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Papa Francisco: Tierra, casa y trabajo son derechos sagrados

PAPA FRANCISCO EN ROMAEl Papa Francisco pidió hoy a líderes y organizaciones sociales seguir su lucha para que todas las personas tengan acceso a la tierra, la vivienda y el trabajo, al tiempo que criticó a aquellos que lo tildan de “comunista” por hacer este reclamo.

“Digamos juntos desde el corazón: ¡Ninguna familia sin vivienda!, Ningún campesino sin tierra! ¡Ningún trabajador sin derechos! ¡Ninguna persona sin la dignidad que da el trabajo!”, expresó el prelado durante el “encuentro de los excluidos de todo el mundo” en el que participó también el presidente de Bolivia, Evo Morales.

“Tierra, casa y trabajo son derechos sagrados: esta es la Doctrina Social de la Iglesia!”, exclamó el papa argentino y recalcó que es un crimen que millones de personas sufran hambre mientras la especulación financiera condiciona el precio de los alimentos, tratándolos como cualquier otra mercadería.

“Hoy vivimos en ciudades inmensas que se muestran modernas, orgullosas y vanidosas. Ciudades que ofrecen numerosos lugares para una minoría feliz (pero que) niegan la casa a millares de nuestros vecinos, comprendidos los niños.

“Vivimos en ciudades que construyen centros comerciales y abandonan una parte de sí a los márgenes, en las periferias. No existe una pobreza material peor de aquella que no permite ganarse el pan y priva de la dignidad del trabajo”, subrayó.

Ante organizaciones sociales como los Sin Tierra de Brasil, los cartoneros de Argentina o los pueblos originarios de México en el Aula Nueva, el papa señaló que cuando habla de tierra, techo y trabajo “para algunos resulta que el Papa es comunista” cuando son “derechos sagrados”.

“Reclamar esto no es nada raro, es la doctrina social de la Iglesia (católica)”, reiteró.

Jorge Bergoglio calificó el encuentro mundial de movimientos populares, que comenzó hoy y concluirá el miércoles, como “un gran signo” porque los asistentes accedieron a poner ante Dios, la Iglesia y los pueblos una realidad muchas veces silenciada: que los pobres no sólo padecen la injusticia, sino que también luchan contra ella.

“No se contentan con promesas ilusorias, excusas o coartadas. Tampoco están esperando de brazos cruzados la ayuda de ONG, planes asistenciales o soluciones que nunca llegan (…) Ustedes sienten que los pobres ya no esperan y quieren ser protagonistas”, afirmó.

En la actualidad, abundó el papa, la solidaridad es una palabra que no cae bien y, en ocasiones, ha sido transformada en una mala palabra, aunque –en realidad– se trata de un concepto que significa mucho más que algunos actos de generosidad esporádicos.

Jesús, dijo, les diría “hipócritas” a quienes abordan “el escándalo de la pobreza promoviendo estrategias de contención que únicamente tranquilice y convierta a los pobres en seres domesticados e inofensivos”.

Bergoglio añadió que es triste ver cuando detrás de supuestas obras altruistas, se busca reducir al otro a la pasividad, se lo niega o, peor, “se esconden negocios y ambiciones personales”.

Criticó a “las economías que sacrifican al hombre a los pies del ídolo del dinero”, fabricando armas e ignorando a los niños hambrientos en los campos de refugiados, a los desplazados forzosos, a las vidas cegadas.

Por el contario, señaló, “es lindo” ver a los pueblos en movimiento, sobre todo, a sus miembros más pobres y a los jóvenes; entonces “sí se siente el viento de promesa que aviva la ilusión de un mundo mejor.

“Este encuentro nuestro no responde a una ideología. Ustedes no trabajan con ideas, trabajan con realidades, tienen los pies en el barro y las manos en la carne. ¡Tienen olor a barrio, a pueblo, a lucha!

“Queremos que se escuche su voz que, en general, se escucha poco. Tal vez porque molesta, tal vez porque su grito incomoda, tal vez porque se tiene miedo al cambio que ustedes reclaman”, exclamó.

También arremetió contra la especulación financiera que, dijo, condiciona el precio de los alimentos tratándolos como a cualquier mercancía y condena así a millones a padecer y morir de hambre, mientras toneladas de alimentos se desechan.

“El hambre es criminal, la alimentación es un derecho inalienable. Por favor, sigan con la lucha por la dignidad de la familia rural, por el agua, por la vida y para que todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra”, pidió.

(Con información de agencias y Proceso)