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Este año el Pentágono ha realizado más de 6 mil bombardeos en Iraq y Siria

Foto: Tomada de www.cadena3.com

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Ante el panorama posterior a París, presiones políticas para intensificar la respuesta contra las diversas caras del enemigo, y las especulaciones y preocupaciones sobre amenazas terroristas dentro de este país –ahora alimentadas por el ataque en San Bernardino, California–, la paz (o por lo menos el fin de guerra) prometida por el presidente Barack Obama hace siete años se aleja cada vez más.

Después de asegurar una y otra vez que nunca pondrá botas en el terreno en la lucha contra el Estado Islámico (EI), el gobierno de Barack Obama anunció el envío de una fuerza de expedición a la zona, que operará en Irak, pero con autorización para intervenir dentro de Siria.

En casa, Obama indicó hoy que es posible que los ataques en California estén relacionados con el terrorismo pero que, como afirmó también la FBI, aún no se sabe, pero dejaron abierta la puerta a que el incidente es parte de la gran y aparentemente infinita guerra contra el terror lanzada fuera y dentro de este país hace 14 años.

El secretario de Defensa, Ashton Carter, anunció el martes que el Pentágono enviará una fuerza expedicionaria especializada de Operaciones Especiales a Irak como parte del esfuerzo militar para contrarrestar al EI.

Al anunciar esto por primera vez ante el comité de fuerzas armadas de la Cámara de Representantes el martes –no hubo previo anuncio ni comentario del comandante en jefe Barack Obama, quien se encontraba en París–, Carter explicó que estos operadores especiales podrán, con el tiempo, realizar asaltos, liberar rehenes, recaudar inteligencia y capturar a líderes del Isil (otra manera de referirse al EI).

El secretario agregó que estas fuerzas también estarían en posición para llevar a cabo operaciones unilaterales en Siria. Aseguró que esto envía un mensaje a todos en ese país, ya que no sabrán en la noche quién podría estar entrando por la ventana.

Aunque Obama autorizó a finales de octubre el envío hasta de 50 efectivos de fuerzas especiales a Siria, y ha mantenido una fuerza de miles en Irak, siempre se ha enfatizado que sobre todo cumplen misiones de adiestramiento y apoyo a fuerzas aliadas en esos países.

Ante presiones de legisladores, precandidatos presidenciales y hasta algunos dentro de su propio partido, para intensificar y ampliar la respuesta estadunidense e incluir el envío de miles de efectivos a la región, sobre todo después de los atentados en París, el presidente había reiterado que no cambiaría su estrategia, la cual se centra en el uso de fuerzas aéreas (aviones y drones) en la lucha contra EI.

Estados Unidos ha realizado más de 6 mil ataques aéreos en Irak y Siria contra el EI este año, según cifras del Departamento de Defensa. Aparentemente eso no es suficiente.

Pero con el nuevo anuncio, y con indicaciones de que se contempla ampliar la presencia de los 3 mil 500 elementos estadunidenses en Irak, aparentemente hay un giro lento en la estrategia y de nuevo tropas estadunidenses estarán participando en combate en tierras ajenas, a pesar de sus últimos 14 años de experiencias, que algunos consideran que han llevado a la crisis actual en la región.

De hecho, después de incesantes ataques aéreos, asistencia militar a fuerzas regionales que enfrentan al EI y operaciones encubiertas en la región, los resultados siguen siendo preocupantes para los estrategas estadunidenses. El Pentágono no sólo tuvo que confesar hace pocos meses que su programa multimillonario de adiestramiento de fuerzas en Siria había fracasado al sólo capacitar un total de tres militantes, sino que el nivel de reclutamiento del EI sigue creciendo.

A finales de septiembre, el New York Times reportó que en los últimos 12 meses más de 30 mil reclutas extranjeros del EI habían ingresado a Siria, incluidos unos 250 estadunidenses, el doble de voluntarios sólo en ese periodo.

Por otra parte, la percepción popular en lugares como Irak es que Estados Unidos en realidad está apoyando al EI, según reporta el Washington Post.

El frente interno

Desde el 11-S, la primera pregunta después de cada incidente de homicidio múltiple, gente sospechosa armada, detonaciones o amenazas de bomba en este país es si se trata o no de terrorismo. Así ocurre en el ataque de este miércoles en San Bernardino, California, donde murieron 14 personas y 21 resultaron heridas.

El presidente Obama afirmó hoy que es posible que esto esté relacionado con el terrorismo, pero aún no sabemos. La FBI rehusó calificar el incidente, pero ha incorporado agentes antiterroristas a la investigación, y a lo largo del día se ha revelado que los dos sospechosos –ahora muertos– del ataque realizaron viajes a Arabia Saudita y Pakistán, y que tuvieron interacciones con extremistasmusulmanes dentro y fuera de Estados Unidos.

Según algunas versiones, la simpatía por el EI se incrementa en Estados Unidos.

Un informe alarmante elaborado por el programa sobre extremismo de la Universidad George Washington (GWU) detectó un nivel sin precedente de apoyo al islamismo extremo dentro de Estados Unidos.

Según el informe académico de GWU, unos 71 estadunidenses han sido arrestados por delitos vinculados con el EI desde marzo de 2014; la gran mayoría eran ciudadanos estadunidenses o residentes permanentes.

La FBI informó previamente que ha lanzado investigaciones relacionadas con el EI en los 50 estados.

Pero vale repetir, en este contexto, que la amenaza más mortal que elterrorismo en este país, y por mucho, son los estadunidenses armados. Cada día mueren en promedio 89 estadunidenses por armas de fuego en este país, unos 32 mil al año (incluidos suicidios). El número de estadunidenses que han fallecido por atentados terroristas (tanto en el extranjero como en actos domésticos) suma menos de 4 mil (incluidos los aproximadamente 3 mil que murieron el 11 de septiembre), de 2001 a la fecha.

Las armas en San Bernardino fueron obtenidas legalmente

Las cuatro armas fueron obtenidas legalmente, informaron las autoridades sobre las dos pistolas y dos rifles semiautomáticos empleados para matar a 14 personas y herir a 21 en San Bernardino, California. Son sólo cuatro de las más de 300 millones de armas de fuego en manos privadas en este país, las cuales cobran la vida de un estadunidense cada 16 minutos, en promedio.

Aún no se sabe con precisión cuál fue el motivo de esta matanza o tiroteo masivo. Lo que sí se sabe es que los llamados tiroteos masivos se han vuelto parte de la vida cotidiana de este país: según un conteo se reporta en promedio casi uno por día.

Un tiroteo masivo –definido aquí como un incidente en el que cuatro o más personas son baleadas– ya no llama la atención, tan común se ha vuelto.

Tenemos ahora un patrón de tiroteos masivos en este país que no tiene paralelo en ningún otro lado del mundo, afirmó el presidente Barack Obama el miércoles en sus primeros comentarios sobre el incidente en California.

Aunque el número de víctimas en San Bernardino hace que sea el peor incidente de tiroteo masivo desde la matanza de 20 niños y seis adultos en una escuela primaria en Connecticut en 2012, es sólo uno más de los 351 incidentes de tiroteo masivo ocurridos en lo que va de este año en Estados Unidos, según un conteo de ShootingTracker.com (no hay una lista oficial y hay varias definiciones diferentes de qué conforma un incidente con múltiples víctimas).

Según este conteo independiente, el total de víctimas antes de este último incidente en 2015 llega a 447 muertos y mil 292 heridos.

El proyecto de Gun Violence Archive, ONG especializada en la violencia con armas de fuego, ofrece un cálculo más conservador de tiroteos masivos: 309 en 2015, pero registra que el número de todo tipo de incidentes con armas de fuego de este año ya suma 48 mil 366, con saldo de 12 mil 235 muertos y 24 mil 753 heridos.

De hecho, como recuerda el columnista Nicholas Kristof, del New York Times,en los últimos cuatro años más gente ha muerto en Estados Unidos por armas que el total de estadunidenses abatidos en las guerras de Corea, Vietnam, Afganistán e Irak combinadas.

En este país, según cálculos de varias organizaciones, circulan suficientes armas en manos privadas para armar a cada persona de esta población.

El editorial de Los Angeles Times expresó el hartazgo con su cabeza: La obsesión estadunidense con las armas está al borde de un impulso suicida de toda la sociedad. El rotativo, que resume sólo los casos más recientes de violencia masiva con armas de fuego, cita al presidente Barack Obama después del tiroteo que ocurrió antes del de California (contra Planned Parenthood, en Colorado, hace unos días): esto no es normal, y agrega: tristemente se está volviendo demasiado normal en Estados Unidos. Agregó que es absurdo que una de las sociedades más ricas, libres y avanzadas en la historia mundial aguante tal flagelo con tanta ecuanimidad.

El tabloide Daily News, de Nueva York, fue más sucinto, incluso respondió a las ya cansadas respuestas de políticos de que estamos rezando por las víctimas, cubriendo su primera plana entera con la cabeza: Dios no está resolviendo esto y acusa a los que deberían tomar medidas de esconderse detrás de lugares comunes.

Pero a pesar de que Obama reiteró una vez más que es demasiado fácilobtener armas en este país, e instó de nuevo a legisladores estatales y federales a imponer restricciones sobre el acceso y compra de armas, nada indica que algo se logrará para impedir que otras 297 personas sean víctimas de armas de fuego en las próximas 24 horas (cálculo del Brady Campaign to Prevent Gun Violence).

(Tomado de La Jornada)