Cubadebate

Las imágenes de estos hombres, que sienten sinceramente como suyos los dolores infligidos a cualquier ser humano en el mundo, como predicó ese profeta de la justicia que fue Ernesto Guevara; merecen inundar al mundo más que las de los líderes de los centros de poder de Europa en su fingida aflicción, marchando junto al pueblo que no son capaces de representar con dignidad. Ramón y René, junto a sus hermanos Gerardo, Antonio y Fernando, si conocen lo que es sacrificar lo más sagrado para un individuo, como estar al lado de su familia y su patria, por defender el bien más sagrado de la humanidad: la vida.

Yadel: Realmente no he entendido si lo que escribiste tiene tono de diatriba o de encomio, pero tal vez deberías revisar tus concepciones de guerra, de paz, de cordialidad y de odio. La poca experiencia de 38 años viviendo en Cuba y compartiendo con cubanos, que viven algunos en los más diversos sitios fuera de las aguas juridiccionales de este país, me dice que a pesar de que en ocasiones la incomprensión, la intolerancia, la falta de comunicación, o la falsa vocación ciudadana de PERSONAS, del verdadero PUEBLO CUBANO, no de su GOBIERNO y de individuos que son funcionarios de este, han provocado contradicciones no insolubles. Pero contradicción no significa guerra, la guerra moderna es el resultado de conflictos mal abordados en unos pocos casos y en la mayoría de la ambición de poder, en cualquiera de sus formas por una o varias partes en pugna. No creo que, aquellos que habiendo nacido en Cuba, le hacen la guerra a este PUEBLO, puedan llamarse cubanos. Cubano es el que no ve en el suelo de esta tierra otro interés que la retribución del amor que le profesa, incluso aunque no naciera en ella. El que solo ve poder y dinero colgando de las franjas de la bandera, solo tiene un nombre: apátrida y una profesión: mercenario.

Quien mejor que los héroes de la Patria para expresar los sentimientos de solidaridad del pueblo cubano al pueblo francés, ellos que sirvieron largas e injustas condenas por su lucha contra el terrorismo, ese flajelo de la humanidad que parece haber llegado para quedarse. Junto a las celebraciones y el regocijo por su retorno a casa, la gratitud por haber levantado en alto las banderas de la tolerancia,el amor, la solidaridad, la cooperación entre los pueblos, por sobre la crueldad, la brutalidad, el irrespeto por la vida humana.

No me queda claro quién es el responsable de este local, donde uno de nuestros héroes firma el libro de condolencia, un local con muy mal aspecto, con una planta (conocida como Costilla de Adán) muy mal cuidada, pero lo que si tengo claro es que el fotógrafo se acaba de acreditar como el peor para estos menesteres, al no preparar la escena, observen una escoba recostada al tutor de la planta. Y me pregunto ¿Dónde está la profesionalidad? Lo único que salva el chasco es la actitud de los dos héroes, que como siempre salvan el honor cubano.