un 3-0 sería poco menos que un milagro, sobre todo si en la tropa de enfrente el infortunio se ha cebado con esa fuerza más.

*Pinar llegó medio diezmado a este play off (lo cual no resta un ápice de mérito a los Tigres, obviamente). Al mando de Gallardo hay ahora mismo una guerrilla que ha debido pelear este domingo sin Saavedra, el motor ofensivo indiscutible, y alineando a un par de jugadores recién salidos de lesiones como Lázaro Ramírez y Yusniel Ibáñez, tan afectado que apenas consiguió anclar en primera con una conexión que se abrió por todo lo ancho de la zona foul del right field. Pinar guapea, porque tiene la estirpe de los compadritos, pero se ve inferior a un grupo demasiado compacto y ambicioso. Cerca, muy cerca estuvo de remontar un 6x0 en contra, pero se quedó corto por la mínima, repitiendo la historia de aquel juego reciente ante Matanzas.

*Justo a las cinco en punto, el Capitán San Luis hervía de ilusiones. Una guerra de congas estremecía las gradas, repletas y felices en medio de un calor que provocaba oleajes de sombrillas por el ala de primera. Transitar por el área del pasillo parecía una quimera.

*Torres contra Duquesne: tal era el duelo de la tarde-noche. El de Minas salió sin ese extra en la localización de los envíos, y a duras penas caminó un tercio de juego en el que le anotaron una vez y recibió la ayuda inestimable de Donal Duarte en la inicial sobre dos líneas contundentes. Su calvario llegaría en el cuarto, cuando Avilés le impulsó una con globito detrás de la intermedia y un imparable de Luis Robert empujó otras dos. 4x0. Frank Medina al box, y un funeral se abría paso en las tribunas.

*Las desgracias se cernían sobre el cielo de los verdes. Perdían claramente, y encima un bambinazo de Osvaldo Vázquez con un hombre en base empeoró el score en el sexto. Como si esto no bastara, poco antes le habían expulsado al camarero regular, Andy Sarduy, por protestar con vehemencia una decisión de Luis Felipe Casañas, metido en el corazón de la polémica tras algunos conteos discutibles. Daba la sensación de que el cielo más occidental de Cuba se llenaba de nubes invasoras.

*Un aparte: Luis Robert Moiran luce bien cuando toca, choca bien con la pelota, y cuando corre el circuito lo hace con la llave del nitro completamente abierta. Hoy, como colofón de sus virtudes, recorrió más de veinte metros detrás de un batazo y llegó a él con esa suficiencia de los centerfielders consagrados.

*El equipo de casa regaló más de un out decisivo. Uno, a la altura del tercer episodio, con dos hombres en las almohadillas. Entonces, adelantando en segunda, Andy Sarduy fue sorprendido por Osvaldo Vázquez, y la posibilidad del rally abortó pese al hit posterior de Ramírez. Más tarde, en el noveno, en medio de un levantón ofensivo que cerró increíblemente el marcador, el propio Ramírez se embaló rumbo a la antesala, fue out, y todo el mundo se quedó preguntándose qué necesidad había de tanto riesgo, puesto que tocaba jugar safe a la espera de que uno de tres compañeros (Lázaro Emilio Blanco, Donal o Yosvani Alarcón) lo remolcaran desde la intermedia. Por ahí se le escapó a Pinar del Río la ocasión de igualar la pizarra y, tal vez, ganar un desafío que habría significado un golpe sicológico terrible en la cabeza de este tigre que duerme a raya suelta, soñando con reeditar su corona de campeón.

Positivo: Ciego lleva ya siete victorias en fila en la postemporada 2016.

Negativo: El corrido suicida de Lázaro Ramírez en el noveno inning, con la carrera del empate en sus piernas.

Preocupante: Unificar la zona en home es una de las mayores urgencias de este béisbol.

Incomprensible: El molote en las escaleras antes de comenzar el choque, motivado porque no se habían abierto todas las puertas del estadio.

Recomendable: Tocar con el quinto bate –hoy sucedió con el oportuno Yeniet Pérez- no solo suele ser negativo, sino también incomprensible y, por cotidiano, preocupante. Recomendable es, llegado a este punto, reparar en que el béisbol moderno desconoce esas tendencias.