Por Charly Morales Valido.
La repentina muerte del mítico Juan Formell fue, por mucho, la noticia más impactante dentro del ámbito musical de Cuba en 2014, sentida pérdida para la cultura que aún cuesta digerir.
Fundador de la legendaria orquesta Los Van Van y responsable de la banda sonora sentimental de varias generaciones de cubanos, Formell falleció en mayo, poco después de volver a ser padre.
En Cuba la noticia sentó como un mazazo, pues la gente tenía como un familiar más a un hombre cuya música protagonizó prácticamente cada momento de dicha en un pueblo que le debe mucha felicidad.
Apenas un año antes había ganado un premio Grammy Latino por la excelencia musical, amén del Womax, galardón dedicado a los cultores de la llamada "world music", gracias a ritmos como el changüí-shake.
En todas las plazas del país se le rindió tributo a Formell, al punto que las principales figuras políticas del país reconocieron su legado y ese afán de creación que lo acompañó hasta su muerte.
No fue la única mala noticia para la música cubana en un año que comenzó con la inesperada muerte del trovador Santiago Feliú, gago, zurdo y único, otro que tampoco pudo disfrutar de su último hijo.
Autor de himnos como Para Bárbara, Feliú legó versos de profunda lírica, leyendas más o menos ciertas, un arsenal de canciones y amistades que aún lo lloran, como el rockero argentino Fito Páez.
Los cubanos también se despidieron este año del nonagenario Luis Carbonell, el legendario Acuarelista de la Poesía Antillana, alguien que soñó ser maestro y ejerció todo un magisterio artístico.
Amén de las pérdidas, la música cubana tuvo grandes momentos este año, que prácticamente cerró con el triunfo en los Grammy Latinos de Descemer Bueno y Gente de Zona junto al español Enrique Iglesias.
Tres gramófonos dorados ganó este trío ocasional por Bailando, el tema latino más exitoso de todos los tiempos en las listas bailables de Estados Unidos, destronando el añejo reinado de la Macarena.
Bailando contó con un videoclip dirigido por el cubano Alejandro Pérez, que fue el más descargado del año, y que le abrió al cineasta las puertas para trabajar con estrellas como Marc Anthony y Pitbull.
A su vez, la Empresa Cubana de Grabaciones y Ediciones Musicales celebró sus 50 años con la publicación de recopilaciones de piezas antológicas de su vasta colección de matrices musicales.
Otros aniversarios cerrados fueron los 75 años de la legendaria Orquesta Aragón y las tres décadas de Adalberto Álvarez y su Son, que el laureado músico celebró en la Fiesta del Tinajón.
Entre los principales festivales del año estuvieron el Pepe Sánchez de trova, el Leo Brouwer de música de cámara, la Fiesta del Tambor Guillermo Barreto In memoriam, el Concurso de Guitarra de La Habana, el Encuentro de Voces Populares y la Feria Cubadisco.
También destacaron el Festival del Son Matamoroson, el Jazz Plaza y el Encuentro de Jóvenes Pianistas, organizado por el pedagogo cubano Salomón Gadles Mikowsky.
Numerosas figuras de renombre mundial actuaron en Cuba este año, como la folclorista peruana Susana Baca, los cellistas Yo Yo Ma y Carlos Prieto, el mencionado Fito Páez, el español Jordi Savall, la pianista Jenny Q Chai y el salvadoreño Álvaro Torres.
A fines de año se celebró en diversas ciudades el primer Festival Latinoamericano de Rock Patria Grande, que contó con bandas de gran renombre como los boricuas de Puya y NoTeVaGustar, de Uruguay.
A los escenarios cubanos regresaron además cantantes como Pancho Céspedes, Chucho Valdés y Pablo Milanés, en tanto Silvio Rodríguez prosiguió con su "gira interminable" por los barrios de Cuba.
Nacieron nuevos espacios para la cultura, como la Fábrica de Arte Cubano, y reabrieron sus puertas teatros históricos, como el Martí, que llevaba más de cuatro décadas cerrado por reparaciones.
Casi al terminar el 2014 fueron anunciados los Premios Nacionales de Música de 2014, para el guitarrista y compositor Sergio Vitier y el musicólogo y ensayista Leonardo Acosta.
Como es habitual, los cubanos cerrarán con múltiples conciertos y fiestas populares el 2014, un año que fue agridulce, pero contra las penas aquí aplican el santo remedio de conjurarlas bailando.
Ya lo dicen en Cuba: la vida es un carnaval.
(Tomado de PL)