Cubadebate

Entrevista al Teniente Coronel (R), Elgin Fontaine Ortíz, en La Habana, Cuba, el 27 de octubre de 2014. FOTO/Oriol de la Cruz ATENCIO/AIN

Por Miguel José Maury Guerrero

Al Coronel retirado Elgin Ramón Fontaine Ortiz sus ideas y temple, lo situaron en el papel de luchador contra el terrorismo; ese que puso en práctica la Agencia Central de Inteligencia en el interior de Cuba al aupar células contrarrevolucionarias en las ciudades y al organizar y armar bandas de alzados en áreas rurales de varias provincias.

Desde las filas de los combatientes de Lucha Contra Bandidos (LCB), convirtió su razón de ser a principios de la década del 60, en barrer a las nueve bandas de alzados contrarrevolucionarios que llegaron a existir en la provincia de Matanzas, donde sembraban el pánico y ejecutaban toda suerte de acciones terroristas aprendidas de sus amos estadounidenses.

Ahora, sentado frente a nosotros, con sus 77 años de vida y una larga historia al servicio de su patria, se niega a dejar de batallar y lo hace desde muchos frentes, con la hiperquinesia y pasión que lo caracterizan.

Así es que saben de su entrega el núcleo zonal del Partido Comunista de Cuba en su área de residencia del municipio Centro Habana, en el cual funge como uno de sus dirigentes y como presidente de la organización de base de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana de su zona.

También en sus funciones de atención, por encargo de la Dirección Política del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, al grupo de ex combatientes de la Columna Dos Antonio Maceo que comandara el inolvidable Comandante Camilo Cienfuegos, durante la Invasión al Occidente, ordenada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Cuando me gradué en el Primer Curso Básico de Oficiales en Matanzas, ya existían tres bandas contrarrevolucionarias que asolaban los campos; éramos muy pocos combatientes del Ejército Rebelde pero muy pronto el Ejército Occidental creó las primeras unidades de Lucha Contra Bandidos (LCB) al frente de las cuales designaron a un Capitán llamado Roger García y a mi, como su segundo, rememora.

Nos dice cómo de repente, con el grado de Primer Teniente, se convirtió en Jefe de Estado Mayor de la División Permanente 1410 la LCB en Matanzas y posteriormente, tras sucesivas reestructuraciones, Jefe de la División 1508 de Unión de Reyes hasta llegar más tarde ocupar simultáneamente los cargos de Jefe y Segundo Jefe de Operaciones de la lucha contra bandidos en toda la provincia matancera.

Pese a que teníamos ya toda la provincia ocupada con nuestras fuerzas, como si fuera un ajedrez, con cinco mil hombres desplegados, las bandas seguían con sus tropelías y no lográbamos coger a nadie pues ellos habían recibido entrenamiento de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) y sabían operar, contó Fontaine.

Narró cómo el bandido conocido por El Pichi Calá, jefe de una de las bandas, había sido sacado de Cuba por la CIA y luego de un entrenamiento de seis meses en Estados Unidos, lo infiltraron nuevamente.

No se trataba solamente de la preparación pues también todo el armamento, municiones y otros aseguramientos de los bandidos, eran norteamericanos y de la mejor calidad pues eso lo comprobábamos cuando los capturábamos, recordó.

Con ojos vivaces y enérgicos gestos, este ex subordinado de Camilo durante la guerra de liberación, se refiere a los desmanes de los lacayos de la CIA en los campos de Matanzas durante aquel “Año de la Alfabetización” y los subsiguientes.

Los bandidos en Matanzas se comportaron como en el resto del país, señaló Fontaine, con la misma criminalidad, el mismo ensañamiento contra los campesinos indefensos y sus casas y animales, pero sin embargo, no dañaban las propiedades de los burgueses que todavía quedaban en esos años, pues eran lacayos de éstos y de Estados Unidos.

La voz de este campesino nacido en la finca cafetalera El Progreso del actual municipio Buey Arriba en Granma, se transforma cuando recuerda las tropelías de aquellos que se proclamaban luchadores por la libertad y la democracia.

Así, nos cuenta cómo el jefe de una de las bandas, apodado El Carnicero, ahorcó a un campesino con un alambre de púas; del asesinato de maestros, los ametrallamientos a familias enteras, incluidos niños, especialmente aquellas que sabían simpatizantes de la Revolución; de la quema de escuelas, granjas del pueblo, bodegas y otras instalaciones; del despojo, a los campesinos, de sus animales de cría y sus cosechas y un sinfín de otras tropelías.

Por ejemplo, en Bolondrón ametrallaron una casa con toda la familia campesina dentro y mataron a dos niños, nos cuenta indignado.

Refiere que luego de una etapa inicial de pocos resultados contra el bandidismo, posteriormente, gracias a la perseverancia, el perfeccionamiento del accionar de las LCB y un mayor conocimiento del teatro de operaciones, lograron capturar a ocho de las nueve bandas que operaban en la provincia y la restante se dispersó.

En una sola mañana nuestras fuerzas capturaron cuatro bandas. Ellos se mantenían fuera en operaciones y cuando nuestras fuerzas se acercaban, se escondían en huecos bajo tierra que cavaban en los patios de las casas, con ayuda de algunos campesinos colaboradores y los tapaban con tablas de palma sobre las cuales echaban carbón, maíz u otra cosa para camuflarlos, pero todo eso duró hasta que los descubrimos, nos cuenta.

Asegura que la esencia del bandidismo y su dependencia de Estados Unidos y complicidad con ese país, queda al descubierto en el hecho de que todos los jefes de banda sin excepción, “eran pro norteamericanos hasta la médula”.

Por todo lo que hacían contra el pueblo, por su forma de pensar y sus objetivos de destruir a esta Revolución hermosa y cubana, que tanta sangre nos costó, es que, contra los bandidos no podíamos permitirnos la tregua, concluyó.

Entrevista al Teniente Coronel (R), Elgin Fontaine Ortíz, en La Habana, Cuba, el 27 de octubre de 2014. FOTO: Oriol de la Cruz ATENCIO/ AIN

Entrevista al Teniente Coronel (R), Elgin Fontaine Ortíz, en La Habana, Cuba, el 27 de octubre de 2014 FOTO: Oriol de la Cruz ATENCIO/AIN

(Tomado de la AIN)