Cubadebate

gracias evo! todo lo que se consigue es un tremendo aporte a la sociedad sur americana y al socialismo capaz de responder a las mayorías... gracias!

Es bueno que muchos intelectuales latinoamericanos se vayan dando cuenta de que, si bien no es democrático perpetuar a un político en el poder en contra de la voluntad de la gente, el modelo clásico de democracia representativa no va a garantizar la estabilidad y la prosperidad de Latinoamérica. Este ha sido el modelo que han seguido la gran mayoría de los procesos de izquierda latinoamericanos del siglo XXI, y es, en mi opinión, parte del problema y de la inestabilidad que sufren estos procesos en el presente. La obsesión por seguir modelos occidentales de gobierno es un lastre para Latinoamérica, en especial para los procesos de izquierda del siglo XXI. Echémosle un vistazo a la historia de las naciones industrializadas y veamos que ellos tampoco siguieron este modelo, que es el que le imponen al mundo ahora. Lo más gracioso es que, paradójicamente, son los nombres de los que no siguieron el modelo los que más se reverencian en estos países: Lincoln en Estados Unidos y Bismarck en Alemania, son dos de los ejemplos más representativos. Y aquí está Evo, que ha gobernado de modo brillante, y al cual probablemente la mayoría de su pueblo aún desea en el poder, teniendo que explicar al mundo porqué el modelo eurocéntrico no le sirve a Bolivia en estos momentos. Una de las cosas que más admiro de Fidel Castro es el hecho de que no sintió necesidad de justificarse ante nadie que no fuera el pueblo cubano. La historia ha demostrado que, aún teniendo detractores poderosos, el poder de Fidel Castro emanaba de la confianza que su pueblo le dio, no de su voluntad de poder. Si no lo hubieran querido más, él no hubiera podido gobernar más. Incluso algunos de sus peores enemigos terminaron reconociendo esto. Cada vez que leo noticias de los procesos de la región me vienen a la mente muchos fragmentos del ensayo "Nuestra América", escrito por Martí y publicado en 1891. Una de las cosas que deja claras este visionario documento es el hecho de que la tiranía no es necesariamente el gobierno prolongado sino la falta de conocimiento de los elementos naturales del país que se gobierna, sumada a la falta de instituciones y métodos nacidos del país en cuestión. “Con un decreto de Hamilton no se le para la pechada al potro del llanero”, dice uno de los fragmentos de “Nuestra América”. Evo encaja perfectamente el rol del estadista natural del que habla el Apóstol, aquel que conoce bien los elementos del país que gobierna. Y debiera seguir gobernando, más allá de lo que digan los decretos norteamericanos y europeos. Ojalá que un día no haya necesidad de tener que hacer ningún comité internacional para explicar esto. Es importante que nuestros mejores intelectuales propongan, sin pena y con valor, modelos alternativos de democracia. La repostulación de Evo no sería más una excepción, sino la normalidad. Es bueno que entiendan que la democracia tiene raíces en la historia de todas las culturas y que se expresa a través de las identidades particulares de cada pueblo. Ya está bien de identificar democracia solamente con el gobierno cada cuatro, ocho o diez años, y después cambio obligado. Los mecanismos para un cambio tienen que existir, de modo que los tiranos se puedan derrocar, eso no se discute, pero mientras la cosa vaya bien, y la gente esté de acuerdo, no se debería sustituir a un gobernante. Mucho menos en países en desarrollo como los nuestros, que están en proceso de construcción de sus bases socioeconómicas. Cualquier regresión en este sentido podría significar la destrucción del proceso. Como decía Martí, “Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra”.

Muy bien los datos Jose R. Oro.