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La bestia del Madrid

simeoneDespués de Lisboa, el Real Madrid se quedó congelado ante el Atlético. Fue ganar aquel derbi, el más importante de la historia, y se evaporó ante el equipo de Simeone. Desde entonces, la ruina absoluta. Seis partidos sin ganar, dos títulos perdidos por el camino (Supercopa y Copa) y dos duras derrotas en la Liga (durísima la de ayer). Con suerte no volverán a ver a los rojiblancos hasta la próxima temporada... O sí, porque todavía se pueden cruzar en la Champions si ambos superan los octavos de final. Ante el Atlético salvó el puesto la pasada temporada y contra el Atlético lo puede perder ésta. Que tiemble Carlo Ancelotti si sigue sin dar con la fórmula.

El italiano no adivina el camino ante un rival, convertido en martirio, que desde finales los 60, con Luis Aragonés en el campo, no enlazaba seis encuentros imbatido ante el vecino. De hecho, este Atlético cholista ya está clavado en la leyenda negra del Real Madrid, rozando la racha de siete partidos seguidos que el Barcelona de Guardiola estuvo sin perder ante los blancos, del 27 de abril de 2011 (ida de las semifinales de la Copa de Europa) al 25 de enero de 2012 (vuelta de los cuartos de la Copa).

La bestia madridista viste ahora rayas, desatada ayer desde que Iker Casillas le permitió adelantarse con un fallo garrafal, como sucedió en la final de la Champions. Superados en todas las líneas, el Madrid no disparó a la portería de Moyá hasta el minuto 62. Y ni siquiera fue entre los tres palos ese desganado chut de Cristiano Ronaldo. Hubo otro más, de Illarramendi, en el disparate que ayer protagonizó el actual campeón del Europa y del mundo.

La descomposición fue total, en el partido más nefasto de los blancos desde que Ancelotti llegó al banquillo hace temporada y media. Dijo el viernes que contra el Atlético guardaba el mejor recuerdo de su carrera como entrenador. Ahora, contra este mismo rival, ya tiene uno en la lista de los peores. Ayer el técnico de Reggiolo recibió su mayor derrota de blanco, la más grave desde que se hizo con el equipo tras la marcha de José Mourinho. Hasta la época del portugués hay que volar para encontrar un batacazo semejante. Sólo el 5-0 recibido ante el Barça en noviembre de 2010 supera el desastre de ayer. Pero incluso sin manita, la estocada deja similares sensaciones de impotencia y ridículo.

En Anoeta, a principio de temporada, el Madrid también encajó goles, pero al menos jugó al fútbol 20 minutos. Ayer, ni uno. Su incomparecencia fue asombrosa. El volumen del marcador entra en el cajón de los peores recuerdos de la historia del club, por la imagen dada y el rival encargado de la paliza. Sólo la limitada trascendencia clasificatoria modula los daños, al mantener todavía el liderato con cuatro puntos de ventaja sobre el Atlético. El Barcelona le acosará a tan sólo uno si logra vencer esta noche en San Mamés.

«Es muy simple leer este partido. Merecieron ganar porque se impusieron en todos los aspectos: lucha, organización, segunda jugada balón, esfuerzo...», resumió Ancelotti, sin prisas ante el batallón de preguntas que le esperaba. Los últimos minutos del partido los pasó a cubierto en el banquillo, cuando dio todo por perdido. Ni su alineación, con Khedira como apuesta, ni sus respuestas en la segunda parte (Jesé por el alemán) funcionaron. El derbi se le fue al garete en la primera media hora del partido, desarbolado su equipo por el medio, con Tiago y Gabi campando a sus anchas. «Lo sentimos mucho. Claramente hay que cambiar esta actitud y evitar que vuelva a pasar», decía en la sala de prensa con tono bajo y ojos de tristeza.

Su proyecto queda ahora muy tocado, pendiente de la resolución de la temporada. Una goleada así ante el rival capitalino duele especialmente a su presidente. «Hemos fallado en todo. Todos los balones aéreos los hemos perdido, todos los balones disputados... No hemos tenido partido. No hemos tenido un jugador que hiciera un buen encuentro. Es mi peor partido desde que llegué», reconocía. Así firmó la mayor crítica pública a los suyos, pero sin perder las formas. «Partido malo, malísimo, pero no voy a montar escándalo. Han sido mucho mucho mejores, pero las cuentas se hacen al final de la Liga», recuerda, tras prometer una reacción inmediata «igual que tras Anoeta».

«No es normal que el Real Madrid juegue un partido así. Hubo mala circulación, mala presión, sin robar, sin contras», analizó. En el repaso a la humillación no se arrepentía de su once inicial: «La alineación era la más lógica. Elegí a Khedira para frenar el balón parado porque no teníamos mucha altura en el equipo. Lo menos lógico ha sido el partido y la falta de ganas de los jugadores».

(Tomado de El Mundo)