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Tamgho en La Habana, y … (+ Fotos)

Texto: Lilian Cid Escalona

Era otro día especial. Como cada jornada en la que el itinerario del día tiene como centro visitar el Estadio Panamericano (La Habana). No importa cuántas veces se repita, siempre hay historias para contar y este jueves (18), con la pista repleta, no iba a ser diferente.

Fue poner un pie y enseguida nos estaban adelantando de la presencia de Tamgho e Iván. Hace unas semanas que Teddy Tamgho está en La Habana. Llegó con su entrenador Iván Pedroso para trabajar poco más de un mes en nuestra isla. El campeón mundial juvenil en 2008, campeón mundial bajo techo en 2010 y campeón mundial en Moscú 2013 es un deportista excepcional. Sin embargo, fuera de la pista deja mucho que desear.

Actualmente cumple con 1 año de sanción que le impuso su Federación debido a reiteradas ausencias a los rutinarios controles antidoping y anteriormente había acatado una suspensión similar por golpear a una atleta femenina en un campo de entrenamientos.

Hacer estancia aquí podría dejarle una doble recompensa -pensé-. Detrás de esa maltrecha coraza de hormigón se forjan campeones: de la pista y de la vida. Unos muy nuestros, otros, no tanto, pero portadores en su gran mayoría (no me gusta absolutizar) de esa jovialidad que entrenarse en el cuartel general del atletismo cubano te hace aprender. Característica contagiosa de los nacidos en esta tierra. El eterno deseo de hacer menos con más. De sobrevivir con decoro y poner la mejor cara pese a los centenarios obstáculos que la vida se ha empeñado en obligarnos a solventar.

Por ello valoramos la posibilidad de llegar a entrevistarlo. Era una gestión con la que no perdíamos. A fin de cuentas, es el único saltador en activo que ha superado la barrera de los 18 metros y el tercero en conseguirlo en toda la historia del triple salto. Poseedor, además, del récord del mundo de esta especialidad para escenarios techados (17.92m) y aunque también es un tipo complicado, por un momento todo apuntó a que podría suceder. Me auxilié de mis contactos, y accedió.

Aproveché para hablar con Iván y pude arrancarle, a él también, un sí. Al término del entrenamiento me concedería unos minutos. Iván es un ícono y es cubano. Mi voz se entrecortó bastante. A veces no se puede disimular el impacto que causa estar frente a uno de los mejores atletas cubanos de todos los tiempos y uno de los más exitosos del planeta.

La sección de pesas del francés es la más larga que le he visto hacer a atleta alguno y después tendrían que culminar la jornada matutina en la pista, con unos tramos para favorecer la musculación. Ahora mismo realizan una preparación general, con un volumen importante de carga que ayude a recuperar, poco a poco, un cuerpo que viene de una grave lesión (fractura de tibia).

Los minutos se escaparon, y cuando solo unos pocos de los nuestros permanecían cumpliendo con sus faenas bajo un astro rey que resplandecía a placer, Tamgho salió del gimnasio. Quisimos hacer unas fotos, a estas alturas del día ya habíamos cubierto todos nuestros compromisos y solo nos restaba apostar por el tiro de gracia con este binomio de leyenda, sobrado en condimento para ganar un titular. Mi compañero se desplazó y yo repasé los pequeños cuestionarios.

Nuestra cámara anda a años luz de tener buenas prestaciones y el acercarnos se transformó en grito de guerra. Tamgho concluyó su rutina y se marchó. Iván vino hacia mí y me dijo, señalándolo, que se había molestado por las fotos.Trató de justificarlo y quizás por eso, tuve mis minutos. Volví a ponerme nerviosa, ya no por él sino por la insistencia de su alumno que, alejado unos cuantos metros, reclamaba su presencia.

- Tenemos que marcharnos, en la tarde volvemos a entrenar.

Le agradecí y le felicité por los éxitos.

- Nos habría gustado conversar con él, el hecho de escoger a Cuba para prepararse vale para resaltar su presencia acá. -acoté-

- Los extranjeros son así, tal vez otro día pueda ser.

Me quedé justo donde antes, y lo vi alejarse tras la reja que protege el acceso a este lado del estadio. En lo personal, no tengo en mente seguirle la pista al parisino. Creo que si en la vida se juzgara por el criterio de la primera impresión, su condena ha de ser perpetua. Solo espero que los días en esta tierra que él mismo ha catalogado como “fascinante escuela” le dejen un poco más que lecciones puramente deportivas. De lo contrario, por muy excepcional que llegue a ser su rendimiento, la oscuridad de su carácter se encargará de opacar el brillo de cada metro que gane con sus pinchos. Teddy Tamgho está en La Habana, y…¿qué?

(Tomado de CubaxDentro)

Foto: Andy Bermellón/Deporcuba.

Foto: Andy Bermellón/Deporcuba.

Foto: Andy Bermellón/Deporcuba.

Foto: Andy Bermellón/Deporcuba.

Foto: Andy Bermellón/Deporcuba.

Foto: Andy Bermellón/Deporcuba.

Foto: Andy Bermellón/Deporcuba.

Foto: Andy Bermellón/Deporcuba.

Foto: Andy Bermellón/Deporcuba.

Foto: Andy Bermellón/Deporcuba.

Foto: Andy Bermellón/Deporcuba.

Foto: Andy Bermellón/Deporcuba.