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Las demandas de Cuba a EEUU son razonables, afirma experto

  Ceremonia oficial de izamiento de la bandera en la Embajada de Cuba en Washington, el 20 de julio de 2015. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate


Ceremonia oficial de izamiento de la bandera durante la reapertura oficial de la Embajada de Cuba en Washington, el 20 de julio de 2015. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Mark Weisbrot, economista y co-director del Center for Economic and Policy Research (CEPR) en Washington, afirma en un artículo publicado hoy, que dadas las décadas de agresión de EEUU a Cuba, “son razonables” las demandas de la Isla al gobierno estadounidense para normalizar las relaciones entre los dos países.

Weisbrot admite que el presidente Barack Obama inició un cambio histórico en diciembre pasado. “Reconoció que más de medio siglo de tratar de derrocar al gobierno cubano, a través de invasiones, intentos de asesinato, bloqueo económico, y otros  — en su mayoría ilegales — esfuerzos, habían fracasado”, dice el experto.

Pero aclara que este “no es necesariamente un cambio en los objetivos de Estados Unidos, debido a que una serie de declaraciones del gobierno indican que el objetivo de la normalización de las relaciones y ampliar el comercio con Cuba sigue siendo el ‘cambio de régimen’ por otros medios”. Sin embargo, “no deja de ser un gran paso adelante” de Obama.

Recientemente, en la ONU, el gobierno cubano ha reiterado su posición de que la normalización de las relaciones entre los dos países pasa, no solo por poner fin al bloqueo, sino por pagar una indemnización por el daño que EEUU ha causado a Cuba y a su pueblo en los últimos 54 años. El Presidente cubano Raúl Castro también recordó a Washington que habría que cerrar la prisión y la base militar que mantiene ilegalmente en Guantánamo, y devolver ese pedazo de territorio a Cuba.

“La demanda cubana de reparación es igualmente sensible. El embargo de 54 años ha causado decenas de miles de millones de dólares en daños a Cuba por la escasez de alimentos y medicinas, la coersión a la inversión extranjera y las necesidades de infraestructura no cubiertas… Los daños son difíciles de estimar, pero ciertamente son mucho mayores que los reclamados por las empresas estadounidenses y las personas que perdieron la propiedad en los años posteriores a la Revolución”.

Vaticina que es poco probable que Washington reconozca que le debe una reparación a Cuba, “en parte por temor a que abriría las compuertas para las demandas de los países donde el gobierno de Estados Unidos ha propiciado masacres y destrucción durante la misma época: Guatemala, Haití, El Salvador, Nicaragua, Iraq— por nombrar algunos países”.

A diferencia de Japón, por ejemplo, donde hubo un reconocimiento generalizado de que sus agresiones del siglo 20 contra otros países estaban equivocadas -dice Weisbrot-, en EEUU la visión oficial sigue siendo algo así como una salida al estilo de Monty Python: “No discutamos acerca de quién mató a quién”.

Bill Clinton es aparentemente el único presidente moderno estadounidense que expresó su pesar por cualquiera de estos delitos, al pedir disculpas a Guatemala por el papel de Estados Unidos en el extenso genocidio que vivió ese país desde 1950 hasta la década de 1980. Pero tras su declaración renunció y rápidamente fue olvidado, recuerda el especialista.

“Así que está bien que los cubanos exijan las reparaciones”, concluye: “Que un Estado soberano esté negociando la normalización de sus relaciones con una demanda a los Estados Unidos para compensar (los daños), ayudará a aumentar la conciencia de la deuda de larga data que Washington debe”.