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Polémica en Francia por un pueblo que se llama "Muerte a los judíos"

La Mort-aux-Juifs

Como si no viviera un pico de alarma por el avance de la ultraderecha y las tensiones étnicas, Francia tiene otro problema inesperado por el debate sobre el nombre de un pueblo de cuatro casas y una granja en un cruce de caminos rurales. El problema es que el pueblito se llama Muerte a los Judíos y la municipalidad de la que depende se niega a cambiárselo porque existe desde la Edad Media. Pero al menos aclararon que le sacaron el cartel de la entrada.

Muy a pesar de sus esquivos habitantes, cuatro casas y una granja han alimentado este verano el debate sobre el antisemitismo en Francia al redescubrirse que esa diminuta aldea del departamento de Loiret aún se denomina oficialmente La Mort-aux-Juifs (La Muerte a los Judíos).

El Centro Simon-Wiesenthal, que debe su nombre al afamado "cazanazis" austríaco, ha pedido por carta al ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, que erradique ese apelativo "genocida", que aún puede encontrarse en mapas digitales y navegadores GPS, y que lo reemplace por un topónimo "más acogedor para todos".

"Que ese nombre haya pasado inadvertido durante los setenta años que siguieron a la liberación de Francia del nacionalsocialismo y del régimen de Vichy es sorprendente", subrayan desde esa ONG, con sede en Los Ángeles (EEUU) y con una delegación en París.

El vecino más célebre de la aldea es Emmanuel Courcier, de 54 años y gerente desde 1982 de la explotación agrícola afincada en ese polémico enclave, un lugar que el cartero conoce como el 1.109 de la Route de Louzouer y que depende administrativamente del municipio de Courtemaux, donde hay censados algo menos de 300 vecinos.

"Se lo podría haber pedido directamente al alcalde", masculla el agricultor mientras sus dos perros ladran, su esposa Christiane espera en casa y algún tractor perturba la quietud estival de la campiña francesa.Courcier critica que el Centro Simon-Wiesenthal haya privilegiado la atención mediática de una misiva abierta al Gobierno francés, con copia a los medios de comunicación.

Hubiera preferido una maniobra más discreta y efectiva, dice, como el contacto con la alcaldía que regenta ese olvidado conjunto de casas en el centro de Francia, país donde residen cientos de miles de judíos y millones de musulmanes y que recientemente ha vivido incidentes en manifestaciones propalestinas contra la última operación militar israelí en la franja de Gaza.

"Hace veintitrés años que nadie lo llama así", insiste el granjero, que recuerda que ya hace dos décadas el Movimiento contra el Racismo y por la Amistad de los Pueblos (MRAP) denunció el nombre de ese "Lieu-Dit" (lugar llamado), es decir, una localidad que depende administrativamente de otro municipio.

Entonces el consejo municipal votó a favor de mantener el nombre original en el catastro "porque siempre se ha llamado así", recuerda Courcier, pero se eliminó el cartel de bienvenida a La-Mort-aux-Juifs de la carretera y se modificó la dirección postal.

"Si nadie rebusca nadie se entera. ¿A quién le molesta?. A mi no, en absoluto. Molesta cuando aparece en la prensa", protesta el granjero, que no sabe cuál de las versiones conocidas del origen del topónimo es la verdadera.

Hay quienes creen que hace unos 600 años el paso estaba dominado por bandidos que obligaban a pagar un peaje a los lugareños, lo que les valió el sobrenombre de judíos. Otros atribuyen su origen a un error de transcripción, que en algún momento convirtió "la mare" o "le marais" (la charca o la ciénaga) en "la mort" (la muerte).

El Centro Simon-Wiesenthal considera que se refiere a las cruzadas del siglo XI, que terminaron con la expulsión de 110.000 judíos de Francia por orden de Philippe le Bel en 1306. Y otros consideran que, al estar unido por guiones, el nombre del pueblo no significa "La Muerte a los Judíos" sino "La Muerte de los Judíos".

"Hay muchos, incluso entre los nuevos consejeros de la alcaldía, que no saben que se llama así", agrega Courcier.

La alcaldía de Courtemaux, a través de una portavoz, reaccionó con estupefacción ante la petición para modificar un nombre que se remonta "a la Edad Media", lo que motivó una nueva carta del Centro Simon-Wiesenthal en la que matizaba que se indignaría de la misma manera si el pueblo se llamara "Muerte a los Árabes, a los Musulmanes, a los Hindúes o a los Gays".

A renglón seguido, el Ayuntamiento cambió de parecer y decidió abordar la polémica sobre el nombre en su consejo municipal del próximo mes de septiembre.

El episodio de la aldea francesa recuerda al reciente caso de la localidad española de Castrillo Matajudíos, cuyos 56 vecinos decidieron mayoritariamente el pasado mayo que el municipio adoptara el nombre de Castrillo Mota de Judíos, que pudo ser su apelativo original y no hiere sensibilidades.

(Con información de EFE)