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El récord de Maximiliano

Mientras se mantenga esa marca,
la afición no podrá olvidarme.

Maximiliano Gutiérrez Martínez, el hijo de Ángel (ya fallecido) y Alberta, no será guillotinado como el tocayo Robespierre, porque ha sabido ganarse el cariño del pueblo, y sostenerlo. Nació el 21 de agosto de 1953, en la humilde barriada El Cartucho, de la capital vueltabajera, después bautizada “30 de noviembre”; allí creció junto a cinco hermanos. Es padre de Manolito, que jugó hasta los juveniles, y de Mónica.

Maximiliano Gutiérrez.

Maximiliano Gutiérrez.

Sus primeros pasos fueron de ángulos cuajados y humor negro:

Fue un domingo al mediodía. Lacho me sacó a relevar contra el slugger Ángel Galiano, uno de los mejores bateadores de entonces. Estaban las bases llenas y yo acabado de salir de los juveniles. Sinceramente, cuando vi el abarrotado Cándido González de Camagüey, me cogió el pre arranque negativo. Imagínate, que cuando yo hice el wind up la gritería fue tan grande que perdí la vista y lancé para el círculo de espera, donde golpeé al propio Galiano, que me salió con el bate para arriba; pensó que lo había agredido. Recuerdo que Lacho lo interceptó: —Oye, compadre, no ves que es un muchachito. [1]

El manager lo envió a las duchas, pero no se bañó por el frío y la falta de sudor;pensó que lo devolverían para Pinar. No obstante, la experiencia acumulada de excelente lanzador de los años cincuenta en las Ligas Menores de los Estados Unidos, México, Nicaragua y otros países, le decía a Lacho que allí venía un buen pitcher.

Jeremías González, un ocurrente jugador y amigo, vio sus ojos húmedos: --Niño, aquí con este equipo, si te pones a llorar vas a perder las lágrimas. –Entonces el muchacho, haciendo gala del coraje que le acompaña, se acercó al director:

—Señor, usted tendría el valor de ponerme a pitchear contra los Constructores en Pinar del Río. Y me contestó: —Sí, les vas a pitchear. La respuesta me pareció una forma de calmarme. Sin embargo, unos días después, en Consolación del Sur, cuando entrenábamos antes del desafío, el receptor Ismel Chamizo, a quien llamamos Cochinito, le preguntó a Lacho quién abriría el juego. —Maximiliano, tú no querías la bola, ahí la tienes. —Y me dije: aquí soy héroe o mártir. Un rato después me fajé con los poderosos Constructores de La Habana, y les gané 1 x 0. [2]

En su época de esplendor, estuvo entre los pocosnaturales de la capital vueltabajera; la mayoría eran de Bahía Honda y La Palma (Casanova, Julio, Urquiola, Fernando, Esquivel, Costa, Pino, Negrete…); Emilio Salgado, Hiram Fuentes y Adalberto Herrera de Los Palacios; guaneros como Jesús Guerra y Arturo Díaz; el sancristobaleño Juanito Castro; Rogelio, el Ciclón de Ovas;los Oliva de Consolación del Sur; Santiago León, Girardo Iglesias y Diego Mena, de San Luis; Felipe Álvarez y Roilán Hernández, por las Minas de Matahambre,etc., etc., etc.

Flaco como un güin, sus compañeros le llamaban Mirringuita, y él respondía con sonrisas. Pero nadie debe equivocarse, aquel muchacho le caminaba para arriba a los bateadores más encumbrados como Armando Capiró, Fernando Sánchez y Agustín Marquetti. No comió miedo, pedía la bola para doblegarlos.

Manolo Cortina, un sabio del pitcheo, así lo recuerda:

Maximiliano fue un pitcher de otra época, no de los que tenemos hoy. Lanzaba siempre enfrentando al bateador, los ponía a tratar de conectar con su buena bola rápida y excelente curva; se sentía superior a ellos. Hay un factor determinante: él bateaba y hoy no lo hacen, no dominan la psicología del bateador; deberían hacerlo por lo menos hasta los menores de veintitrés años, no solo hasta los quince; serían mejores. Fíjate, que en la Liga Nacional los pitchers se destacan sobre la Americana, porque ellos batean. A mi juicio ese fue un factor determinante para alcanzar el codiciado récord. Su primer lanzamiento siempre lo hacía sobre el home, por eso no entraba en conteos desfavorables.[3]

La vida quisoque perteneciera al más renombrado staff de lanzadores de las Series Nacionales, y más allá. En losVegueros alternaba con Jesús Guerra, Rogelio García, Rodovaldo Esquivel, Mario Negrete, Reinaldo Costa, el yaveterano Emilio Salgado, y otros. Mas la cosa se complicaba para élen las Selectivas, cuando se les unían Julio Romero, Félix Pino y Juan Carlos Oliva. Así y todo, hizo su historia y la mantiene.

Maxidebutó con Pinar del Ríoen la temporada 1972-1973, a las órdenes de LázaroLacho Riveroy continuó en ese equipo otra campaña, bajo la tutela de Juan Charles Díaz. El resto de sus temporadas las pasó conVegueros, donde alternó con los managers Francisco Martínez de Osaba (Catibo), José Miguel Pineda (El Conde) y Jorge Fuentes.Estuvo en diez Nacionales y cinco Selectivas. Prefería lanzarle a Santiago de Cuba y sus rivales más encarnizados fueron los equipos matanceros.

Cada pitcher tiene su horizonte. Algunos van al ponche, quieren dejar con la carabina al hombro a cuantos enfrentan, hasta convertirlo en vicio: Rogelio García es quien más loha logrado en nuestras series (2499) y el zurdo Faustino Corrales dejó a 22 holguineros con la carabina al hombro en el Capitán San Luis, la fría noche del 20 de diciembre del 2000, y no fueron 25 por las cosas del destino: el receptor cogió un foul que debió dejar caer y un machucón de bate quemado por el box, en las postrimerías del pleito.

Otros se dedican a ganar, que debe ser el objetivo supremo, porque usted puede ponchar mucho, dominar a su antojo y perder en una sencilla escaramuza. Siempre pongo el ejemplo de Pedro Luis Lazo, quien no abusaba del brazo para tratar de ponchar o de propinar una lechada, otra meta memorable. Lo de él era ganar y lo hizo 257 veces, un récord que durará muchísimos años.

Paso a la leyenda

Los resultados de Maxi no son de otra galaxia,pero sembró con letras doradas una marca que hace historia hasta el sol de hoy.

Maximiliano tejió en la XVII Serie Nacional (1977-1978), una impresionante cadena de 47 entradas y un tercio sin permitir anotaciones, resultado que desde entonces nadie ha podido superar. Él comenzó a escribir la hazaña el 27 de diciembre de 1977, con una blanqueada al equipo La Habana, y después les repitió la dosis en los días siguientes al de la Isla de la Juventud, en 11 entradas; Metropolitanos, Granma y Henequeneros, hasta que Santiago de Cuba le rompió el encanto. [4]

A ningúnpitcherle gusta permitir carreras.Si usted lo duda, pregúntele a Maximiliano.Que conozcamos, en nuestro país solo lo superan el derecho Orlando Valdés, del Liceo de Güines en la Liga Nacional Amateur de1957, quien tiró la cadena de 54 entradas consecutivas.Valdés se acercó, pero no pudosuperaral zurdo Ángel Catayo González (55), récord absoluto en el país, logrado en 1946 en aquel circuito desde las filasdel Deportivo Matanzas. En la Liga Profesional Cubana marcó la pauta Ramón El ProfesorBragaña, con 39 y dos tercios.

Si nos vamos a las Grandes Ligas, la extraordinaria senda la abrió el derecho Walter Johnson, del Washington Senators, entre los mejores de todos los tiempos (56). No sería hasta 1968 cuando el diestro Don Drysdale, deLos Ángeles Dodgers alcanzara la cifra de 58. Y, para reinar hasta la luz de hoy en ese firmamento, apareceOrel Hershiser, un derecho conocido por Bulldog, también de Los Ángeles Dodgers, quien en 1988 concatenó 59inmaculadosinnings.

La marca implantada por nuestro hombre en las Series Nacionales, fue antecedida por su tocayo Maximiliano Reyes en 1965 (40,2). El también capitalino Manolito Hurtado la llevaría a 41,1 en 1971 y el oriental Eliécer Velázquez hasta 44,0 en 1972.

Como suele suceder, Maxi sorteó varios escollos, veamos este:contra Villa Clara, en el 8vo. inning le llenaron las bases.Entró al cajón de bateo elsiempre peligroso Sixto Hernández, que conectó un fuerte rolling por tercera para provocaraquel increíbletriple play: Hiram Fuentes tiró a home (un out), Juanito Castro devolvió la bola a la antesala e Hiram pisó la almohadilla (dos outs) y con aquel brazo prodigioso disparó para la inicial a Lázaro Cabrera, quien puso fuera a Sixto, quien no podía creer lo sucedido; todo en un santiamén. Maximiliano salvó el récord.

Mas la sempiterna casualidad oficiaríaen su contra. Confiado contra Santiago de Cuba se vio envuelto en una situación límite. Abrió el primer desafío de un doble en el Guillermón Moncada y explotó en la misma primera entrada con dos outs. Había otorgado dos bases por bolas y el corredor de la intermedia se robó la antesala. Entonces apareció una rolata saltarina, que pasó inmaculada entre Roilán Hernández y Alfonso Urquiola. Fin dela historia. El desconcierto llegó al zurdo y Pineda lo extrajo del box. No obstante, le volvió a dar la bola para el segundo juego; duró poco en la lomita. ¡Cuántos pensamientos pasarían por aquella cabeza!, que hoy anda erguidaporel récord. Y mire usted las cosas de la pelota,sus dos próximas salidas fueron lechadas.

A juicio de este cronista, la marca alcanza ribetes heroicos, por lograrla en el proceso de recuperación por una lesión. Desde la etapa juvenil alcanzaba rectas sobre las 90 millas,pero aprendió a trabajar con inteligencia después de la dolencia, quizás imbuido en el ejemplo de Emilio Salgado, capaz de reducir a los mejores equipos con la atención esmerada del masajista Otilio Martínez, a quien llamaban Ichi. Del malogrado ídolo de Los Palacios, también incorporó la fiereza para defender sus partidos con el madero (los pitchersbateaban), en el corrido de las bases y acercarse a home para buscar un pelotazo en función del equipo.

En su más difícil trance,había buscado la ayuda de José Joaquín Pando, el Padre del Pitcheo Pinareño, quien sentenció: “Volverás a lanzar y serás mejor que ahora…” La profecía se cumplió. Su amigo Mario Negrete(fallecido recientemente), le confesó los secretos de sus enrevesados envíos.Así incorporó un cambio de bola que sería funesto para los rivales, y el tenedor.

Su débil voz de tenorino desafinadose dejaba escuchar en las repletas instalaciones.

Yo le caminaba para arriba al bateador, como para demostrarle que no le temía, cualquiera que fuera su calidad, mientras le decía: ‘ahora te voy a tirar tal o más cual cosa’, con lo que a veces lo desconcertaba, porque lo ponía en la duda.[5]

El método intimidativo dio resultados.Solía desconcertar a los hombres en turno con mucha sangre en las venas,tocados por la impaciencia, pero chocaba con quienes iban a buscar su bola y esperaban por ella:

-El más difícil para mí fue Cheíto Rodríguez, cada vez que le lanzaba me asesinaba, —recuerda ahora sonriente. Sin embargo, dominó con facilidad a Antonio Muñoz, otro de los grandes, prácticamente con bolas muy lentas que él las perseguía desesperado y lo hacían fallar. En oportunidades, cuando me cruzaba en el terreno con Muñoz, él, en son de broma, fingía cara de pocos amigos y me decía amenazador: ¡Zurditooo! [6]

En la actualidad, Maximiliano Gutiérrez es un excelente entrenador de pitcheo.

Maximiliano Gutiérrez, Faustino Corrales, Fernando Rodríguez, Félix Julio Alfonso y Lázaro Madera.

Maximiliano Gutiérrez, Faustino Corrales, Fernando Rodríguez, Félix Julio Alfonso y Lázaro Madera.

Maximiliano, con Costa y Félix Pino.

Maximiliano, con Costa y Félix Pino.

A continuación su palmarés, entre Series Nacionales y Selectivas:

Resumen: En 215 juegos lanzados, inició 124, con 49 completos. Abrazó un balance de 62 victorias y 47 derrotas (.569); salvó 9. Relevó en 91 partidos, propinó 16 lechadas y participó en otras 4. Se le enfrentaron 3 534 bateadores, quienes le conectaron 849 hits y solo aceptó un average rival de .240. Alcanzó una efectividad de .257, al solo permitir 272 carreras limpias en 953 entradas. Ponchó a 537 rivales y concedió un total de 330 bases por bolas. Permitió 191 extrabases, de ellos 41 cuadrangulares.

JL       JI         JC         JG        JP       PROM      JS        JR        INN

215

124

49

62

47

.569

9

91

953

 

CLP    PCL       L       PL    SO       BB     BE      HP      AVE

272

.257

16

4

537

330

3534

849

.240

 

Eventos internacionales:

-Torneo Menores de 23 años en México (1978).

-Copa de la Dignidad en La Habana (1979).

-Tope Japón vs Pinar del Río.

-Liga de Colombia, durante siete meses (ya retirado).

(Con la colaboración de Guías de las Series Nacionales, Alberto MonduyCintao, Luis Giraldo Casanova, Alfonso Urquiola, Reinaldo Costa, José Manuel Cortina, Jorge fuentes, Francisco José Martínez de Osaba (Catibo), Jorge Alfonso, Eddy Martin, Sigfredo Barros, Yasel Porto Gómez, Adonhay Villaverde Blanco, Juan José Rodríguez Girado (Kitín), Periódico Guerrillero, Bobby Salamanca, Elio Menéndez, y otras fuentes).



[1] Maximiliano Gutiérrez: Declaraciones para Tele Pinar, mayo de 2003.
[2] Maximiliano Gutiérrez: Palabras al autor de este trabajo, 25 de mayo de 2015.[3] José Manuel Cortina: Declaraciones al autor, 28 de mayo de 2015.
[4] Alberto Monduy Cintao: Periódico Guerrillero, Pinar del Río, 19 de abril de 1999.
[5] Ídem.
[6] Ídem.