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Ni corneta y mucho menos china (+ Video)

La "corneta china" hace bailar hasta los que no saben hacerlo.

La "corneta china" hace bailar hasta los que no saben hacerlo.

Los carnavales de Santiago de Cuba, nadie lo pone en dudas, son los más famosos de Cuba. Rivalizan con estos festejos populares el Santiago Espirituano, las Charangas de Bejucal, las fiestas manzanilleras donde el órgano oriental pone a bailar a todo el mundo, el San Juan Camagueyano con su típico ajiaco con tasajo, los bullangueros festejos remedianos y otros carnavales, sin dejar de mencionar a los de La Habana con el desfile fastuoso de las carrozas y la alegría de las comparsas, verdaderas muestras de ballets callejeros.

Pero a la hora de mencionar “un carnaval” todos pensamos enseguida en el de Santiago de Cuba, donde participa el pueblo "arrollando" al compás de los tambores a su paso por el Paseo de Martí y La Trocha. Las congas de Los Hoyos y el Tivolí son las más famosas desde tiempos remotos. Pero, ¿qué distingue a estas congas? Pues es el inconfundible sonido de la corneta china. Sin esta peculiar música anunciadora del paso de las congas estas dejarían de tener el sabor que poseen. Lo cierto es que el estridente ―aunque dulcísimo― sonido de la corneta china, es lo que distingue al carnaval santiaguero.

Pero, ¿de verdad que ese instrumento carnavalesco es una corneta de origen chino? Vamos a ver cómo el Diccionario Oxford de la Música describe a la corneta:

"Durante siglos la familia de las cornetas consistió en un tubo de madera, generalmente cubierto de cuero, a veces el tubo era de marfil, recto o curvado en arco de círculo, o como dos arcos unidos en forma de "S" alargada invertida. La corneta propiamente dicha era recta o curvada en arco de círculo. Era pues un instrumento soprano".

Hasta aquí, más o menos, lo que dice el célebre diccionario sobre la corneta.

Ahora vamos a ver lo que refiere el músico santiaguero, clarinetista y saxofonista David Mesa Ibarra, quien es también luthier, o sea, fabricante de instrumentos musicales, en una entrevista publicada en el periódico Granma:

"Para lograr la mejor corneta china santiaguera, hay que poseer una madera preciosa, preferentemente ácana, baría o ébano (...) el secreto está en la boquilla del tubito cónico (de mayor a menor) de caña brava. Esa boquilla es la mágica, da el agudo. Las soldaduras deben ser de plata o de bronce con un baño de plata".

Como puede advertirse fácilmente, la llamada corneta china nada tiene que ver con la verdadera corneta. Lo que se escucha anunciando la conga es un instrumento de viento posiblemente originario de algún país asiático o árabe; me inclino a pensar en este último origen, porque en Bagad pude percibir el sonido de un instrumento muy parecido al de la llamada corneta china.

La naturalización de la mencionada corneta seguramente le viene porque ―según afirma Mesa Ibarra en la mencionada entrevista― fue en el año 1903 cuando unos músicos santiagueros, a su paso por el Barrio Chino de La Habana, escucharon a unos chinos tocando una pequeña corneta elaborada con una caña de bambú.

Añade Mesa Ibarra que el sonido que producía aquel instrumento era muy suave y se llevaron uno de esos ejemplares para construir uno similar, pero que sonara bien fuerte; lo lograron y el resultado es lo que ahora escuchamos. Lo que no sabe es por qué lo incorporaron a las congas santiagueras.

Un famoso director de comparsas en Santiago, llamado Feliciano Mesa, fue el que tuvo la feliz iniciativa de incorporar aquella especie de corneta ―más bien cornetín― a la conga de Paso Franco que desfiló por La Trocha y que luego pasó a Los Hoyos. Me contó Miguel Matamoros que la conga de Los Hoyos ensayaba en un sitio alejado, cercano a Marimón, para que los comparseros de El Tivolí no pudieran copiar sus toques y así poder asombrar a los santiagueros en los carnavales.

De manera tal que la corneta china actual no se parece a la que vieron los parranderos santiagueros en 1903, y que tampoco se asemeja al instrumento descrito en el Diccionario Oxford, donde tampoco se menciona a China como lugar de origen.

Indudablemente que ese calificativo le vino porque fue en el Barrio Chino donde se escuchó, interpretado ―además― por chinos.

Dice la periodista Marta Rojas que "la famosa corneta china que conocemos es un hermoso híbrido de las originales cornetas genuinamente chinas", comentario con el que estoy completamente de acuerdo.

Estas cornetas santiagueras, en los primeros años del Siglo XX, las ejecutaban músicos situados dentro de la conga en un lugar más alto que las demás personas. Uno de ellos iba sobre los hombros de un fuerte estibador de los muelles; y en otro carnaval el cornetista iba montado sobre un burro.Viejos comparseros de Santiago me informaron que así se evitaba que resultaran agredidos por entusiastas de otros barrios.

Leído esto, podemos llegar a la conclusión de que la famosa corneta china no es propiamente ese instrumento, sino que como dice Marta Rojas es "un hermoso híbrido de las originales"; y tampoco son chinas las actuales, digo yo, porque nada indica que proceden del país asiático ya que son elaboradas en Cuba.

Así que tales cornetas, ni son cornetas ni tampoco chinas, pero sí verdaderos instrumentos musicales sin los cuales los célebres carnavales santiagueros perderían todo su encanto. ¿Podría concebirse un carnaval santiaguero sin ellas?

FUENTES:
Guillermo Tell
―Scholew, Percy A.Diccionario Oxford de la Música.Editorial Pueblo y Educación.
Guillermo Tell
―Rojas, Marta. “El secreto de la corneta china santiaguera”. PeriódicoGranma. 24 de julio de 2015.Pag.7.
Guillermo Tell

Escuche el ritmo contagioso de la Corneta China