Unas catorce personas resultaron heridas, tres de ellas en estado de gravedad, por la explosión de una bomba en una de las zonas más exclusivas de Santiago, la capital de Chile. El artefacto estaba dentro de una papelera metálica en un local de comida rápida dentro de la estación del Metro de la Escuela Militar de la ciudad, por donde pasan diariamente 150,000 personas.
El caso considerado más grave es el de una mujer de unos 61 años, que al parecer trabajaba en el servicio de limpieza del centro comercial, que sufrió la amputación de varios dedos de la mano. El Gobierno chileno asegura que se trató de un atentado terrorista y anunció que se perseguirá a los autores del hecho.
“Es un acto terrorista, sin duda, que merece toda nuestra condena. El Gobierno invocará la ley antiterrorista para sancionar a los autores intelectuales y materiales de este crimen y que reciban el máximo rigor de la ley”, declaró el ministro portavoz de Gobierno, Alvaro Elizalde, al llegar al lugar de los hechos.
En tanto, el subsecretario del Interior, Mahmud Alehuy, informó que la Policía ha identificado un vehículo marca Chevrolet en el que al parecer huyeron dos sospechosos.
“Horrible lo sucedido”. Tras visitar a tres de las personas heridas en una clínica de Santiago, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, declaró que se trata de un “acto abominable”. “Es horrible lo sucedido”, pero recalcó que “Chile sigue siendo un país seguro”, declaró.
No obstante, aclaró que pese al atentado de ayer y a dos explosiones anteriores, una en otra estación de metro y otra cercana a una comisaría policial, que no causaron víctimas, “decir que el terrorismo se ha instalado en nuestro país no corresponde”.
(Con información de agencias)