El expresidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva destacó hoy aquí los avances alcanzados por la integración latinoamericana y caribeña en los últimos años, pero advirtió que todavía falta mucho por hacer en ese terreno.
Podemos y deberíamos haber hecho mucho más, aseveró Lula, al intervenir en un seminario internacional que sirvió de antesala a la cumbre presidencial de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) a celebrarse mañana en esta ciudad portuaria.
Tras apuntar que la integración no es el problema, sino parte de la solución, el exmandatario recordó que los primeros pasos en esa dirección los dieron los desaparecidos presidentes de Venezuela y Argentina, Hugo Chávez y Néstor Kirchner, respectivamente.
Quiero rendir homenaje a dos compañeros que ya no están con nosotros, a Néstor Kirchner y Hugo Chávez, porque sin ellos no habríamos llegado tan lejos, afirmó. De acuerdo con Lula, uno de los principales logros del proceso integracionistas es que en apenas 10 años el comercio dentro del Mercado Común del Sur pasó de 15 mil millones de dólares a 66 mil millones de dólares.
En ese mismo periodo, agregó, el intercambio comercial entre todos los países latinoamericanos y caribeños pasó de 50 mil millones de dólares a 189 mil millones.
También significó que esos avances en la integración fueron más allá de las relaciones comerciales, porque ahora, dijo, nuestros empresarios han aprendido a invertir en las naciones vecinas, y no sólo a vender y comprar.
El expresidente calificó de gran paso político la creación en 2004 de la Unasur, a la que calificó de organismo democrático multilateral sin ningún tipo de tutela externa.
Al respecto, alabó que una de las primeras iniciativas de ese bloque integrado por Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Suriname, Uruguay y Venezuela, haya sido la creación del Consejo Suramericano de Defensa.
Con tales medidas valientes, impensables para muchos, marcamos un territorio de soberanía, de diálogo y de paz en nuestro continente, recalcó Lula, a quien el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, presentó en el Centro Cívico de Guayaquil como uno de los artífices de la integración regional.
El expresidente también resaltó la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), como un espacio de cooperación democrática, sin la presencia de Estados Unidos y Canadá.
Ahora somos 33 países con la misma voluntad de construir nuestros sueños y posibilidades, declaró Lula, quien opinó que nada de eso hubiese sido posible de no haber sido por la llegada al poder de gobiernos progresistas en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil, Uruguay y El Salvador, entre otros.
Consideró, no obstante, que los avances integracionistas no están a la altura del potencial de la región, y en ese sentido, fustigó a la burocracia que retrasa la puesta en práctica de los acuerdos que alcanzan los presidentes.
Abogó, además, por aprovechar de forma conjunta la enorme riqueza hídrica, integrar la red de gasoductos y oleoductos y las cadenas productivas, aumentar la conectividad de banda ancha, y acabar de poner en funcionamiento el Banco del Sur.
Correa recibe a Lula y le impone condecoración más antigua de Ecuador
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, recibió hoy en Quito al exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, a quien le impuso la condecoración San Lázaro, en el grado de Gran Collar, la más antigua de Ecuador.
Lula llegó esta tarde al Palacio presidencial de Carondelet, en el casco colonial de Quito, donde se reunió de manera reservada con Correa y luego acudió a una ceremonia especial efectuada en un salón de la casa de Gobierno para recibir la condecoración.
El exmandatario brasileño, que realiza una corta gira que también ha incluido a Colombia y Perú, dijo que había sido invitado por Correa hace dos años, tras concluir su mandato, pero señaló que no había podido hacerlo por la lucha que libró contra un diagnóstico de cáncer.
En la ceremonia, a la que acudieron ministros, altas autoridades del Estado y del cuerpo diplomático, Correa elogió a su amigo Lula, a quien imagina como secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), según dijo recientemente.
“Lula da Silva viene de ese Brasil profundo, que conoce del hambre, que trabaja de sol a sol, que se amanece en las fábricas, que inunda las favelas”, señaló Correa en su discurso, en el que insistió en que el exmandatario brasileño ha sido un “artífice” de la integración latinoamericana.
Los Gobiernos progresistas de la región “enfrentamos durísimos obstáculos, pero con nuestro pueblo y nuestra América unida, saldremos adelante”, apostilló el presidente ecuatoriano.
Por ello, explicó que la condecoración San Lázaro, impuesta a Lula, es una “muestra del respeto, admiración y orgullo profundo” por el exmandatario brasileño.
La orden, añadió Correa, es “la más alta” que concede Ecuador y fue creada por los patriotas en 1809 “para honrar a los más destacados hombres y mujeres que han trabajado por la libertad, la democracia y la verdadera independencia”.
De su lado, Lula, tras recibir la condecoración, pronunció un discurso en el que aseguró que personas como él, cada día que se levantan de la cama, “deberían agradecer a Dios”.
El exmandatario brasileño también devolvió los elogios de Correa, destacó la labor en la lucha contra la pobreza y aseguró que América Latina necesita de líderes como su amigo ecuatoriano.
“Creo cada vez más en la integración, creo cada vez más que América del Sur y América Latina deben crear un bloque fuerte y tu (Correa) serás más importante” en ese proceso, concluyó Lula.
El exmandatario brasileño será investido este viernes doctor honoris causa por tres diferentes universidades ecuatorianas.