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De Beijing a Río: introspecciones necesarias (III)

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Foto: Final del relevo 4x400 en los Juegos Panamericanos de Toronto-2015. Foto: Tomada de www.radiorebelde.cu

Foto: Final del relevo 4x400 en los Juegos Panamericanos de Toronto-2015. Foto: Tomada de www.radiorebelde.cu

Por José Ramón Fabelo Corzo

Por la complejidad de la prueba, por las reserva de mejoría que parece aún tener y por involucrar a dos atletas que pudieron competir en otro evento y no lo hicieron, dedicaremos esta segunda parte del análisis sobre la participación cubana en el Mundial de Beijing al examen particularizado de uno de los eventos en los que Cuba estuvo representada en la capital china: el relevo masculino de 4 x 400.

Aunque en la trasmisión televisiva que seguimos en Cuba se comentó que también el talentoso velocista juvenil Reynier Mena podía haber incursionado en los 100 metros planos (además de en los 200), ello no era una posibilidad real debido a que tanto Mena como Roberto Skyers llegaban a la cita con 10.17 como mejor registro personal y del año, y la marca clasificatoria para participar en esa prueba en el mundial era de 10.16, cuota que alcanzó una cantidad suficiente de atletas como para cubrir el cupo que la IAAF tenía establecido para la misma.

Los únicos atletas cubanos que sí podían haber tomado parte en una prueba adicional a aquella en la que participaron son dos de los integrantes de la posta larga cubana, Yoandys Lescay y Raydel Acea, quienes con 45.13 y 45.18, respectivamente, cumplían con creces con el registro exigido por la IAAF (45.50) para la prueba de los 400 metros planos.

La decisión de que estos atletas no compitieran en los 400 se debió, seguramente, a la intención de preservarlos para el relevo, prueba en la que realmente tenían posibilidad de llegar más lejos, como en verdad ocurrió con la inserción de la posta cubana en la final y la obtención en ella del séptimo lugar. Por su parte, de haber competido en los 400, era poco probable que alguno de ellos pasara de las preliminares, aun repitiendo sus mejores marcas. El último atleta clasificado para semifinales lo hizo con 45.08.

Es difícil ahora saber con exactitud si la participación de estos atletas en la prueba individual de los 400 habría afectado su rendimiento en el relevo. Sólo cabe mencionar que los 6 días de diferencia que hubo entre las preliminares de uno y otro evento parecen ser suficientes para una recuperación completa. Por supuesto, a los aficionados cubanos que siguieron el mundial por la televisión les hubiera gustado mucho ver a sus atletas competir también en las pruebas individuales, sobre todo a Lescay que había logrado su mejor tiempo apenas dos semanas antes del mundial y parecía llegar a la competencia en su mejor forma.

Cubrir las expectativas del espectador cubano es ya de por sí un criterio importante que no debe nunca dejarse de tomar en cuenta. Pero no se trata sólo de eso. La condición básica para presentar un fuerte relevo de 4 x 400 es poseer en el momento de la competencia un mínimo de cuatro atletas que corran bien los 400 metros planos. Ello es tanto más necesario cuando no se cuenta con una superestrella en la distancia, como la tuvo Cuba en otros momentos con Alberto Juantorena (44.26) o Roberto Hernández (44.14). Hay que reconocer que en tal sentido el equipo cubano y su entrenadora, Eloína Kerr, han trabajado muy bien. Cuba no cuenta en estos momentos con ningún atleta que haga menos de 45 segundos en la distancia, pero los cinco integrantes de la posta cubana actual (contando al atleta de reserva) han bajado este año de los 46 segundos. Cuatro de ellos –Lescay, Acea, Adrián Chacón (45.91) y Osmaidel Pellicier (45.92)– lograron en 2015 sus topes personales, al tiempo que Willian Collazo (45.95) igualó su mejor marca de los últimos tres años. Ello propició que el relevo tuviera durante la temporada satisfactorias incursiones competitivas, destacando las dos veces que logró bajar de los 3 minutos, en la final de los Panamericanos de Toronto (2:59.84) y en la clasificatoria del mundial de Beijing (2:59.80). Estos resultados virtualmente le aseguran ya a Cuba un lugar entre los 16 países que estarán representados en esta modalidad en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. No obstante, parece necesario continuar incentivando lo más que se pueda el mejoramiento de los topes personales y, para ello, debe dársele la oportunidad de competir individualmente en los grandes eventos (siempre que alguna lesión o molestia no aconsejen lo contrario) a aquellos integrantes que por sus marcas se ganen el derecho a hacerlo. Ello ha de constituirse en un estímulo personal adicional, además de aquel que involucra a cada uno como parte del equipo.

De igual forma, parece saludable propiciar mayor competitividad y rivalidad entre los aspirantes a integrar la posta. El hecho de no saberse seguro debe aumentar en cada uno de ellos el incentivo para mejorar individualmente. Con ese propósito es aconsejable aumentar, cuando menos en dos o tres atletas, el universo de posibles componentes del relevo, incluyendo a especialistas en otros eventos cercanos y de otros entrenadores. Lamentablemente este año no ha habido en Cuba ningún otro atleta que haya bajado siquiera de los 47 segundos en alguna competencia oficial y prácticamente desde inicio de año se sabía que los integrantes de la posta serían los que fueron. Pero hay material humano para trabajar de cara a Río de Janeiro y más allá de las Olimpiadas del próximo año. El joven de 20 años José Luis Gaspar, especialista en 400 metros con vallas y con 49.67 en esta última prueba, parece tener potencialidades para acercarse o bajar de los 46 segundos en los 400 metros planos en un futuro no muy lejano. Igualmente debe trabajarse con otros jóvenes como Yunior Kindelán (21 años y 47.34 en 2015), Luis González (20, 47.64), Daniel E. Zayas (21, 47.66), sin descartar al más experimentado Orestes Rodríguez (26, 46.55 en 2013) y al juvenil Leandro Zamora, especialista también en 400 metros con vallas (50.52) que inicia su vida atlética entre los mayores el próximo año. A más largo plazo parecen ofrecer perspectivas interesantes los cuatrocentistas hoy cadetes Deivy Yera (16 años, 47.82) y Yassiel Silega (17, 47.91).

Foto: Tomada de Granma (Archivo).

Foto: Tomada de Granma (Archivo).

Antes de concluir, nos permitimos hacer dos sugerencias relacionadas directamente con la preparación hacia el próximo gran reto del relevo cubano en Río de Janeiro. Una es de orden más bien estratégico, la segunda está más cercana al plano táctico.

Estratégicamente conviene programar la participación de cada uno de los posibles integrantes del relevo en alguna competencia oficial de 400 metros planos poco tiempo (dos o tres semanas) antes del evento principal del año. De preferencia todos deben competir entre sí en una misma prueba. Ello permite hacer una especie de radiografía sobre el estado real con que llegan a la competencia y saber con más exactitud quienes están en mejor forma competitiva. Suponemos que la destacada preparadora del equipo cubano tuvo en cuenta otros criterios para decidir la integración del relevo que en definitiva compitió en Beijing tanto en preliminares como en la final, en ambos casos dejando sin participación y como reserva a Pellicier. Sin embargo, ni el propio Pellicier ni Chacón vieron acción competitiva en los 400 metros planos en julio o en agosto y, a juzgar por lo que había pasado antes, parecía aconsejable incluir al primero de ellos en el relevo y dejar como reserva a Collazo. Obviamente Lescay y Acea son hoy por hoy nuestros mejores corredores de 400 y debían estar en la posta. En cuanto a los otros tres, aunque con marcas en el año muy cercanas entre sí, la de Collazo era la menos buena y en las últimas veces que se enfrentaron entre sí en pruebas de confrontación, el 19 y el 27 de junio pasados, en ambos casos tanto Chacón como Pellicier llegaron a la meta por delante del más veterano integrante del equipo cubano. A reserva de que haya habido alguna prueba no oficial antes del mundial que no conozcamos, nos parece que, por el bien del equipo y como estímulo al esfuerzo individual, debe procurarse que corran en el relevo los que realmente mejor están.

Desde un punto de vista táctico, nos parece que los atletas que forman parte del relevo deben estar listos para correr cualquier tramo y que el orden en que éstos compitan se decida en función del tipo de competencia en que se participe. Cuando se sale de favorito o con ventaja notable sobre la mayoría del resto de las cuartetas, conviene dejar al hombre más rápido para el tramo final, procurando un buen remate que garantice la victoria, la clasificación o la medalla. Sin embargo, si el resto de las cuartetas son en su mayoría más fuertes que la cubana, como ocurrió en la final del mundial, es muy recomendable colocar a los hombres más rápidos en los dos primeros tramos, de manera tal que, cuando se pierdan los carriles después del primer cambio, el competidor cubano de turno se encuentre ubicado entre los primeros y pueda entregar el batón a su sucesor lo más cercano posible al borde interior de la pista. Cuando ello no ocurre así (como le sucedió a Cuba en los dos últimos cambios en la prueba final del mundial) se pierden segundos valiosísimos buscando a la siguiente posta por allá por el carril tres o cuatro, además de que se torna difícil realizar adecuadamente la técnica de traspaso del testigo y el que toma el batón tiene que salir evadiendo los rivales que entregaron antes y todavía no salen de la pista. Esa puede haber sido una de las razones fundamentales de la merma considerable que tuvo la cuarteta cubana en la final (3:03.05) en comparación con su resultado en las preliminares (2:59.80). De haber repetido en la competencia final la misma marca de la etapa clasificatoria, el relevo cubano hubiera terminado en el quinto puesto y no en el séptimo.

Se han publicado 4 comentarios



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  • Miguelito dijo:

    Muy interesante artículo. Desde mi punto de vista de aficionado le veo lógica.

  • corzometal dijo:

    Muy buen artículo, hay que trabajar en el orden individual con todos ellos, cuando se presente una posta con 45.30 de promedio entonces la marca posible será incluso de 2:58 y pico, recuerdo que Rusia en Beijing 2008 sin grandes luminarias individuales logró esa marca pero todos sus corredores rondaban el promedio antes citado, y así por el estilo con Polonia, britanicos, etc. Un dato curioso fue que Botswana quedó fuera de la final del mundial con nada menos que 2:59.95, para que se vea el nivel actual del 4*400, suerte a todos

  • Rolando dijo:

    Excelente comentario no, excelente análisis que espero sirva a la entrenadora del 4x 400 m y para futuros eventos y estrategias. No siempre tenemos la percepción real de lo que sucede. Es bueno también escuchar otros criterios y opiniones.

  • El Isleño dijo:

    Muy buen comentario y análisis...lo suscribo 100%...lo de poner a Collazo o nó, me parece ser intuición de la entrenadora ,ya que como bien se describe en éste trabajo ,todos están muy parejos ...esperemos que mejoren sus marcas personales en éste 2016 y se acerquen a promediar de 45.00 a 45.30, entonces otro gallo cantaría....

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