El Patriarca Kirill en la Antártida. Foto tomada de elsoldemexico.com.mx
El patriarca de la iglesia ortodoxa de Rusia, Kirill, ponderó el trabajo de los expedicionarios polares rusos en beneficio de la humanidad y por la ciencia, tras una visita que realizó a la estación Bellingshausen, en la Antártida.
Según reportó hoy el canal Rossiya 24, el primado conversó durante largo tiempo con los miembros de la expedición rusa durante una visita a la base situada en la isla de Waterloo, donde ofició una misa por los "muertos en esos lejanos parajes y por quienes trabajan en condiciones difíciles", en el primer viaje de un patriarca al polo sur.
El lugar sin duda es muy importante por todo lo que se hace de gran significado para la humanidad, resaltó Kirill, tras afirmar que "es el único continente donde no hay armas, ni actividad militar y no se llevan a cabo investigaciones científicas para crear nuevos medios de destrucción de las personas".
Invitado por los expedicionarios rusos, el Patriarca viajó hacia el extremo más meridional del planeta a través de Chile desde Paraguay, donde cumplió una visita de dos días como parte de su gira pastoral por América Latina, que inició en Cuba y cerrará en Brasil el próximo domingo.
El viaje y la primera misa celebrada en la iglesia de la Santísima Trinidad, templo ortodoxo permanente en la Antártida, constituye un acontecimiento histórico para la ortodoxia de Rusia, aseguró el secretario de prensa del Patriarca, Alexander Volkov.
Junto con los expedicionarios rusos participaron en el encuentro científicos y colaboradores de Chile y China, y representantes de otras estaciones polares en el llamado continente helado.
Dijo Kirill al respecto, que con independencia del país, todos los expedicionarios conforman una sola familia "al extenderse la mano para ayudarse y compartir los recursos", por ello representan un modelo ideal para la humanidad, encomió el Patriarca con muestras de humildad.
Establecida el 22 de febrero de 1968 por la entonces Unión Soviética en el extremo norte de la península, la estación Bellingshausen lleva el nombre de uno de los descubridores de la Antártida, junto al navegante ruso Mijail Lazarev, en 1820.
(Con información de Prensa Latina)