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En EEUU no es un problema portar armas, incluso para un ciego

carey mcWilliams

Por William Kremer

La ceguera no es un obstáculo para portar armas de fuego en público en Estados Unidos. Los ciegos que lo hacen dicen que simplemente están ejerciendo su derecho constitucional y que no representan un peligro.

En la mayoría de los estados no es necesario realizar una prueba ni obtener una licencia para comprar una pistola. Así que se desconoce exactamente cuántos estadounidenses ciegos poseen armas para tener en el hogar, practicar tiro o cazar.

En la última semana la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, una poderosa organización estadounidense que hace campaña para la defensa del porte de armas, se vio envuelta en una polémica al publicar, y luego quitar, un video de su canal de YouTube en el que se hacía un llamado al derecho de los ciegos a llevar armas en público.

Allí se condenaba a un alguacil de Iowa por decir que le negaría la licencia a un ciego y se aseguraba que "ha sido probado que las personas que carecen de visión tienen mayor consciencia de su entorno espacial y auditivo".

La NRA no respondió los pedidos de la BBC para que clarifique su postura al respecto.

Las licencias necesarias para llevar un arma en público se emiten a nivel estatal en EE.UU. y los criterios y las normas varían.

En Dakota del Norte, por ejemplo, no hay leyes que eviten que una persona ciega –o una persona con discapacidad física– lleve una pistola, mientras que en Florida una "incapacidad física para manejar un arma de fuego de manera segura" aparece como una razón para negar el permiso.

Sin embargo, incluso allí, un ciego con una licencia de Dakota del Norte sería capaz de llevar su arma ya que Florida reconoce los permisos de ese estado.

Osos y cocodrilos

"Al principio pensé que era una broma, que alguien estaba ciego y quería ir a cazar cocodrilo", contó Mark Clemens sobre McWilliams.

Cuando Carey McWilliams fue a la oficina del alguacil en Fargo (Dakota del Norte) para rellenar los formularios para tener un permiso para portar un arma en público, los agentes lo vieron sostener la correa de un perro guía.

La mujer detrás del escritorio le dijo que debía pasar una prueba antes de recibir la licencia. McWilliams lo sabía. Y le dijo que no se preocupara. El día de la prueba sus disparos fueron directo al corazón del objetivo.

Claramente, sabía lo que estaba haciendo.

Está en el mundo de las armas dese los 15 años cuando, como cadete de la Fuerza Aérea, fue a un campamento militar.

El marine a cargo del campo de tiro tenía un hermano ciego y decidió que McWilliams probara el fusil M16. McWilliams, quien antes de perder la vista a los 10 años soñaba con unirse a las Fuerzas Armadas, quedó enganchado.

Tres años más tarde, pidió inscribirse en un curso de puntería dirigido por el Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de Reserva, el cuerpo que entrena a los oficiales de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.

McWilliams, de 41 años, aprendió a escuchar el sonido de su blanco cuyas ruedas eran arrastradas contra la pared, dice que disparó mejor que las dos terceras partes de su clase y salvó su examen final con 105 puntos sobre 100. De alguna manera, una bala pasó dos veces por el blanco.

El oído es todo. McWilliams, quien empezó a cazar en 2008, explica que cuando los patos vuelan hacen un sonido que se parece al que hace la rueda de una bicicleta sobre el pavimento. Para otros tipos de caza, como la de alce, va con alguien más, quien le susurra las direcciones pero quien no tiene permitido tocar su arma.

Cazar de esa forma, dice, no es de alguien no cualificado y argumenta que no es diferente al accionar de un equipo de francotiradores en una zona de guerra cuando el observador da indicaciones al tirador.

"Al principio pensé que era una broma, que alguien estaba ciego y quería ir a cazar cocodrilo", cuenta Mark Clemens, director de una empresa especializada en Florida. "Una vez que hablé por teléfono me dijo que estaba teniendo dificultades para encontrar a alguien que lo llevara. Esa era la parte triste. Todo el mundo pensaba que no era capaz de hacerlo. Sin duda era capaz de hacerlo, si tenía instrucciones".

"No se mueren como lo hacen en TV", dice McWilliams sobre el cocodrilo de casi 3,4 metros de largo que cazó en 2009. Desde entonces, mató a un oso negro y ahora busca ir de caza en África.

Tiene "ocho o nueve" armas, incluyendo una ametralladora AR-15, la versión civil del M16 que manejó de adolescente, y se dedica a asesorar otros estadounidenses ciegos sobre cómo obtener licencias y dice que ha sido mentor de casi 100.

Un guía

El logro que más enorgullece a Jim Miekka, de 54 años, es que si uno busca en Google "mejor tirador del mundo", es probable que el primer resultado sea un video de él disparando.

En su veintena perdió la vista, y dos dedos, en una explosión cuando intentaba desarrollar en su cocina un químico para minería.

Tras ello, con ayuda de su padre, compró una fotocélula de sulfuro de cadmio y la conectó para convertir la información visual en clics, como los de un contador Geiger, que en este caso se intensificaban cuando el dispositivo apuntaba hacia el contorno de objetivos, lo que le permitía a Miekka determinar los bordes de edificios y carreteras. Luego comprobó que el sistema funcionaba mejor con la adición de un telescopio.

El sistema es similar al utilizado para el tiro a ciegas en los Juegos Paralímpicos, donde un tono de alta frecuencia dice a los competidores qué tan lejos están apuntando con respecto al centro de un objetivo, que tiene un color más intenso que los anillos exteriores.

Con los años refinó su tecnología y puede darle a un objetivo naranja de 4mm de diámetro desde una distancia de 91 metros, algo que –dice– cuatro amigos con visión normal no pueden hacer.

También puede apuntar a objetivos estándar de la NRA lo que le permite competir contra tiradores videntes.

En 2007, Miekka se topó con el libro en audio "Perros guía y pistolas". "Mi capacidad de disparo está bien documentada y es innegable", decía. "Así que prepárese para entrar en un mundo lleno de Braille, ametralladoras, bastones, orcas asesinas, perros guía y armas nucleares (…) mire en la vida del primer tirador ciego de Estados Unidos".

Era la autobiografía de Carey McWilliams. Miekka lo llamó y escuchó sus consejos sobre cómo obtener un permiso de portar armas en público. Lo necesitaba para llevar armas al campo de tiro y para sus caminatas diarias en el campo porque tenía miedo de ser atacado por un perro.

A Carey McWilliams también le preocupan los perros. En 2009 fue atacado por tres pastores alemanes y fue internado. Durante semanas tuvo miedo de salir de casa y todavía recibe morfina. Dice que el incidente es la razón por la que ya no puede trabajar.

El cantante Stevie Wonder ha dicho que la facilidad con la que él, ciego de nacimiento, podría comprar un arma, es una "locura".

McWilliams responde que son los videntes quienes parecen estar haciendo todos los disparos y que mientras los ciegos sólo utilicen las armas en defensa propia y a quemarropa, los aciertos y errores de quienes portan armas quedan reducidos al buen juicio y no a la puntería.

Carey McWilliams

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McWilliams asegura que su deseos para la protección armada también proviene de los abusos que sufrió de pequeño.

Carey McWilliams reconoce que su deseo para la protección armada también proviene en parte de su historia personal. Dice que fue víctima de abusos físicos cuando era niño y fue golpeado regularmente en la escuela, antes y después de perder la vista.

Aunque no piensa que las armas sean para todo el mundo, cree que ayudan a que algunas personas ciegas se sientan más seguras e independientes.

"Siempre he querido a educar a la gente sobre que los ciegos no son sólo zombies caminando, destinados a ser atendidos. A las personas ciegas se les puede dar el poder de cuidarse a sí mismos".

(Tomado de la BBC)