Foto: Rosa C. Báez (Archivo).
A consecuencia del efecto invernadero intensificado en la atmósfera terrestre, el clima de Cuba será más cálido y extremo afirman investigadores del Instituto de Meteorología.
Por su condición de archipiélago y ubicación geográfica en la región del mar Caribe con un alto número de asentamientos costeros, el país es altamente vulnerable al actual cambio climático, aseguran investigadores, cuyas conclusiones recoge el libro Impacto del Cambio Climático y Medidas de Adaptación en Cuba.
La obra será presentada próximamente, y en ella se exponen las variaciones y cambios observados en el clima de la mayor de las Antillas en las últimas cuatro décadas, y los escenarios más probables para los años 2050 y 2100.
El volumen muestra los impactos esperados y las acciones de adaptación en los sectores de los recursos hídricos, zonas costeras y recursos marinos, diversidad biológica, bosques, agricultura, asentamientos humanos y uso de la tierra, y salud humana.
Desde mediados del pasado siglo la temperatura media superficial del aire en Cuba subió en 0.9 grados Celsius como promedio, incremento favorecido por la elevación en alrededor de 1.9 de la mínima.
Señalan los estudiosos que en los últimos tiempos ha ocurrido un ligero descenso de esa variable, lo cual es considerado una estabilización de la misma alrededor de un valor medio muy alto.
En el caso de las precipitaciones, la variación más importante detectada está relacionada con la tendencia a la disminución de las lluvias en la región oriental, donde a partir de la década de 1990 ocurren apreciables déficits en los acumulados.
A lo anterior se agrega la presencia de eventos de sequía más frecuentes, intensos y prolongados. Tales procesos registraron un aumento considerable en sus apariciones durante el periodo 1961-1990, con respecto al de 1931-1960.
La reiteración de esos fenómenos, unido a las altas tasas de evaporación, contribuye al deterioro de los suelos y a la disminución de las reservas de agua, lo cual repercute de manera desfavorable en la producción agrícola.
Otra de las variaciones más importantes y peligrosas observadas en el clima cubano en los últimos seis lustros, es la tendencia a una mayor cantidad de inundaciones costeras moderadas y fuertes, así como el azote de siete huracanes intensos entre el 2001 y el 2011, cifra que nunca se había registrado en década alguna desde 1791 hasta el presente.
Sobre el nivel del mar, el procesamiento estadístico de los registros mareográficos permitió estimar que de 1966 al 2009 ascendió a un promedio de 1.43 milímetros por año en todo el país.
(Con información de Prensa Latina)